El ascenso fulgurante de Iris Tió, la estrella de la sincro que creció escuchando a Mozart: "Esta chica es lo mejor que ha tenido España"
Hija de músicos, tocó el violín, el clarinete y el piano hasta que se decantó por el agua. "En París soñamos con el oro", explica.
![Iris Tió durante una competición./EFE](http://s2.sportstatics.com/relevo/www/multimedia/202402/05/media/cortadas/iris-tio-RWNzEnbytF76jTGtOnrn1XI-1200x648@Relevo.jpg)
Todo comenzó en Gwangju (Corea del Sur), en los Mundiales de Natación de 2019 que encumbraron a Ona Carbonell como la nadadora con más medallas de la historia (23). En esa Selección debutaba una joven de 16 años con un talento descomunal, que respondía al nombre de Iris Tió. "Esta chica es la bomba. Es lo mejor que ha tenido España". La frase la pronunció Andrea Fuentes, seleccionadora de Estados Unidos y ganadora de cuatro medallas olímpicas. El tiempo le ha dado la razón al vaticinio de la tarraconense: retirada Ona, Iris es su sustituta, bronce en solo en los pasados Mundiales de Fukuoka y campeona del mundo en equipo. El serial de talentos que inició Gemma Mengual en los 90 lo prosigue esta hija de músicos, que en 2001, cuando la sincro logró su primera medalla internacional, todavía no había ni nacido. La nadadora ha sido bronce mundial en dúo técnico recientemente en los mundiales de natación.
En la tribuna del Gimnasio Yeomju, donde se celebró la competición en Gwangju, estaban Enric y Laia, los padres de Iris, unidos por la música. Él era clarinetista y ella violinista cuando se conocieron en un conservatorio inglés... Y de ahí surgió una relación. La abuela de Iris había sido compositora de música contemporánea, por lo que no era de extrañar que la primera afición de Iris no fuera el deporte. "Mis padres me ponían música clásica, y yo salía a bailar como loca. Siempre he vivido la música como un disfrute, de hacer lo que el cuerpo me pidiera".
Iris tocó el clarinete, el violín y el piano, e incluso se atreve a interpretar una de las 'Pequeñas Piezas' de Mozart, con quien se familiarizó de pequeña, para Relevo, en su casa a los pies del Tibidabo con vistas a la Gran Barcelona. "Mi madre y mi abuela me enseñaron a tocar. También estuve en un coro cantando, pero yo era más movida, necesitaba algo diferente... Y fue cuando descubrí la sincro. Para mí era un deporte perfecto, que combinaba el agua con la música". Desde niña, Iris Tió, alta, estilizada, con un físico ideal para la natación artística, llamó la atención de sus entrenadores por su "sensibilidad" dentro del agua, su capacidad para interpretar los movimientos de la música y acompasar sus brazos como notas del pentagrama. "Es una mezcla entre Fuentes, Mengual y Carbonell", resume Mayuko Fujiki, la seleccionadora, que de esto sabe un rato.
«Admiraba a las grandes nadadoras, su fuerza, la magia...»
El impulso definitivo fueron para Iris los Mundiales de Barcelona, en 2013, y los Juegos Olímpicos de Londres, un verano antes. Con apenas diez años, la barcelonesa se ponía delante del televisor a ver las competiciones. "Admiraba a las grandes nadadoras, la fuerza que tenían, ver la piscina llena y vibrando, la magia… Mi sueño era ser como Gemma, Andrea u Ona. Ahora lo vivo con alegría, estoy pendiente de entrenar cada día y disfrutar".
En la casa de los padres de Iris, que ha servido de aula musical, se respira música por los cuatro costados. El silencio y la tranquilidad, alejada del ruido de la ciudad, le ayuda a concentrarse en los retos de 2024. El primero de ellos, obtener el billete olímpico en equipo y dúo en los Mundiales de Doha que arrancarán en febrero. "El objetivo es la clasificación olímpica, así que iremos a por todas. Será un maratón duro porque hay muchas pruebas.Será muy intenso con una puntuación en la que hasta el último momento no sabremos qué tal irá", reflexiona.
"Será muy intenso con una puntuación en la que hasta último momento no sabremos qué tal"
Natación artística
Esa es la principal novedad de esta clasificación olímpica, como ya se vio en Fukuoka. La natación artística era un deporte previsible, donde los jueces respetaban las jerarquías conseguidas con el tiempo y apenas había sorpresas. Los criterios son ahora más objetivos, y se producen situaciones como la que vivió España en esos Mundiales: ganó el oro en equipo técnico, fue cuarta en la rutina libre y no presentó el acrobático. Todo puede pasar. "Al equipo le ha dado mucha motivación para entrenar y afrontar con ganas la temporada. Quedamos primeras en el Mundial y nos dio confianza; podemos. Pero también con este sistema es siempre un volver a empezar, como si el día anterior no hubiera pasado nada y la nota la vale", explica.
Ese sistema aporta incertidumbre. Con la ausencia de Rusia y la bajada de Ucrania, China, Japón e Italia se posicionan en cabeza aunque el resto de selecciones han aprovechado el cambio de reglamento para aspirar a todo. También España, que en caso de lograr la clasificación (hay cinco plazas en juego), aspira al podio en París 2024: "Todas soñamos con el oro y ahora hay más opciones. Nuestro objetivo es dar una buena imagen, demostrar que nuestro equipo no pierde la esencia. Y disfrutarlo".
Pero para eso aún queda trecho. Iris Tió está ahora inmersa en una rutina que lleva a rajatabla, donde no falta el estudio ("aprovechó al mediodía y por la tarde para ponerme al día con la universidad") ni la disciplina, que aprendió "desde pequeña con la música, cuando lo compaginaba con el colegio y aprendí a gestionar los deberes". Una manera de hacer de todo el equipo, ya que en ocasiones "quedamos en la cafetería en casa de alguna compañera para estudiar". Así de normal es la vida de Iris Tió, quien a sus 21 años puede vivir ya sus cuarto Mundiales y sus segundos Juegos. De bailar al son de Mozart a ser la "chica diez" de la sincro.