Jorge Martín se luce en una batalla de campeonato en Tailandia
El madrileño bate sobre la meta a Brad Binder y a Pecco Bagnaia y se coloca a 13 puntos del liderato.
Circuito Internacional de Chang (Tailandia)-. Brutal. Tailandia dejó un espectáculo maravilloso de motociclismo del más alto nivel. Una pelea entre tres pilotos hasta la última curva. Con los dos que se juegan el título de MotoGP, Jorge Martín y Pecco Bagnaia, por orden de entrada a meta. Y con uno que tiene nivel para estar con ellos siempre, que nunca se rinde, y que tiene más dentro de sí de lo que lo su KTM le está dejando enseñar. Brad Binder, el 'springbok', estuvo a punto de culminar un gran día para el deporte sudafricano, aunque Martín y una trazada fuera de los límites, le dejaron sin más premio. Aunque a él hay que agradecerle que le importase un comino verse metido en la batalla por el campeonato.
Porque Binder exprimió al máximo al madrileño de San Sebastián de los Reyes, y este no dio su brazo a torcer. Martín quiere el título, y por eso exprime cada oportunidad. Sí, con un exceso de confianza en Indonesia, pero no ha abandonado esa valentía. Como en el sprint, atacó desde el inicio para intentar marcharse, aunque a diferencia del sábado, se encontró con un rival de los duros. Binder se pegó a su rueda dispuesto a no dejarle ir, y lo logró. Pero no solo él. Porque la prueba larga tenía que ser de gestión, y en la gestión no valen las locuras. Binder con Martín, al principio otra vez Luca Marini, y un bravo Alex Márquez, que terminó por los suelos cuando marchaba tercero. Curiosamente, el único que hizo una apuesta en el neumático trasero, como Martín en Australia.
Y, por detrás, Bagnaia. "La única cosa positiva que saco es el ritmo y el consumo de la goma trasera, sobre todo al final de la carrera, y eso será importante para la mañana, aunque será fundamental empezar mejor", había señalado tras un decepcionante sprint que trató de enfocar de manera positiva, incluso minimizando lo logrado por su rival. "Sabía que podía ganar hoy, porque cuando sale primero tiene esta ventaja, pero no me esperaba que ganase. Creo que mañana será bastante diferente", valoraba, añadiendo creer que el de Pramac no tenía el mejor ritmo. Bueno, en algo acertó, aunque pasada una jornada las declaraciones tuvieron un toque de fanfarronada.
Porque Martín volvió a ganar, en eso erró. Aunque sí que fue cierto que la carrera fue bastante diferente. Por su lado, seguro que sí, porque sacó el campeón que tiene dentro. Llegó a los de delante, después de haber rodado séptimo y verse enfrascado en batallas muy peligrosas (por momentos pareció ir algo fuera de control), e incluso intentó algo que de salirle se habría repetido en las televisiones cientos de veces: un adelantamiento a dos en la última curva de la penúltima vuelta, que no pudo culminar en una frenada muy complicada, con un ápice muy cerrado, y que le metió el miedo en el cuerpo como para decir 'hasta aquí hemos llegado' y aceptar un tercer puesto… que terminó siendo un segundo.
Porque Binder, insaciable, pisó la zona verde, y recibió una penalización al cruzar la meta por la que perdió el segundo puesto. Y no es la primera vez que le pasa este año al sudafricano: en Assen perdió un tercero que terminó siendo un quinto en el sprint. Para entender su mérito, en cualquier caso, hay que ver dónde terminaron el resto de motos austriacas, las tres últimas, sobre todo con la referencia de la de Jack Miller, que lleva exactamente lo mismo que la suya (lo que incluye el nuevo chasis de fibra de carbono). Con esto le hizo un de tú a tú a la moto dominadora de la clase reina y a un piloto que está dominando MotoGP, aunque esta vez fuese con más dificultades.
Tras las pesadillas de Indonesia y Australia, Jorge Martín Almoguera ha vuelto a recortar puntos al campeón Bagnaia. Nueve el sábado, y cinco el domingo, lo que le coloca a 13 en la general a falta de tres grandes premios (seguidos, Malasia, Qatar y Valencia), que repartirán 111 puntos. Muchos para el margen en el que se está jugando el campeonato. El domingo de Tailandia dejó un espectáculo a tres que esta vez apenas dejó espacio para los secundarios, en una prueba sin grandes sorpresas (un buen sexto de Fabio Quartararo, un correcto séptimo de Marc Márquez, peleón en la primera parte). Pero con un espectáculo final en las últimas vueltas con los ataques y contraataques entre Martín, Bagnaia y Binder, que hicieron que mereciese la pena tener la vista fija en la pantalla durante 40 minutos.