MOTOGP | GP DE CATALUÑA

Raúl Fernández o cómo sonreír cuando terminas por los suelos

El campeón de Moto2 de 2021 fue la gran sorpresa de un sprint que lideró y en el que terminó llorando tras caerse en la vuelta cinco.

Raúl Fernández, en el GP de Cataluña. /EP
Raúl Fernández, en el GP de Cataluña. EP
Borja González

Borja González

Circuito de Barcelona-Catalunya-. Raúl Fernández es decimoquinto en la general del Mundial de MotoGP, uno de los de más nivel que se recuerda, con 18 puntos y a 117 del líder, Jorge Martín. Ha sumado tres puntos en pruebas al sprint (dos novenos), y el resto entre tres carreras, con un décimo en Austin como mejor resultado. El viernes en Montmeló se sentaba a hablar con la prensa cariacontecido: había terminado decimosexto. "Estoy un poco frustrado, ha sido un poco desastre, sobre todo al buscar la vuelta rápida, porque de ritmo no estoy mal", nos comentaba.

El organizador del Mundial hace pasar a todos los pilotos de MotoGP ante los medios desplazados, aunque muchas veces se van solapando unos con otros. En otras ocasiones te encuentras con uno que llega sin que haya nadie más, y así se puede aprovechar para escuchar sus comentarios, aunque en tu fuero interno lo veas como una mera información, que no va a ir mucho más lejos, de alguien poco protagonista. En este caso, fue otro complicado día para Fernández, el cuarto piloto de Aprilia, el único que corre con la moto 2023, y uno cuyo lugar en 2025 tampoco se ve como garantizado. ¿Cómo puede ser que, de la noche a la mañana, termine como uno de los hombres del día?

"Llevo diciendo mucho tiempo que MotoGP son muchos pequeños detalles, y que a nosotros nos cuesta mucho la cuestión de la electrónica, porque yo soy una persona que pilota mucho con la rueda delantera y en Aprilia esta moto te lo permite, pero no conseguía salir rápido, porque si ganaba media décima entrando en curva, perdía una saliendo. Y día a día Aprilia me está ayudando a conseguirlo y, sobre todo, creo que tiene nombre y apellido el cambio tan radical que se ha producido, que se llama Davide Brivio. Creo que el trabajo de esta persona con nosotros está haciendo que lleguen las cosas y que consigamos poco a poco lo que queremos".

En el libre de la mañana del sábado el madrileño, campeón del mundo de Moto2 en 2021, fue octavo. Después, en la Q1, y tirando solo, dejó la primera pista al terminar segundo tras Fabio Di Giannantonio, lo que le permitió meterse en la Q2. Y en ese momento crucial firmó un tercer mejor crono con suspense, porque primero le habían cancelado la vuelta por haberla hecho con banderas amarillas, para después darla por válido tras revisar los vídeos. Su primera primera línea en la clase reina. El anticipo de lo que vino después, aunque su exhibición terminase con una caída en la quinta vuelta, cuando lideraba por primera vez una carrera en la categoría, y tras firmar dos vueltas rápidas consecutivas.

"Al final es algo que no es porque sea MotoGP, es por lo que entreno cada día, para cumplir mi sueño y yo estaba cumpliendo una misión, y cuando estaba primero me lo estaba pasando tan bien que pensaba que para esto es todo el trabajo que hay por detrás", comentaba tras mostrarse por primera vez en este MotoGP. "Creo que lo de hoy ha sido un error garrafal porque he salido mal de la curva y he caído por tonto, porque hoy me sentía bien. No podía casi ni parar de llorar por lo mal que me sentía por el equipo, pero he visto que, independientemente de la caída, he vuelto un poco, aún no del todo, pero he visto esa confianza en mí, en el equipo y en la moto. Y el trabajo que hemos ido haciendo en las tres últimas carreras creo que hoy se ha visto reflejado".

Porque Fernández ha venido repitiendo en las últimas fechas que la llegada este invierno a la estructura de Trackhouse, la casa estadounidense que se ha quedado con esas dos plazas de Aprilia, de Davide Brivio ha sido fundamental. Brivio fue team manager en Yamaha en la primera época triunfal de Valentino Rossi, y fue el encargado de organizar el proyecto de Suzuki en su regreso a la clase reina, que culminó con el título de Joan Mir en 2020. Después desembarcó en Alpine, en la F1, cuando corría allí Fernando Alonso, para terminar retornando a MotoGP, el mundo que mejor conoce.

"Él está trabajando desde detrás para que nos sintamos cómodos y para hacer un equipo de verdad, con una estructura para poder luchar por ganar. Y lo digo porque es la primera vez desde que estoy en MotoGP que yo siento que quieren trabajar para hacer crecer el equipo y ponerlo en una posición muy chula. Llevo tres años y en ningún momento he sentido este cariño, esta pasión y estas ganas de trabajar conmigo, que son recíprocas, y por eso le menciono tanto, porque desde que llegó se ha visto que el equipo va creciendo mucho". La de este sábado ha sido la primera señal. El domingo será la segunda oportunidad. "Cuando vas primero cambia la situación. Llevaba mucho, mucho tiempo sin pasármelo así. Podría decir que desde Moto2", nos reconocía con una sonrisa nada habitual en alguien que ha terminado su día por los suelos.