La evolución de las MotoGP rozan el "límite humano": "Parecen coches de F1, pero los brazos son los mismos"
En el último Gran Premio de Italia, varios pilotos terminaron con problemas físicos.

"Si hubiera habido una vuelta más, me habría tenido que retirar", confesaba Aleix Espargaró tras acabar la carrera del Gran Premio de Italia. Una sensación con la que terminaron gran parte de los pilotos de la parrilla y que reabre un debate sobre las motos actuales, la carga aerodinámica y el resto de elementos que convierten las motos cada vez más pesadas y difíciles de pilotar hasta el punto de que varios pilotos acabaron la cita italiano con problemas físicos. "Era un problema común", añadía el mayor de los Espargaró.
Desde hace años, las motos han ido evolucionando hasta el punto de que la tecnología y la aerodinámica se han convertido en la base principal. De hecho, no es novedad que lo que hace años era 70% piloto, 30% moto, ahora sea totalmente lo contrario. Y lo que es bueno para unas motos que ya alcanzan casi los 400 km/h, en muchos otros términos es una mala noticia. "Las motos parecen coches de Fórmula 1 y los tiempos y las vueltas rápidas son extremados, pero los brazos siguen siendo los mismos", reconocía el catalán.
De hecho, hace apenas nueve años, antes de la llegada de la aerodinámica, la vuelta rápida en el trazado italiano fue de 1:46.489, mientras que este curso donde Pol Espargaró estuvo a punto de batir el récord de velocidad punta de 366.1 km/h, la vuelta rápida ha sido de 1:44.504. Unos números que, a pesar de sorprender, no influyen en el espectáculo, pero sí en el físico de los pilotos. "La fuerza de la aerodinámica que tenemos en las MotoGP son demasiado para el cuerpo humano".
Al límite humano
Este año, hasta diez pilotos -de las tres categorías-, han tenido que pasar por quirófano para reparar los problemas de síndrome compartimental, el gran enemigo de los pilotos. "Una vuelta más y hubiese tenido que retirarme. La moto era súper agresiva, súper nerviosa, y no podía acelerar más. No podía frenar. Las últimas ocho o 10 vueltas solo estaba frenando con un dedo", comentaba el piloto de Granollers. "Espero que en el futuro sean más lentos pero menos físicos, porque ahora son extremadamente físicos y la fuerza es increíble", lanzaba.
Porque lo cierto es que, a pesar de que Mugello siempre se ha caracterizado por ser uno de los circuitos más físicos del mundial, por sus grandes frenadas, este año esos límites han acabado sobrepasándose hasta el punto de que la mayor parte de los pilotos acabaron con un gran cansancio físico. "No es síndrome compartimental, sino que mi brazo está al límite en este tipo de circuitos. Mi músculo ya no tiene espacio, me he operado dos veces", reconocía Fabio Quartararo después de Mugello.
Un problema que promete solventarse a partir de 2027 con la nueva reglamentación que hace algunas semanas anunció Dorna y que entre otras cosas promete reducir notablemente la aerodinámica y la cilindrada con el fin de recuperar parte de la esencia de las carreras, con adelantamientos y luchas como las del pasado.