Marc Márquez y un camino lleno de espinas hasta rozar la perfección: "Ganar no es lo normal y eso lo he aprendido a golpes"
El piloto de Cervera ha firmado un inicio de temporada casi perfecto con Ducati, recordando sus mejores tiempos. Aunque él avisa que ya no es el mismo de entonces.

Cinco años después de tocar la cima por última vez, Marc Márquez vuelve a reinar en MotoGP. Tras años marcados por lesiones, frustraciones y una Honda que dejó de estar a la altura de su leyenda, el piloto de Cervera ha vuelto a lo más alto, pero lo ha hecho siendo otro Marc, uno más completo, más sereno… y más humano.
Llega al Gran Premio de España 2025 como líder del campeonato, pilotando la imparable Ducati oficial con la que ha pulverizado el arranque de temporada: pleno de poles, pleno de victorias en los Sprints y tres de cuatro carreras dominicales ganadas. Solo una caída en Austin le ha privado del inicio perfecto. Pero ni siquiera eso ha empañado la sensación de dominio que transmite cada vez que se sube a la Desmosedici.
"No son los 32 tacos, son los 3-4 años de lesiones los que me hacen valorar mucho más el momento que estoy viviendo. Es recalcar el momento que vivimos tanto mi hermano como yo. Siempre, cada sábado, le digo: 'Esto no es normal'. Intentaremos seguir con esta inercia, pero pasarán malos momentos. Lo estoy disfrutando más que cuando tenía 20 años, porque ganar no es lo normal. Lo normal es quedar segundo, tercero o detrás".
«No soy mejor que el Marc de 2019, soy diferente»
En un acto organizado por Estrella Galicia 0,0 en Madrid, Márquez habló claro. Ya no es ese piloto obsesionado con ganar cada fin de semana. Ahora entiende el valor del camino, de la superación. "Ese Marc de 2019 hizo la mejor temporada, pero no era el mejor Marc. Ahora tengo otra mentalidad. No me atrevo a decir que soy más fuerte, pero sí mucho más tranquilo y feliz", confesó.
En ese 2019, Marc ganó el título terminando primero o segundo en todas las carreras menos una. Ahora, cinco años y cuatro operaciones después, lo que ha cambiado es la forma en que vive cada éxito. "Ganar no es lo normal. Y eso lo he aprendido a golpes. Hoy valoro mucho más cada victoria. Me siento en paz conmigo mismo".

Una nueva era, misma ambición
Con 32 años y tras haber renunciado a un contrato millonario con Honda para recuperar su mejor versión en Ducati, Márquez vuelve a disfrutar del motociclismo como cuando tenía 20. Pero con la experiencia de quien ya lo ha ganado todo. Y aunque las estadísticas le colocan como el gran favorito para este Mundial, el catalán no quiere caer en la trampa de la autocomplacencia. "Me han hablado de superioridad, pero es una palabra que quiero evitar. Puede hacerte bajar la intensidad. Y la intensidad es lo que te mantiene arriba", explicó.
Para ello, uno de sus rivales será su propio hermano: "Estoy muy orgulloso de Álex, de cómo ha sabido gestionar estos años, y más ahora, porque la comparación es odiosa. Y preguntarle en cada entrevista por el hermano, podría estallar, pero no. Lo lleva muy bien. Nos ayudamos, pero cada uno tiene sus estrategias. Ojalá me tenga que jugar el Mundial con él. De momento está siendo el rival más constante".
Y precisamente, como de lesiones y momentos sabe bastante, ha mandado un mensaje a Jorge Martín: "Simplemente, darle ánimos. Con mi lesión, decía que no se lo deseo a nadie. Mi consejo es que ni lesionado ni en caliente tome ninguna decisión".
Jerez, donde todo cobra sentido
Este fin de semana, Marc Márquez llega a Jerez como líder del Mundial y con un objetivo claro: levantar a la afición como solo él sabe hacerlo. El año pasado, con la modesta Gresini, logró aquí su primer podio en su nueva etapa. Ahora, con la Ducati roja, busca algo más: ganar ante su gente, cerrar un círculo emocional y confirmar que está de vuelta. Pero no como antes. Mejor.