MOTOGP

Aleix Espargaró: "Me he dicho: 'da igual si te caes, aquí sólo puedes ganar o caerte"

El de Aprilia ha vivido el fin de semana más emotivo de su carrera deportiva con una doble victoria el sábado y el domingo.

Aleix Espargaró celebra con Aprilia y Maverick Viñales su victoria en el GP de Catalunya de MotoGP 2023./EFE
Aleix Espargaró celebra con Aprilia y Maverick Viñales su victoria en el GP de Catalunya de MotoGP 2023. EFE
Borja González

Borja González

Circuit de Barcelona-Catalunya-. No se puede decir que Aleix Espargaró celebrase de cualquier manera su ansiado triunfo en casa. Intercambió su Aprilia con la de su compañero Maverick Viñales, que terminó segundo; se rebozó con su equipo; bailó con el DJ que el organizador puso en el podio; y subió a sus dos hijos, Mia y Max, para que compartiesen con él el trofeo de ganador. "Este finde ha sido el más bonito de mi vida, sin duda. Ver a mis dos hijos dándome el trofeo de ganador en el gran premio de casa es como… lo tengo un poco borroso, ha pasado por delante en un momento toda mi vida, veía a Max y a Mia y me veía a mí de pequeño".

Porque el piloto español, ganador este año de dos carreras, la de este domingo y la de Silverstone, es pura pasión, para lo bueno y para lo malo: sin pelos en la lengua cuando habla, directo cuando actúa en redes sociales (uno de sus escenarios favoritos), y claro cuando tiene que hablar de sí mismo.

"Si me lo permites, saco pecho, porque creo que soy el gran culpable de esto", apunta sobre el éxito de su marca. "Obviamente, Aprilia, la fábrica, ha evolucionado mucho, han hecho un trabajo enorme, es un placer hoy ser piloto de Aprilia. Pero en el inicio fue complicado, fue muy difícil estar ahí, muchas caídas, muchas lesiones, muchos días grises porque la moto se rompía. Así que, creer hasta ahora y ver todo el desarrollo y todo lo que hemos conseguido, hacer hoy un doblete aquí, es alucinante".

Aleix Espargaró celebra su triunfo en el GP de Catalunya 2023 de MotoGP.  EFE
Aleix Espargaró celebra su triunfo en el GP de Catalunya 2023 de MotoGP. EFE

La carrera terminó con el final esperado, aunque el guion fue distinto. Por la montonera de la primera curva provocada por Enea Bastianini, pero, sobre todo, por el brutal accidente de Pecco Bagnaia y la posterior bandera roja. Y también por el fuerte viento que soplaba en el Circuit de Barcelona-Catalunya. "Hoy creo que Maverick era más rápido que yo, con el viento no podía hacer paso por curva, era imposible, y Maverick con los frenos es mejor que yo y la podía parar y re acelerar, y yo no podía hacer este tipo de conducción. Así que me la he tenido que jugar muchísimo, en cualquier otro circuito hubiera terminado segundo hoy, pero me he dicho que o me caía o ganaba", reflexionó Espargaró. Y tras dudar durante un par de vueltas sobre sus posibilidades de rebasar a su rival, puso otra marcha, cerró los ojos, y se lanzó a por su sueño.

"He cometido dos errores, no me encontraba nada cómodo y hacía muchos errores. En las dos vueltas siguientes he apretado como un animal y no recortaba. Ahí ha sido cuando he cambiado de mapa y he quitado el control de tracción. Durante esas dos vueltas he pensado: 'Bueno, segundo, son 32 puntos'. Pero luego he pensado: 'Da igual si te caes. Aquí sólo puedes ganar o caerte'. He quitado el control de tracción y han sido 20 minutos de mucha tensión. He conducido como si fuera un time-attack. No tenía dudas de que le iba a coger, porque sabía que o me caía o le cogía. Pero la única duda era que si le cogía iba a llegar con el neumático destrozado, y así ha sido", añadió. Todo en una prueba que obligó a un esfuerzo extra a los pilotos para olvidar lo vivido en la primera salida.

Viñales: «Lo de Pecco ha sido muy 'heavy»

"La de Pecco la verdad es que ha sido muy heavy. Ha sido muy fuerte, porque hasta que no llegas a box, que das la vuelta y ves que está bien, se te queda mal cuerpo", admitía Viñales. "Yo tengo que reconocer que no he salido muy concentrado, aún estaba un poco nervioso y enfadado. Pero así son las carreras. Menos mal que no ha pasado nada", expresaba, como siempre, sin cortarse, Espargaró, que había llegado al box con el mono y el casco impregnados del aceite de la moto de Brad Binder, dañada en un impacto previo con la de Jorge Martín cuando todos trataban de evitar al accidentado Bagnaia. Unos nervios que los pilotos están obligados a espantar, limpiando la mente de malos pensamientos para volver a arriesgarse en la pista.

Y Espargaró derrotó a Viñales, aunque quiso también dar importancia a la figura de su compañero, que llegó al box italiano gracias a la presión que él mismo puso sobre sus jefes para pescarlo cuando fue despedido por Yamaha a mitad de 2021.

"Mucha gente, incluso gente de mi entorno, pensaba que me equivocaba trayendo a Maverick a mi box; con lo tranquilo que estaba, traer a un piloto tan fuerte, que quizá me jubilaba. Yo creo mucho, mucho, mucho en mí. Muchísimo, muchísimo, cada día de mi vida. Y sabía que me haría mejor. No tengo ninguna duda de que he ganado dos carreras este año y que el año pasado casi gano el título por tener a un tío al lado tan, tan fuerte". Un nivel alcanzado por el piloto más veterano de la parrilla que asegura va a poder mantener, esta vez sí, hasta final de año. Y cuando él es rotundo con algo…