Martín, Bagnaia, Márquez: la guerra civil entre tres que sumados darían al piloto perfecto
Los tres pilotos de Ducati confirman este fin de semana en el GP de Cataluña que el título de MotoGP es cosa de ellos.
Circuito de Barcelona-Catalunya-. "Es un Mundial de dos, con un tercero que espera engancharse aunque sea con los dientes. Pero, evidentemente, ya se sabe cómo somos los pilotos y, si no puedes luchar por el Mundial, no es que no has querido, es que no has podido. De momento, estamos ahí, pero no se van a salvar todos los fines de semana como éste o como el de Le Mans. Tenemos deberes pendientes para mejorar con respecto a dos pilotos que lo tienen todo muy por la mano, porque llevan cinco años pilotando la misma moto y esto, los viernes, sobre todo en el time attack, se nota". Cuando Marc Márquez habla de uno que espera engancharse con los dientes, habla de sí mismo, de un piloto que está a dos puntos del segundo de la general…
Es decir, uno que está en la misma situación que Pecco Bagnaia con respecto al líder, a Jorge Martín, que, por ahora, sigue manteniendo su velocidad de crucero y su ventaja. Aunque los tres últimos fines de semana han dejado marcada la tendencia del campeonato, que no es otra que la de la guerra civil (más en un concepto metafórico que en un sentido de violencia, porque no han saltado todavía chispas en estos duelos) dentro de Ducati. Si la marca italiana ya vivió 2023 como una pelea interna entre Bagnaia y Martín, aunque hasta más allá de la mitad de la temporada también con Marco Bezzecchi en la refriega, en este 2024 la batalla ha subido un nivel en calidad. Porque Bagnaia ya es bicampeón, porque Martín tiene más experiencia y ha mejorado su propia versión, y porque llegó Márquez.
Esto en una fábrica que tiene a gala ser mejor porque gestiona mejor lo que ocurre en su interior. Primero, porque la estrategia de contar con ocho motos es evidente que les da una ventaja en cuanto a la recogida de información respecto a la competencia: Aprilia, KTM y Honda cuentan con cuatro motos cada una, Yamaha con dos. Y, después, porque el ingeniero Gigi Dall'Igna, el jefe del proyecto, siempre ha querido que la información fluya con libertad entre sus cuatro equipos y sus ocho pilotos. Algo que hace que todos tengan más oportunidades de crecer, y que unos pilotos empujen a otros. Y si hablamos de tipos de la calidad de los tres que están al frente de la general, ese crecimiento puede ser exponencial.
El físico de Marc Márquez está respondiendo. La Ducati ayuda. Lo demás ya lo estamos viendo 🔥
— DAZN España (@DAZN_ES) May 27, 2024
"No existe el piloto perfecto, que sea el más rápido en todos los puntos, pero es increíble vernos a nosotros tres", reconocía Martín, que analizaba las virtudes de este sistema. "Pecco es el más fuerte en frenada, Marc lo es en entrada en curvas, yo soy el más rápido en la salida de curva. Así que tratas de buscar esos detalles en los otros. Creo que la clave de nuestro rendimiento es también que tenemos la información de los otros y podemos aprender cuando sufrimos. También es una pena que cuando les sacas una distancia, ellos te atrapan. Por una parte es súper bueno, porque estás siempre delante, pero por la otra es difícil, porque hace que sea más complicado ganar. Es interesante, es un gran reto tener a estos tipos en tu misma marca. Pero es muy bonito, porque aprendes mucho, y esto es importante".
Para entender esto, basta con el ejemplo de lo que hizo Bagnaia en Jerez. "Usé mucho la información de las curvas a izquierdas que hacía Marc, porque en la 7 y en la 8 ganaba como dos décimas en cada vuelta. Así que intenté entenderlo. Y en la carrera del domingo traté de usarlo. No puedo hacer exactamente ese estilo de pilotaje, pero lo intento. Es normal que intentes coger lo positivo de otros pilotos", explicaba el italiano. "Jorge es también muy bueno en la aceleración en la salida de las curvas, puede estar muy cerca del ápice, y levantar la moto más rápido que yo, usando el cuerpo. Cada uno tiene sus puntos buenos, los intentas entender y tratas de adaptar esos puntos positivos de los otros, porque es imposible tratar de replicarlos exactamente como ellos lo hacen. Pero sí que tratas de copiarles un poco".
Esto mismo, aprender de las virtudes del rival, es lo que utilizó este fin de semana Márquez en un trazado como el Circuito de Barcelona-Catalunya que nunca se le ha dado del todo bien, y en el que es muy importante gestionar el gas para no destrozar los neumáticos. "Mirando la telemetría de ayer de Pecco", desvelaba con una sonrisa el '93' sobre cómo había podido gestionar hasta el final de la carrera el compuesto blando trasero en una jornada en la que esa iba a ser una de las claves. "Ayer él tuvo un mejor consumo de neumáticos, y, cuando tienes a alguien rápido, le copias, y punto. Es así". Una estrategia que le permitió pulir un defecto que traía de la Honda.
"Sé que es uno de mis puntos débiles en las curvas largas de derechas, porque uso mucho ángulo, pero me acostumbré a pilotar así con la Honda durante más de diez años y es muy difícil cambiar eso. Lo intento, pero cuesta. Pero he conseguido entender los estilos de pilotaje de Jorge, de Pecco, e intento copiar lo mejor de ellos. Claro, ellos llevan cuatro o cinco años con esta moto, y Pecco ha sido dos veces campeón con ella, así que pilotan esta moto de la manera perfecta. Todavía estoy aprendiendo algo en cada circuito". Una ventaja para alguien tan potente para Márquez. El mejor de los tres entrando en curva, que se enfrenta al que mejor sale en los giros, Martín, y al que mejor frena, Bagnaia. Una mezcla que terminaría dando al piloto perfecto para la moto (casi) perfecta.