Alex Rins protagoniza un (no sorprendente) regreso frustrado
El piloto barcelonés evidenció sobre su Honda que sigue sufriendo mucho dolor en su pierna y tendrá que esperar hasta Indonesia.

Circuito de Motegi (Japón)-. La caída de Alex Rins en el sprint de Mugello no se vio por televisión. "Estaba lloviendo un par de vueltas antes en ese sector y justo recuerdo que tenía delante a Aleix y que me veía con un poquito más de ritmo que él. Y quise más paso por curva, para salir enganchado, abrí el acelerador un poco más directo y salí volando. Cuando paré de dar vueltas me quedé sentado, probé a levantarme y vi que me colgaba el pie". Ese accidente en la curva 15 del trazado italiano le ha provocado la baja más larga en su carrera deportiva, seis grandes premios. Aunque en su mente, como sucede con todos los pilotos, el único pensamiento era el de volver cuanto antes.
Es la imagen del día ❤️@Rins42 volverá a subirse a una moto solo 4 meses después de su grave lesión
— DAZN España (@DAZN_ES) September 29, 2023
Cuánto nos alegramos de volver a ver tu sonrisa con el mono puesto 😊👏#JapaneseGP 🇯🇵 #MotoGP 🏁 pic.twitter.com/AD9SGnBOmg
Y eso que los médicos entendieron desde el principio que la suya era una lesión complicada, con un pronóstico incierto: en el más optimista, Rins podía pensar en subirse a su moto en octubre; en uno más pesimista el plazo podría haberse alargado hasta el año que viene; en uno más realista se le daban posibilidades para los grandes premios de noviembre, el último triplete que enlazará Malasia, Qatar y Valencia, el que debe ser el escenario de su estreno con la Yamaha, un test importante para que los ingenieros japoneses se vayan a los cuarteles de invierno con información para trabajar en la ergonomía de la que será su moto en 2024.
"No estoy cien por cien recuperado", reconocía este jueves después de viajar por sorpresa hasta Japón. En el box de su escudería, el LCR, estaba todo preparado para que de nuevo se subiese a su moto el piloto de pruebas de Honda, Stefan Bradl. Aunque en un chequeo de última hora el barcelonés recibió la luz verde por parte de los médicos que le habían operado. "El martes estuve con los doctores de Madrid, valorando todo. Hicimos una radiografía y la diferencia fue abismal respecto a la de hace un mes, muchísima. Por eso hemos venido aquí, para probar. Somos conscientes de que han sido muchas horas de vuelo para que quizás me suba a la moto, el dolor sea máximo, ruede sólo por la mañana y no continúe el gran premio. Pero es el único momento donde puedo medirme con una MotoGP".
Un análisis que se convirtió en realidad este viernes. Rins salió tanto en el primero como en el segundo entrenamiento a rodar. Al de la mañana sin tomar ningún tipo de calmante, algo que usó por la tarde, según estaba planificado. El barcelonés, que se acompaña de una muleta, ni siquiera salió a la puerta del box para subirse a su Honda; sus mecánicos la arrancaban dentro, lo más cerca posible de su silla, y él la aparcaba en el mismo sitio. Por la mañana dio 16 vueltas y terminó a casi 2.4 segundos del más rápido, Jorge Martín; por la tarde fueron sólo 6, y se quedó a 3.7 de Brad Binder, que destrozó el récord de Motegi que estaba en manos de Jorge Lorenzo desde 2015. Poco después de terminar esta última prueba, Rins comunicó que en sus condiciones no podía seguir rodando.
"Forma parte del proceso de recuperación el haber probado aquí con la MotoGP y no poder seguir. Estaba dentro de las posibilidades que había. Cuando visité a la doctora me dijo que me dejaba ir a probar la moto, pero que tendría que parar cuando sintiese dolor, porque la fractura no está consolidada del todo y podemos poner en peligro las placas y los tornillos", reconocía. Su decisión de volver se había basado en dos puntos: uno, entender el nivel de dolor; el otro, salvar ese hándicap que tienen los pilotos de MotoGP, a los que no les está permitido subirse a sus prototipos fuera de las fechas marcadas. Y eso hace que los lesionados de larga duración tengan que recurrir a las motos de calle, que están muy alejadas en prestaciones de sus bestias. Un asunto que pensaban plantear en la Comisión de Seguridad para encontrarle una solución.
"He notado un cambio increíble respecto a hacer un mes y lo volveremos a intentar en la siguiente carrera. A ver cómo me encuentro y cómo va la recuperación", añadía Rins este viernes por la tarde (tarde japonesa), apuntando como siguiente objetivo al Gran Premio de Indonesia de la semana del 15 de octubre. "El foco de dolor más grande ha sido en las curvas de derecha, las frenadas grandes. La frenada de la 5, la 6, que es muy rápida, y aguantar el peso de la moto más la velocidad es lo que más daño me hacía. El dolor ha sido agudo. La doctora me dijo que parara cuando sintiera dolor, porque ponía en peligro todo, y es lo que hemos hecho. Esto duele". A partir de este sábado Bradl volverá a subirse a su moto, mientras que él volverá al extenuante trabajo de recuperación en el que lleva metido desde hace muchas semanas.