Marc Márquez: "Toca otro paso para atrás para construir la confianza"
El 93 llega a Phillip Island, el circuito donde logró su último podio en seco, con las dudas que le dejó la caída en Indonesia.

Circuito de Phillip Island (Australia)-. Marc Márquez va descontando los grandes premios para poder concluir esta etapa y comenzar la nueva, con Ducati, aunque aún con varias dudas. Una, saber si va a poder probar la moto en el primer test de la pretemporada 2023, ese que tendrá lugar en el escenario de la última prueba de este curso, en Cheste (Valencia). "No está confirmado ciento por ciento", nos explicaba este jueves en Phillip Island, "pero espero que sí". Un hecho que suele ser importante. "Para un invierno más relajado, o más preocupante… Pero, sobre todo, porque hay esta intriga por probarla. De momento está trabajando mi gente en ello".
La segunda, saber qué moto va a usar, porque sobre el papel será una 2023, aunque Gigi Dall'Igna, el máximo responsable de Ducati, ya deslizó que podría no ser la última versión de este prototipo. "Por lo que tengo entendido te lo ganas en pista, si vas más rápido te dan más cosas, y si vas menos rápido pues tienes menos cosas". Lo que ya sabe seguro es que su equipo técnico será el actual de Fabio Di Giannantonio, encabezado por el ex jefe de mecánicos de Joan Mir, el británico Frankie Carchedi, un grupo humano al que aún no conoce; y que podrá tener a uno de sus hombres de confianza, Javier Ortíz, encargado ahora mismo de neumáticos y gasolina en su lado del Repsol Honda, y de mostrarle su pizarra en la recta.
Aunque todo esto llegará más adelante. "He tenido la suerte de que siempre he estado feliz, pero sí que ahora estoy sin ese peso encima de decidir, porque ya lo tengo decidido. Aunque tengo preguntas en la cabeza, obviamente. Está decidido y así estoy más relajado y puedo disfrutar de las cinco carreras que nos quedan. Por ahora tengo que centrarme en lo que me tengo que centrar, en Honda, y en terminar esta relación con buen pie. A ver si lo podemos hacer a base de resultados". Unos resultados que trató de ir construyendo a partir del verano poco a poco, después de las decepciones (agravadas por lesiones) de Alemania y Países Bajos, y que sufrieron un parón el pasado fin de semana en Indonesia.
"Después del verano muchos de vosotros no entendíais mi discurso, incluso me preguntabais...", nos señalaba a los medios desplazados hasta Australia. "Fue real, había un plan en la cabeza y lo seguí. Me daba igual todo y ese era el plan: ir un paso para atrás, estar el quince o el dieciocho, el catorce, y si caían tres, pues estar el once, e ir construyendo confianza. Y cuando la fui construyendo y cuando la tuve empecé a apretar más. En Misano empecé a apretar más, y luego ya en India y Japón empezaron a llegar más resultados, pero también más caídas". Una progresión que se detuvo en Mandalika. El sábado aguantó unas pocas curvas, el domingo volvió a irse al suelo. Posteriormente no habló con los medios escritos. Su equipo alegó el horario de un vuelo inexistente, él aclaró este jueves que había sido por una emergencia técnica. En cualquier caso, fue una jornada decepcionante para el 93.
"El viernes fue el que nos puso el caramelo en la boca y luego no supimos aceptar que no estábamos listos ni para estar entre los diez primeros. Apreté más de la cuenta y me volví a caer, así que por eso toca ahora otro pasito para atrás y volver a construir esta confianza, pues sin confianza no vas rápido, vas rígido y entonces pierdes las sensaciones con la moto". Un discurso cauteloso que contrasta con el del resto de la parrilla, donde antes de que arranque la acción prolifera la ilusión de que un lugar como Phillip Island permita brillar incluso a los que técnicamente se sienten inferiores. Una circunstancia para la que no se puede descartar a Márquez, aunque él prefiera mirar para otro lado, visto cómo se desenvolvió en 2022, en un circuito en el que logró su último podio en seco hasta el momento.