La máquina española de fabricar pilotos de motos no para de funcionar
Al margen de MotoGP, Portugal vio las victorias de Acosta y Holgado en Moto2 y Moto3, y los podios de Canet y Muñoz.

El Mundial 2022 de Moto3 terminó con el título de Izan Guevara, piloto del Aspar Team, que completaba su segundo año en la categoría y que había llegado al equipo español desde la European Talent Cup. Subcampeón fue Sergio García, que había debutado en la estructura patrocinada por Estrella Galicia y dirigida por Monlau Competición, que inicialmente tuvo al frente a Dani Amatriain (manager que trajo al campeonato a pilotos como Jorge Lorenzo o Pol Espargaró) y después a Emilio Alzamora (encargado de los hermanos Márquez hasta el pasado año), que terminó desvinculándose de esta empresa que también cuenta con una escuela de formación de ingenieros y mecánicos para competiciones de motor.
Estructuras, las de Aspar y Monlau, que bucean en las muchas copas de promoción que hay en España y que llevan habiendo en diferentes formatos desde hace muchos años. Quizás con menos solera que aquella patrocinada por Movistar (la famosa competición de la que surgieron talentos como los de Dani Pedrosa, Casey Stoner o Álvaro Bautista) y otras como la Cuna de Campeones (Joan Mir, Jorge Martín, Raúl Fernández…) o las copas promocionadas por el Real Automóvil Club de Cataluña, el RACC (los hermanos Márquez, los Espargaró, Alex Rins, encabezando un enorme listado). Todo esto sumado a una envidiable red de circuitos, la climatología que acompaña y una cultura de muchos años que lleva a iniciar a los niños a edades muy tempranas en el deporte de las dos ruedas.
La marcha de Guevara y García a Moto2 habría supuesto, para otros motociclismos, asumir que iba a tocar una cierta travesía en el desierto hasta la llegada de savia nueva, pero en el caso español no es así. Este pasado domingo, en Moto3, ganó Dani Holgado (17 años), en su segundo año en el Mundial y después de haber sido campeón del junior en 2021. Ese título lo había logrado con Aspar, aunque antes había competido con Monlau y en la Cuna de Campeones. Segundo terminó el sevillano David Muñoz, que tuvo que esperar hasta mayo del año pasado para poder debutar (para cumplir 16), y que subió al podio en su segundo gran premio. Cerró el podio el brasileño Diogo Moreira, que lleva seis años viviendo en España, y cuarto fue el debutante José Antonio Rueda, otro sevillano (17 años), que fue campeón en 2022 de la Rookies Cup y del Mundial junior.
"El éxito viene de la base, de los niños que empiezan a competir aquí a los seis, siete, ocho años, y que empiezan a cumplir las diferentes etapas", explica a Relevo José Luis Cardoso, ex mundialista, y que a través de Cardoso School ha traído a Muñoz al campeonato (y en Moto2 a Borja Gómez). "La cantidad de niños no sólo en los campeonatos nacionales sino también en los regionales hace que la afluencia sea muy grande y la competitividad mayor, y eso hace que los pilotos a su vez sean mejores y que cuando llegan a las categorías más importantes sean lo mejor de lo mejor, han pasado ese filtro. Y eso nunca se para, porque tenemos el recambio continuo. Cuando cumplen etapas, como hace dos años Acosta o el año pasado Guevara, ya tienen a sus sustitutos. Ahora Holgado, David Muñoz, Rueda, o David Alonso, que ha demostrado ser muy rápido, o Moreira, que se ha educado y formado aquí en España. La cantera es enorme e inagotable debido a esa formación que se les da".
Cardoso mantiene el discurso de la necesidad de formar en todos los aspectos a unos niños que luego van a tener que afrontar una exigente carrera profesional. Y como muchos otros de los actores de este éxito, el sevillano dedica tiempo a buscar ese talento. "Pusimos un proyecto en marcha, en Cardoso Racing, con la política de ayudar a niños con talento y sin recursos. Estuve como un año y medio viendo, visitando carreras de regionales, del campeonato de España de mini velocidad, Cuna de Campeones, aunque basé mi selección en pilotos de nuestro entorno y de nuestra tierra. Y fue cuando vi a los que me llamaban la atención me presenté, hablé con sus respectivos padres y les expliqué un poco el proyecto que tenía entre manos, explicándoles que por lo visto creía que tenían posibilidades de futuro".
Un trabajo equivalente al del clásico ojeador, pero para un deporte con más riesgos y en el que el grupo de los elegidos termina siendo muy reducido. "Pensar en esto cuando estás hablando de un niño de ocho añitos es complicado. Pero todo empieza por esa base, esa formación temprana. Y lo haces con esos niños que son excepcionales, porque al final eres como un ojeador de fútbol. Que es como funciona, como en el caso de Jorge (Martínez Aspar) que lo hace súper bien desde muchos años y que es un referente, porque ha sacado hasta campeones del mundo". Una de los motivos que explica por qué la cantera del motociclismo español parece inagotable".