El chino Pan Zhanle cuestiona la piscina lenta de París con el récord más limpio de la historia: "Pasé 21 tests en julio"
El plusmarquista mundial destrozó su marca en cuatro décimas en medio de la polémica por el dopaje de la natación de su país.

La noche en la Dèfense tenía guardada una sorpresa final, la guinda, en una de las jornadas más apasionantes que recuerdan estos ojos. Léon Marchand se inundó de oros en dos pruebas tan dispares como los 200 mariposa, donde reventó al plusmarquista Kritof Milak, y los 200 braza, donde coqueteó con el récord mundial; Katie Ledecky se quedó a una medalla de oro de Larissa Latynina (9) y Sarah Sjöstrom, la velocista sueca, se emocionó con el oro en los 100 libre a sus 30 años. Pero lo que sucedió en la final masculina de la velocidad dinamitó todo lo que hasta ahora había sucedido en estos Juegos Olímpicos de París.
El chino Pan Zhanle, de 19 años, cuya aparición fue impactante con su récord mundial este mismo 2024 (46.80), nadó una de las carreras más perfectas que se recuerdan, de principio a fin, con una salida que lo colocó primero, un viraje meteórico y un tramo final en el que desplegó ese deslizamiento y esa potencia; porque Zhanle puede ser Dressel o Popovici, se puede encasillar en el grupo de los musculosos o de los que flotan como peces. Y, claro, unido todo surgió como arte de magia el récord mundial. En otra galaxia. 46.40. Alucinaron él, los rivales y el público. Y se escucharon algunos, tímidos, silbidos.
La medalla de oro no se puede desligar de dos situaciones que han marcado la natación en París. Primero, la idea de que la piscina de La Dèfense es lenta. Construida encima de un parking, con una profundidad de 2,17 metros cuando habitualmente es de tres, biomecánicos, entrenadores y nadadores se debaten en que esta circunstancia ralentiza las pruebas. Hasta este miércoles se habían batido récords de España y olímpicos, pero no del mundo, cuando en los últimos Juegos hubo siete y seis respectivamente. Si Pan Zhanle hubiera nadado en otra piscina, ¿habría bajado de 46? Inimaginable. Su récord cuestiona las teorías, al menos siembra la duda y abre la leta de los récords.
"Todo el mundo es inocente hasta que no se demuestre lo contrario"
Más allá de la piscina y sus vicisitudes, la natación estuvo marcada por el escándalo de los 23 positivos chinos antes de los Juegos de Tokio que finalmente la Agencia Mundial Antidopaje decidió archivarlos porque, según los informes, se produjeron por contaminación alimentaria. Y algunos de esos nadadores ganaron en Tokio. Y 11 de ellos están en París bajo la duda de los atletas. "No lo sé si es limpio", dijo Dressel en la previa de este campeonato, mientras otros como Ledecky o Peaty fueron incluso más beligerantes.
Según un informe del Departamento de Integridad de World Aquatics, los nadadores chinos fueron los que más controles antidopaje pasaron en 2023. Y en los días previos a estos Juegos les realizaron hasta 200. El caso de Pan Zhanle salta a la vista, porque pasó por 29 controles en un año, lo que supone una media de un control cada 12 días. El récord mundial más limpio de la historia si nos atenemos a la frecuencia con la que el velocista chino, quien se había mostrado algo dubitativo en París al quedar eliminado de la final de los 200 libre, pero que voló en los 100. !El año pasado me hicieron 29 tests y desde julio me han hecho 21 y nunca he dado positivo. La vida continúa; para mí esta medalla no significa mucho, pero para China esto es mucho porque es el primer oro que logra en natación en estos Juegos", dijo.
El rumano Popovici, poseedor antes que Zhanle del récord mundial y plusmarquista de los 200, considera que "todo el mundo es inocente hasta que se demuestre lo contrario". Y, en sala de prensa, explicó que esta marca es impresionante y le sirve de motivación. El australiano Kyle Chalmers se alegró del récord de Zhanle: "Se lo merece".
Zhanle ha pulverizado uno de los récords que hace apenas dos años parecían inalcanzables, el de los bañadores mágicos de César Cielo. Con su marca en París ha abierto una caja que estos días sobrevolará de nuevo por La Dèfense. La de la piscina lenta y la de la sombra del dopaje de China, aunque el velocista se haya hartado de controles antidoping. Lo que quedará para muchos años son sus 46.40.