MOTOGP | GP DE AUSTRALIA

Vuelven los mortales de Johann Zarco, el bicampeón de Moto2 que en 7 años no había ganado en MotoGP

El francés sorprendió a todos en una última vuelta perfecta que le dio su primera victoria en MotoGP.

Johann Zarco tras conseguir su primera victoria en MotoGP. /Redes sociales
Johann Zarco tras conseguir su primera victoria en MotoGP. Redes sociales
Raquel Jiménez

Raquel Jiménez

2.533 días han pasado desde que Johann Zarco saborease por última vez el champán de los ganadores. Siete años después lo ha vuelto a hacer, como uno de los grandes, entrando en el selecto grupo de pilotos que han conseguido una victoria en la categoría reina. Desde entonces, más de 100 carreras, 20 podios y 10 poles han ocupado su palmarés. Es uno de esos pilotos que no pasan desapercibidos por el Mundial pero que tampoco termina de destacar. Al menos hasta este domingo, el día en el que el francés ha conseguido su primera victoria en MotoGP.

Ha sido dos veces campeón del Mundo en Moto2 -en 2015 y 2016-, y desde 2017 compite en MotoGP. Primer, en Monster Yamaha Tech3. Cinco equipos diferentes después, el Prima Pramac Racing, con el que ha conseguido su primera victoria. "Creo que voy a dormir hoy a pierna suelta, porque aquí en Phillip Island en condiciones de seco, esta victoria me da grandes sensaciones ya que a todos les encanta este circuito y te sientes como parte de los pilotos más rápidos de la parrilla. Es una gran sensación", aseguró tras lograr la victoria en el GP de Australia.

Ganar siempre tiene un sabor especial, pero sin encima lo haces en una última vuelta en Phillip Island, uno de los circuitos más emblemáticos del mundial, y venciendo a los dos contendientes al título de esta temporada, la satisfacción es mayor: "Pecco -Bagnaia-, lleva tres años ganando con la Ducati, y Jorge - Martín-, que está en su mejor momento, pero esta victoria ha sido especial, ya que cuando vi que Jorge se destacaba, pensé en luchar por el podio y por el segundo puesto, que no sería fácil, pero en las últimas cinco vueltas, cuando vi que caía mucho el neumático de Jorge, dije 'Bueno, igual puedo conseguir algo mejor'", insistió el piloto francés.

Una gestión perfecta de la carrera

El piloto de Prima Pramac Ducati salió triunfador en en Phillip Island cuando parecía que los honores se los iba a llevar una vez más su compañero de equipo, Jorge Martín, quien estuvo toda la carrera liderando, pero una mala elección de neumáticos le apeó del triunfo en la última vuelta. Zarco adelantó a su compañero de equipo en la última vuelta y cruzó la meta con sólo 0, 201 segundos de ventaja sobre el italiano Bagnaia, con el piloto de Gresini Fabio Di Giannantonio tercero.

"Hoy la gestión de los neumáticos era el punto crítico y el ritmo detrás de Pecco me ha ayudado muchísimo a tener ese extra y no necesitas mucho más para marcar esa diferencia, pero fue lo suficiente para conseguirlo", comentó Zarco. "Siempre tratas de mantener la esperanza de conseguirla, pero siempre que tenía posibilidades de ganar había otro piloto que se lo llevaba. Y entonces empiezas a preguntarte '¿Qué pasa?', pero hoy sí he podido estar ahí con esta estrategia de controlar bien el neumático trasero y tener la ventaja al final con mi estilo de pilotaje", añadió.

Aunque reconoce que no fue fácil, supo estudiar bien la carrera para terminar de rematarla con el oro. "A cinco vueltas del final, entendí que era posible alcanzar a Jorge y que era capaz de adelantar al resto también. Quizás podría haber adelantado en la curva 6 a Jorge, como hice con Marc a principio de carrera, pero si hubiese esperado en la curva 4, quizá me habría atacado alguien a mí en la frenada, por eso era necesario atacar para evitar otro posible adelantamiento del resto", reconoció el francés.

Emociones a flor de piel al cruzar la línea de meta

Después de siete años y tantos intentos fallidos, es lógico que al cruzar la línea de meta un piloto descargue todas las emociones contenidas durante la carrera. "No quiero llorar", ha confesado el galo al llegar al parque cerrado. "Un periodista me ha preguntado si he gritado debajo del caso y la respuesta es que no. Me sentía como muy calmado en ese momento. Estaba en plan 'Mira, por fin, ya está. Trabajo hecho, lo he conseguido'. Y luego ya llegaron las emociones poco a poco. Me sentía muy contento, porque me han felicitado los pilotos; no todos, pero sí muchísimos. Se abrían el casco y en su mirada mostraban lo contentos que estaban por mí y eso me ha emocionado mucho".

Aunque si hay un momento que defina a las mil maravillas un sábado que recordará siempre Johann Zarco es la vuelta de los saltos mortales que durante tantos años le han acompañado cada vez que ganaba una carrera y que hoy, siete años después de su última victoria en Valencia 2016, ha vuelto a protagonizar.

"No estaba pensando en eso cuando he cruzado la meta, pero después de dos curvas he pensado que lo tenía que repetir. No estaba muy cansado y he dicho 'Voy a intentarlo'. No fue perfecta, porque he tenido que tocar el suelo con las manos al aterrizar, pero al menos he aterrizado con los pies. Estaba pensando en hacerlo en el parque cerrado, pero era mejor hacerlo delante de la afición, como antaño", ha concluido.