MOTOGP

El desierto catarí confirma que Bagnaia y Ducati meten miedo en MotoGP

La fábrica italiana volvió a marcar el paso en la última prueba de la pretemporada antes del arranque del Mundial 2024.

Pecco Bagnaia, durante los test de pretemporada en Catar./EP
Pecco Bagnaia, durante los test de pretemporada en Catar. EP
Borja González

Borja González

Si el que ha ganado los dos últimos mundiales de MotoGP destroza primero el récord del Circuito de Sepang, y después hace lo propio con el de Losail; y si ese piloto domina y termina asegurando que la moto 2024 tiene lo mejor de la 2022 y de la 2023, esas que le llevaron a ser dos veces seguidas campeón del mundo, entonces sus rivales tienen de lo que preocuparse. Pecco Bagnaia se erigió tras el test de Catar en el ganador de la pretemporada de la clase reina, una distinción que, por otra parte, sirve para muy poco, aunque evidencia que mantiene la línea de los últimos cursos. Él, y Ducati, que continúa llevando con la lengua fuera al resto de constructores.

La marca italiana dejó pocas dudas tras las pruebas del lunes y el martes de esta semana. Fue efectivo Bagnaia, y lo fue también Enea Bastianini, además de que los que van a competir con el modelo 2023 salieron razonablemente satisfecho. Con algunos problemas para entenderlo por parte de Marco Bezzecchi, menos explosivo Alex Márquez, y muy sólido, en su versión del final de la pasada temporada, Fabio Di Giannantonio, el piloto que a principios del pasado curso estaba desahuciado y que ahora está demostrando que es más que justo que haya mantenido un sitio en la parrilla. Quizás los que más dudas dejaron fueron Marc Márquez y Jorge Martín, las dos grandes bazas españolas del batallón Ducati.

Es obvio que Márquez, de puertas para afuera, brilló, porque ha sido capaz en los dos últimos días de los dos tests de este año sacar jugo a su moto en la vuelta lanzada. Y eso que aún no la lleva por la mano. Este martes incluso quitó el freno de mano y se la jugó, lo que terminó llevándole por primera al suelo con su nuevo prototipo. Pero en el ritmo de carrera, a distancia larga, su paso fue inferior al de los dominadores, además de que le va a quedar probar cómo es correr con una Ducati rodeado de otras motos, cuando intervienen las turbulencias y cambian las referencias. Eso sí, Marc es Marc, y si él se confiesa optimista nadie puede dudar de que eso se plasmará en la pista. En cuanto a Martín, mantiene su confianza, aunque en Losail sufrió de unas vibraciones en la parte trasera de su moto que le hicieron volver a casa con alguna preocupación inesperada.

Si Ducati cumplió su rol, Aprilia confirmó que son ahora mismo los segundos del escalafón. La RSV 2024 ha cambiado mucho, y exige más esfuerzo a la hora de pilotarla que la versión 2023 (con la que brilló Raúl Fernández, el piloto que menos kilómetros ha acumulado en la pretemporada por la lesión que se produjo en el arranque de las pruebas en Malasia). Ese cambio está complicando un poco las cosas tanto a Maverick Viñales como a Miguel Oliveira, mucho más al segundo, porque el español mejoró sus impresiones, tras unos cambios implementados por su fábrica. Al que le ha encajado como un guante esta 2024 es a Aleix Espargaró. Terminó tercero, y eso que considera que falta motor para exprimir al máximo el neumático blando (debería llegar una mejora no radical en el propulsor para el primer gran premio). Aunque sobre todo asombró en su simulación.

Examinando al detalle los papeles, Aleix fue capaz de enlazar siete vueltas en una prueba de sprint a un ritmo endiablado, mucho mejor que lo que se vio en las carreras del pasado curso en Losail. Una buena señal sobre el trabajo de Aprilia que ahora la realidad de los grandes premios deberá confirmar. Y será ahí cuando se pueda entender dónde está KTM. Pedro Acosta al margen, porque al novato no se le puede pedir más que lo que está haciendo (aprendizaje rápido, buen ritmo, velocidad, ambición y, en Catar, también un poco de la realidad que es este MotoGP tan apretado), los oficiales Brad Binder y Jack Miller sufrieron más para mostrarse rápidos, aunque los dos transmiten un mensaje optimista, sobre todo con el precedente de la gris pretemporada 2023, que constata que esta vez arrancan mejor posicionados. En los austriacos el lunar fue el rendimiento de Augusto Fernández, que confesó estar todavía un poco perdido (ha terminado último en los dos entrenamientos).

Por último, los japoneses. "Estamos mejor, pero aún lejos" podría ser la frase que resume los discursos de sus pilotos. En Honda sin resolver todavía los problemas de agarre en el tren trasero de la RCV, que complica la gestión de la entrada y la salida de las curvas, aunque faltó por entender cómo está Joan Mir, que se pasó el martes vomitando y sin poder rendir a un nivel apropiado. Y en Yamaha con más motor, pero con problemas de tracción y de giro, algo que se acentúa en la búsqueda de una vuelta rápida, un factor que les lastró mucho en 2023. En cualquier caso, ambas fábricas se aferran al despliegue de medios que están haciendo y a las ventajas que les dan las concesiones técnicas para recortar esa distancia, aunque en las dos son conscientes de que no llegan al arranque de la temporada con la situación ideal. Sea como fuere, para los que llegan con ventaja, con dudas o con un retraso será la competición la que les dé la auténtica realidad de sus situaciones, ya con el tiempo limitado y con el estrés como factores determinantes.