MOTOGP | GP DE ESPAÑA

Un mes para que Ducati elija entre Bastianini, Martín y Marc Márquez

Los italianos se ponen como límite el próximo Gran Premio de Italia para decidir quién va a ser el compañero de Bagnaia.

Marc Márquez, Maverick Viñales y Jorge Martín, de izquierda a derecha, en Portimao esta temporada./EFE
Marc Márquez, Maverick Viñales y Jorge Martín, de izquierda a derecha, en Portimao esta temporada. EFE
Borja González

Borja González

Circuito de Jerez-Ángel Nieto-. "En Mugello". Esta es la respuesta más repetida entre los pilotos y los managers de MotoGP para la activación/resolución del interesante mercado de fichajes, con casi todos los contratos abiertos para 2025 (se suelen firmar de duración bianual, lo que abarcaría también 2026). Para ese fin de semana del Gran Premio de Italia (el del 2 de junio), Ducati quiere decidir quién se va a sentar el año que viene al lado de Pecco Bagnaia, al que renovaron antes de que arrancase la temporada. Un hueco para el que hay tres nombres: su actual propietario, Enea Bastianini; Jorge Martín, que ya lo perdió en 2022 frente al italiano; y el que revuelve todo el gallinero, Marc Márquez, y más tras su actuación de este fin de semana.

De hecho, es el respeto a los tres el factor del que tira el máximo responsable de la decisión dentro de Ducati, el ingeniero Gigi Dall'Igna, el Director General del área de competición, aunque la balanza no es igual para todos. Bastianini ya está teniendo su oportunidad vestido de rojo, aunque es cierto que su primer año estuvo muy marcado por las lesiones; Márquez es el recién llegado, el que buscó su moto para salir de la depresión con Honda; mientras que Martín es al que le birlaron la opción de ser oficial en 2022 tras su complicado año (con un motor que le impusieron que no llevaron en la estructura de fábrica porque ni a Bagnaia ni a Jack Miller les gustaba), y el brillante de Bastianini en Gresini. Ducati compensó económicamente al español, aunque rompió su promesa.

Y a esto hay que añadirle que fue Martín el que se jugó el título hasta la última carrera con el campeón Bagnaia, y que es el que ahora mismo lidera MotoGP, aunque en Jerez pasase de potencial ganador a terminar por los suelos cuando lideraba la carrera: pensando en evitar un adelantamiento de Bagnaia, al ser consciente de que este tenía que intentarlo para parar el aumento de presión por la temperatura de la presión de su neumático delantero, y creyendo tenerle más cerca de lo que estaba por el ruido de su motor, cambió un poco la línea en la curva 6 y ahí llegó el error fatal. Porque de haber ganado habría consolidado su liderato y habría disparado sus opciones de ocupar el lugar de Bastianini.

Pero Jerez terminó siendo la reivindicación de Bagnaia, y de Márquez, que también quiere esa moto. Un Marc que ha cambiado su discurso desde Austin. Allí encontró su base, y desde allí entendió que ya está para pelear por ganar, sin descartar hacerlo también por ser campeón. El domingo ratificó esto con su primer podio con Ducati, y con una exhibición de lo que supone su figura para el Mundial de Motociclismo, con la grada volcada para vitorearle, y con una celebración en el podio que terminó siendo viral, en un mundo en el que ese tipo de relevancia pesa mucho. Y Ducati no es sólo Ducati, también depende de lo que pueda desear su propietario, la poderosa Audi. Así que lo que pase dentro de dos semanas en Francia, y dentro de cuatro en Montmeló, marcará la gran disyuntiva del año.

 

Una decisión que generará un dominó. Porque Martín es un piloto que ahora mismo tiene mucho caché, y que tiene claro que quiere estar en un equipo de fábrica en 2025. Con la prioridad en Ducati, pero sin cerrar otras puertas si esto no se concreta. Con tres posibilidades: las más lucrativas en Honda y Yamaha, con muchos riesgos deportivos (más los primeros que los segundos, que parecen tener algo más enfocado el camino de salida de su crisis); y Aprilia, una moto que ya ha demostrado ser competitiva, pero que tendría que dejar hueco salarial para cumplir con los deseos del piloto español. Y esto sólo podría pasar por un cambio de aires de Maverick Viñales, que nunca da un no rotundo como respuesta a una posible salida de su actual fábrica, y porque se concrete la retirada o no de Aleix Espargaró, otra decisión que se ha dejado para justo después de Mugello.

Así que a la decisión de Ducati le seguirá la del actual líder de MotoGP, y esta terminará marcando el resto de movimientos, que serán muchos, con sólo confirmados hasta el momento los sitios de Bagnaia, Fabio Quartararo, Brad Binder (Ducati, Yamaha y KTM de fábrica, respectivamente), los de Johann Zarco y Luca Marini con Honda (de momento no se están discutiendo los pésimos resultados del italiano, último en casi cada carrera, y este domingo por detrás del probador Stefan Bradl), y el de Pedro Acosta dentro de la esfera KTM/GasGas, en unas negociaciones que están en marcha para que el murciano ocupe el lugar de Jack Miller dentro de la estructura oficial como compañero de Binder.

Todos los demás viven ahora mismo pendientes de cómo empiecen a colocarse las piezas para encontrar el mejor acomodo posible, siempre con el miedo de lo que pueda venir de Moto2. Por ejemplo, la americanización de MotoGP con la llegada de Liberty eleva el atractivo del líder de la clase intermedia, Joe Roberts, más con una estructura estadounidense en la clase reina, el Trackhouse Racing Aprilia, un equipo que, además, está buscando a un piloto con experiencia para cambiar un poco su dinámica de trabajo interno.