KTM cambia su rumbo técnico en un momento de dudas con los resultados
Los austriacos prescinden de su actual responsable técnico y plantean una vuelta a sus orígenes.
Circuito de Sachsenring (Alemania)-. Cuando se habla de MotoGP y del estatus técnico de la categoría se coloca siempre, y sin ninguna duda, a Ducati al frente, con Aprilia y KTM en la segunda línea. De estos dos últimos, el primero brilló en el Gran Premio de las Américas con Maverick Viñales, que había completado antes un buen fin de semana en Portugal (victoria en el sprint y no fue segundo en la carrera por un problema mecánico a poco para el final), y en Cataluña con Aleix Espargaró, que se llevó la prueba corta y que fue cuarto el domingo.
En el segundo caso, el de KTM, la cosa no está siendo tan brillante. De hecho, todo el peso de los resultados está recayendo en estos momentos en el debutante Pedro Acosta, después de que Brad Binder (el teórico número 1) brillase fugazmente en la cita inaugural en Catar. Allí el sudafricano fue segundo en las dos pruebas, pero tras esto no ha sido capaz de volver a terminar entre los tres mejores. En Portugal fue cuarto en la carrera, eso sí, por detrás de Acosta que firmó allí el primero de sus dos podios, a lo que suma un segundo en el sprint de Jerez y dos terceros en Cataluña e Italia.
De hecho, en KTM se considera especial lo hecho por el murciano, pero por eso mismo no del todo representativo del estado en el que están. Binder tiene dificultades y es uno de los que más se ha quejado de unas vibraciones en la parte delantera que no consiguen solucionar; los otros dos, Jack Miller y Augusto Fernández, están tan desaparecidos que a nadie le ha extrañado que su marca haya decidido prescindir de ellos para 2025. Acosta marca la pauta, aunque la moto no parece estar al nivel esperado con el esfuerzo hecho por los austriacos, y eso ha hecho que se haya ido calentando el ambiente hasta estallar.
Y el primero en caer ha sido Fabiano Sterlacchini, el vicepresidente de tecnología, un ingeniero que fue el número 2 de Gigi Dall'Igna, y que llegó a KTM a finales de 2021 como avanzadilla de una italianización de su estructura en la que están el actual team mánager y que ejerció la misma función en Pramac, Francesco Guidotti; también Alberto Giribuola, ex jefe de mecánicos en Ducati y que ejerce de coordinador técnico; o Christian Pupulin, que ejerce de técnico de Miller, un piloto que llegó bajo el paraguas de este grupo italiano. Un proceso que apartó en cierta medida del liderazgo a Sebastian Risse, jefe del proyecto técnico, que está en él desde su arranque en 2015 (la moto debutó en 2016 en la última prueba de Valencia y arrancó su primera campaña completa en 2017).
"El contrato de Fabiano terminaba a finales del pasado mes de junio, así que hemos estado hablando las dos partes en las últimas semanas", explicaba Pit Beirer, el máximo responsable de deporte en Pierer Mobility. "Intentamos renovarlo, trabajamos en un nuevo contrato de tres años, pero no pudimos llegar a un acuerdo. No estoy contento de que no podamos terminar lo que empezamos juntos. Teníamos un plan, teníamos una misión y hemos tenido que renunciar a eso", añadía. Una respuesta muy política que trata de suavizar una realidad, que podría tener más consecuencias, porque en el interior del entorno de los austriacos va a haber más movimientos, casi se podría decir un paso atrás en la filosofía.
La KTM comenzó como un proyecto puro centroeuropeo, una fábrica austriaca liderada en los circuitos por Mike Leitner, que había sido el jefe de mecánicos durante muchos años de Dani Pedrosa, pero que contaba con mucho cerebro alemán, como el citado Risse o Kurt Trieb, el encargado de diseñar los motores, dos figuras que continúan en sus puestos. Después, al albur del éxito de Ducati, optó por ese giro en busca del secreto de los italianos, aunque visto que el sistema no está funcionando como se esperaba han decidido una vuelta a los orígenes a mitad de este 2024.
Porque ahora las fábricas de MotoGP encaran un momento importante, mucho en Pierer Mobility. Primero, porque para 2025 deben tener una moto más competitiva, con cuatro (que son ocho) unidades iguales, para ese ambicioso proyecto con Acosta, Binder, Enea Bastianini y Maverick Viñales. Y, segundo, porque tienen que poner en marcha el prototipo para 2027, cuando entrarán en vigor las nuevas normas técnicas, un trabajo que recaerá sobre los hombros de Pedrosa y de Pol Espargaró. Este último volverá a correr este año, en Austria (como informó en una entrevista en GPOne el segundo de Pierer Mobility, Hubert Trukenpolz), mientras que Pedrosa no se ha mostrado con ganas de repetir gran premio en 2024, como sí hizo en 2023, con esa posibilidad de hacerlo en Misano.