MotoGP busca su límite y Pecco Bagnaia vuelve a destrozar el récord de Sepang
El italiano fija el mejor tiempo histórico de la clase reina en Malasia, en un día con cuatro pilotos por debajo de la barrera del 1'56.
![Pecco Bagnaia durante su última tanda de entrenamientos./AFP](http://s1.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202402/08/media/cortadas/peco-bagnaia-Rcf6JC84F4mtZSuqfsZwzPP-1200x648@Relevo.jpg)
Circuito de Sepang (Malasia)-. MotoGP se mueve tan deprisa, en todos los sentidos, que es complicado hacer memoria para fijar cómo van evolucionando los tiempos por vuelta. Porque no hace tanto, bajar de los dos minutos en el Circuito de Sepang se consideraba como algo sorprendente. Lo logró Casey Stoner en el último día del test de la pretemporada de 2011, para dejar boquiabierto al personal con su 1'59.665 con la Honda. Ese día, su compañero Dani Pedrosa también fue capaz de superar esa barrera, dejando a la por entonces pareja del Repsol Honda al frente de la categoría (en realidad era un trío, porque fue un año con la peculiaridad de que por un asunto contractual el equipo nipón tuvo que mantener a Andrea Dovizioso, que había llegado a esta estructura en 2009).
Y aquellos dos minutos quedan ahora muy lejos. Este miércoles la batalla se concentró en las cercanías del 1'56. Y el jueves se rompió definitivamente. En las pruebas invernales de 2015, Marc Márquez, también con la Repsol Honda, se encargó de romper el 1'59, lo que dio el pistoletazo de salida para la pelea por bajar al siguiente escalón. Y eso, obviamente, cada vez parecía más difícil. Tanto que, para mejorar ese 1'58.867, hubo que esperar de nuevo a un entrenamiento de pretemporada, el de 2018, cuando Jorge Lorenzo llegó en el tercer día (con la Ducati) al 1'58.830. Aquel tiempo de Márquez era aún de la época en que la marca de neumáticos era Bridgestone, algo que cambió en 2016, cuando el suministrador único pasó a ser Michelin.
El siguiente salto de consideración no llegó hasta 2022. En el segundo día de pruebas invernales, Enea Bastianini, con la Gresini Ducati, vislumbró el 1'57 (1'58.131), un arco que traspasó en el gran premio Jorge Martín, un piloto que acostumbra a sacar su apodo 'Martinator' para golpear el cronómetro. En el gran premio de esa campaña, el madrileño se hizo con una fabulosa pole que fijó el mejor registro de Sepang en 1'57.790, una posición en parrilla que luego no logró transformar en victoria, en un domingo en el que quedó casi listo el primer título de campeón del mundo de la clase reina para Pecco Bagnaia, en la que ha terminado siendo la confirmación de la entrada de lleno en la era Ducati, la referencia que en estos momentos persigue el resto de fabricantes.
Bagnaia warm-up etc but not with the latest lower aero soz pic.twitter.com/JnEY3D9IqW
— Mat Oxley (@matoxley) February 7, 2024
En el último Gran Premio de Malasia, en plena batalla por la corona entre Bagnaia y Martín, el primero dio un simbólico golpe sobre el tablero al marcar el mejor tiempo en el entrenamiento oficial del sábado con lo que parecía un portentoso 1'57.491. Ese día, los cinco primeros de la clasificación consiguieron mejorar lo de Martín de un año antes: el citado Bagnaia, el propio piloto madrileño, Bastianini (que terminaría llevándose la victoria el domingo), Alex Márquez (vencedor del sprint) y Luca Marini, los cinco con Ducati. El miércoles, en el segundo día de pruebas del IRTA test de Sepang, el límite se bajó un poquito más.
Martín salía a pista en esa primera hora en la que casi todos los pilotos montan neumáticos nuevos y se prueban a una vuelta lanzada. Eran las 10:36 horas en Malasia (a las 10 se había abierto la pista). Fabio Quartararo, en una buena señal para la nueva Yamaha, se metía en el 1'57, por debajo del crono que había permitido a Martín liderar el primer día. Poco después, Marco Bezzecchi subía un poco la apuesta, y aún más Brad Binder con la KTM (1'57.685), algo relevante para medir el estado de los que quieren llegar al nivel de Ducati. Pero era el subcampeón de 2023 el que imponía un nuevo límite sobre dos ruedas a Sepang, 1'57.273, ante las caras de asombro en su garaje. Ya por la tarde, Enea Bastianini mejoraba un crono que empezaba a parecer mágico: 1'57.134. "Por la mañana de diez y media a once tendremos fuegos artificiales", vaticinaba Alex Márquez con la jornada ya terminada y después de lo que se había vivido. Y vaya si los hubo.
Porque se confirmó lo esperado por Márquez, y la apuesta de Martín: "Seguro que el 56 se toca". Cuatro veces, con cuatro Ducati. Y con un mensaje del campeón, que fue el primero en hacerlo, con un tremendo 1'56.682, 452 milésimas más rápido que el récord oficioso (para las estadísticas no cuentan los registros de los entrenamientos) de Bastianini del miércoles, 809 que el oficial establecido por el propio Bagnaia en el último gran premio. Segundos después Martín llegaba también al 56, a 172 milésimas del primero, y más tarde tanto Bastianini como Alex Márquez rompían también ese muro. Claro, los cuatro con Ducati, en una jornada en la que los diez primeros giraron por debajo de aquella pole de 2023 de Bagnaia que en ese momento apareció como algo de otro planeta.