MOTOGP | GP DE CATAR

Desastre de Martín en el desierto en el día del sorprendente Di Giannantonio

Bagnaia termina segundo con el madrileño décimo, lo que deja al líder con 21 puntos de ventaja a falta de un solo gran premio.

Di Giannantonio celebra su victoria en el GP de Catar en el podio junto a Bagnaia (izq.) y Marini (der.). /REUTERS
Di Giannantonio celebra su victoria en el GP de Catar en el podio junto a Bagnaia (izq.) y Marini (der.). REUTERS
Borja González

Borja González

Circuito de Losail (Catar)-. Totalmente inesperada. No se puede decir mucho más de la carrera de MotoGP de Catar, una sucesión de vueltas que evidenciaron el sufrimiento de un piloto que esperaba salir del penúltimo Gran Premio del año si no líder, sí como mínimo rozando la primera posición del campeonato. Jorge Martín salió mal, su moto se descontroló y se quedó encajado en el octavo puesto. Aunque viendo su rendimiento del sábado, y de toda la última parte de la temporada, había que pensar que aquello no era más que un contratiempo, algo que iba a poder salvar. Pero no fue así. El problema de la arrancada era el aviso de que algo no iba bien en su Ducati.

A Martín se le notaba tenso, agarrotado, pilotando de una manera poco natural. Por momentos negaba sobre su moto, consciente de que las cosas no estaban yendo según el plan, dejando una sensación parecida a la del viernes por la tarde, en una sesión en la que estuvo durante mucho tiempo último, padeciendo unas sensaciones extrañas en su Ducati. ¿Problema del neumático trasero? Unas quejas que expresó Bagnaia el sábado, cuando no pudo ser más que quinto mientras su rival volaba en cabeza para llevarse otro sprint. Y unas quejas que replicó el español, aunque esta vez el problema se multiplicó, lo mismo que sus consecuencias de cara a la resolución del campeonato. Un elemento a veces incontrolable, y que destruyó las opciones del madrileño, que decidió resignarse y seguir hasta ver la bandera a cuadros.

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El líder de MotoGP marcaba el paso, con un buen ritmo, ese que no había mostrado el sábado, el que se esperaba de los favoritos. Por detrás, pilotos como Luca Marini, Alex Márquez, Brad Binder (la única excepción en el universo Ducati) y Fabio Di Giannantonio. Di Giannantonio, el piloto expulsado de MotoGP, el que en todas las cuentas desde el arranque del año perdía su sitio, el que ha empezado a brillar tarde, el que sorprendió con un podio en Australia, el que este sábado terminó segundo, y el que este domingo dejó a medio mundo con la boca abierta, por la ironía de lo que con él se está viendo. Porque es cierto que hasta que no se ha visto con la soga en el cuello no ha explotado, aunque era impensable que lo hiciese de la manera que lo ha hecho.

En el escenario en el que el Mundial de Motociclismo alucinó en 2022 con la brillante victoria de Enea Bastianini, el gran homenaje al fallecido Faustina Gresini, padre de la escudería en la que Diggia compite ahora mismo junto a Alex Márquez, y en la que desembarcará en 2024 su hermano Marc, el piloto romano brilló. Se mantuvo a rueda de Bagnaia, el número 1 de la fábrica, le analizó, le midió, y le atacó en el mejor momento, a 4 giros para el final. El campeón de 2023 no quiso dar su brazo a torcer, intentó devolvérsela de inmediato en la frenada de la curva 1, y se fue largo… Fin de la carrera. Nadie iba a poder parar a Di Giannantonio, que está escribiendo un cuento increíble en este momento del curso en el que se está subastando la moto de Márquez en el Repsol Honda.

Una victoria que le quita cinco puntos a Bagnaia, y que deja su ventaja en 21 puntos con solo un Gran Premio por disputar, o lo que es lo mismo, con 37 en juego. Un margen que se antoja más que suficiente para que el número 1 mantenga su dorsal en 2024, temporada a la que llegaría como bicampeón. Martín llegaba a su box con la cara desencajada, mientras sus mecánicos bajaban de inmediato la persiana del garaje, para que nadie pudiese ver la reacción de un piloto que vivió un calvario en Losail, algo minimizado por el papel de guardia pretoriana de su compañero Johann Zarco, y es probable que por la condescendencia de Marc Márquez, que nunca intentó adelantarle mientras era espectador de lujo de las pasadas de los Maverick Viñales (rozó el podio tras una escalada fantástica), Fabio Quartararo o Bastianini, el ganador de 2022 al que ha sucedido el inesperado Di Giannantonio.