MUNDIALES DE NATACIÓN

El 'Daruma', la guerra y el reglamento que pueden llevar a la 'sincro' al podio olímpico

La constancia y el método japonés de Mayuko Fujiki, ha elevado a la selección a ser una de las favoritas para París 2024.

El equipo español, en los Mundiales de Natación de Doha. /GETTY
El equipo español, en los Mundiales de Natación de Doha. GETTY
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El Daruma es uno de los elementos más tradicionales e icónicos de la cultura japonesa. Y también del equipo español de natación artística, capitaneado una vez finalizaron los Mundiales de Budapest, de 2017, por Mayuko Fujiki, exmedallista olímpica en Atlanta 96 e hija de nadadores. La sincro se ha clasificado en dúo y en equipo para los Juegos de París y se posiciona como una de las favoritas a las medallas. Una concatenación de acontecimientos que han elevado a las españolas a esa pelea y a ponerse retos ambiciosos en su Daruma. "Cuando lo ves te recuerda que tienes que trabajar para conseguir los objetivos", dice la seleccionadora.

A esta figura le da nombre Bodhidharma y tiene su origen en el budismo. El monje se pasó nueve años meditando de cara a la pared y luchando contra las inclemencias, por lo que incluso perdió la sensibilidad en "los brazos y las piernas". Una leyenda que en la cultura japonesa, como explica Mayuko, sirve para "fijarte retos. Piensas un objetivo y cuando lo consigas puedes pintarle los ojos a la figura. Cuanto más completo esté, es que más retos has conseguido". El Daruma de Mayu, que es el del equipo, es el más ambicioso posible para los Juegos.

La ascensión de España se explica primero en la madurez de un equipo que lleva trabajando sin apenas cambios desde 2018, con la gestión de la lenta retirada de una Ona Carbonell que regresó para los Juegos de Tokio después de ser madre y de la inclusión de jóvenes valores como Iris Tió, nombrada la nueva reina de la Selección. El equipo crece con los hábitos de la seleccionadora, que cuida los detalles y que ha intentado equilibrar todo lo que ha aprendido en otras selecciones, como China o Estados Unidos, con los rasgos de sus mentoras, como Anna Tarrés y las rutinas creativas que aprendió.

Al margen de la evolución y de la estabilidad del equipo, a España también le ha ayudado el nuevo reglamento. Se ha acabado la antigua jerarquía, inamovible, en la que el equipo de Mayuko navegaba entre la quinta y la séptima posición. Ahora se premian las figuras bien hechas con un alto grado de dificultad, y es más fácil que las entrenadoras más estrategas y los países con un alto nivel técnico destaquen. "Es como una partida de póquer. Analizamos los jueces, los controladores, y tenemos capacidad de cambiar las figuras", explica Mayu.

Con una gran técnica de base debido a clubes que cuidan la sincro y captan a las mejores niñas, como el Kalipolis, y con un centro como el CAR de Sant Cugat para moldear a las júniors, la fuente de nadadoras de nivel es inagotable.

Hay un tercer elemento que es también determinante y que favorece a todas las selecciones. La guerra entre Rusia y Ucrania, dos de las tres selecciones abonadas a los podios desde 2014, ha borrado del mapa a la gran dominadora de este deporte y ha removido los cimientos del equipo ucraniano, que incluso se ha quedado fuera de los Juegos. Dos rivales menos con un puesto en los podios casi asegurado que ha provocado que China se erija como la nueva dominadora y otras selecciones, como Japón, España o la Estados Unidos de Andrea Fuentes, pelean por unas medallas en la lucha igualada de París.