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El giro de 180º en la vida de Álex Rins un año después de su victoria en Austin: "Gracias al esfuerzo y a mucho sacrificio estoy ya en mi vida normal"

El catalán es el otro hombre de Texas después de ganar en el circuito de Austin en las tres categorías.

Álex Rins. /GETTY
Álex Rins. GETTY
Raquel Jiménez

Raquel Jiménez

Cuando sale el nombre de Austin, todas las miradas se centran en un Marc Márquez que durante años ha cosechado el honor de nombrarse Sheriff del trazado americano, sus siete victorias, incluso en los momentos más complicados, así lo avalan. Pero como suele ser habitual en estos casos, el dominio de un protagonista empaña lo que también es otra de las historias de amor -menos presentes-, del emblemático circuito de Austin, la de Álex Rins con el trazado texano.

El catalán es el hombre tapado del tercer fin de semana y el último ganador en COTA. De hecho, curiosamente el año pasado, el otro Sheriff de Texas regaló a Honda su última victoria -precisamente en el año en el que perderían a sus dos pilotos más exitosos-, un logro muy especial por diversos motivos, entre ellos porque llegó antes de su fichaje por el Monster Yamaha. "Para nada", confesaba el catalán a Relevo sobre si esperaba tantos cambios en un año. "Pero gracias al esfuerzo y a mucho sacrificio estoy ya en mi vida normal", añadía.

Desde entonces su historia ha dado un giro de 180 grados. Apenas dos meses después de su victoria en Austin, Rins sufrió una fuerte caída en la sprint del Gran Premio de Italia que le provocó una doble fractura de tibia y peroné de la que tuvo que ser intervenido hasta en dos ocasiones. "Fue duro. Estuve muchos días en el hospital, tumbado en la cama, sin hacer nada. No podía apoyar la pierna en el suelo...", relató el catalán en un documental de Motogp.com sobre su recuperación.

Y por si fuera poco, en plena recuperación de su doble fractura, Rins anunció su fichaje por el Monster Yamaha para acabar compartiendo box con Fabio Quartararo. Un contrato de una temporada con la escudería de los diapasones en plena crisis de las marcas niponas que llegó para revolucionar el mercado de fichajes de una temporada que se preveía bastante tranquila. "Este año llegamos con colores diferentes", resumía.

La adaptación a Yamaha

Ahora, con una recuperación superada y un fichaje consolidado, Rins llega con otro objetivo diferente dentro de la misma esencia, el de regalar a la escudería de los diapasones una victoria en COTA que le convertiría en el primer piloto capaz de ganar con tres marcas distintas. "¿Se puede ganar con la Yamaha? Desde luego que se puede ganar con la Yamaha. Somos soñadores. Si le preguntas a cualquier piloto de Moto3, Moto2, MotoGP si quiere ganar, te dirá que sí", reconocía.

Aunque como suele decirse sería tapar el sol con un dedo. "Querer es poder. Pero queda mucho trabajo. Tenemos que trabajar muchísimo. Se ha podido ver, a nivel de resultados, que en las dos primeras carreras hemos hecho unos buenos libres, en Portimao conseguimos entrar directos a la Q2, pero la segunda mitad de carrera me iba un poco atrás. Hemos podido analizar que ha podido ser por una puesta a punto, por no tener todavía la moto hecha a mí completamente. Veremos. Vamos a continuar con nuestro proceso de trabajo para conseguir una buena puesta a punto, y ver si en esta segunda parte de carrera puedo estar ahí. Porque en Portimao en ese tramo estaba ahí con mi compañero de equipo. A ver qué podemos hacer aquí", concluía.