MOTOGP | GP DE MALASIA

Alex Márquez baila en Sepang y Jorge Martín aprieta más a Bagnaia

Fantástico triunfo del piloto de Gresini Racing en un sprint en el que Martín terminó segundo por delante del líder de MotoGP.

Álex Márquez, en la carrera al Sprint. /EFE
Álex Márquez, en la carrera al Sprint. EFE
Borja González

Borja González

Circuito de Sepang (Malasia)-. El martes posterior a la carrera de Tailandia, Alex Márquez mantenía una charla con Relevo. Aún con la grabadora apagada, se lamentaba de lo que consideraba como una oportunidad perdida. Aquel domingo en Buriram, apostando por un neumático trasero más blando que el resto, Márquez había conseguido meterse en el grupo de los elegidos, los tres que terminaron protagonizando la maravillosa pelea por los tres puestos de podio. Pero un error tras tocar la línea blanca le llevó al suelo, y le mandó a casa con la sensación de que en sus manos tenía un resultado potente. Trece días después pudo resarcirse.

"Creo que somos los más rápidos de cara a la carrera", nos contaba este viernes Pecco Bagnaia cuando le preguntamos por las palabras de Jorge Martín en las que les señalaba a ellos dos como los más sólidos tras la primera jornada. Aunque el italiano incluía a un tercer nombre. "Alex Márquez está yendo también muy bien, sobre todo en la vuelta rápida, en el momento de aprovechar el neumático nuevo. Así que creo que en estos momentos estamos nosotros tres, pero siempre es muy difícil hacer pronósticos". Y el campeón de 2023 lo clavó. Márquez salió bien, aprovechando su cuarta plaza en la parrilla, y en pocas vueltas se vio que no se cortaba por verse metido en la pelea que mantenían los del título.

En aquella entrevista con Relevo le recordábamos al ganador del sprint de Malasia, que antes había ganado el de Silverstone, que Dani Pedrosa había comentado que se podían sentir tres cosas al pilotar una MotoGP: llevar un toro, un vehículo difícil de controlar; parecer que la parte de delante la habían puesto detrás, cuando nada sale; y bailar, cuando todo fluye. "Es así. Y esto último yo puedo contarlo con dos dedos". Desde este sábado podrá usar un tercer dedo. A cinco vueltas para el final, Márquez rebasaba a Bagnaia, que parecía que iba camino de ampliar su hueco llevándose la prueba corta, e imponía un ritmo demoniaco; en ese mismo giro, Martín también adelantó al italiano, en una maniobra con mucho significado para este campeonato.

Porque el madrileño no había dejado durante el sábado la sensación poderosa de otras veces, aunque a punto estuvo de llevarse la pole, un honor (con récord incluido) que recayó en su rival; un hecho que pareció un golpe moral, pese a que ambos quedasen separados por sólo 58 milésimas de segundo. Pero es que mientras Pecco asombraba, Jorge se iba al suelo… El español dio la vuelta a la historia y la vuelta a la carrera y ahora ve a su rival a sólo 11 puntos, que podrían haber sido más, sino hubiese tenido como guardaespaldas a Enea Bastianini, renacido, y que esta vez sí que fue un verdadero compañero de equipo, porque en todo momento demostró tener un punto más que el número 1.

El sprint de Malasia dejó pocos focos más de atención, aunque sí que dos detalles que pese a ser reiterativos continúan siendo significativos. Primero, lo de Honda, con sus dos pilotos Repsol una vez más por los suelos; y con la vigésimo séptima caída de Marc Márquez, que iguala su récord histórico sin haber corrido todas las carreras, en un día que comenzó con una pésima Q1 en la que protagonizó un numerito del gato y el ratón con Franco Morbidelli. Y, después, lo de Yamaha. Fabio Quartararo y Morbidelli fueron los más rápidos en el último entrenamiento libre del sábado. Con el francés enseñando un ritmo demoledor que en otros tiempos le habría dado el papel de máximo favorito de cara a las carreras. Pero, no. Encajonado en el octavo puesto de la parrilla, hizo una salida horrible, y terminó en un triste decimosexto puesto que agranda un poco más el estado de depresión en el que lleva viviendo durante toda esta temporada.