MUNDIALES DE NATACIÓN

La valentía de Mayu y la pasión por la música que han llevado a Iris Tió y Alisa Ozhogina a París 2024

El dúo español, una apuesta de la seleccionadora en 2020, época de COVID, se consolida tras años de probaturas y polémicas.

Alisa Ozhogina e Iris Tió después de conseguir la plaza olímpica. /EFE
Alisa Ozhogina e Iris Tió después de conseguir la plaza olímpica. EFE
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El dúo español, formado por Iris Tió y Alisa Ozhogina, se quedó a apenas cuatro décimas de la medalla de bronce en la rutina libre, pero la plaza le sirvió para ganarse el billete a los Juegos Olímpicos de París. La pareja española ya había sido bronce en la modalidad técnica, por lo que en el cómputo global logra el último de los tres billetes en juego (Países Bajos y Gran Bretaña logran los otros) teniendo en cuenta que China ya estaba clasificada antes de la disputa de estos Mundiales de Natación en Doha. El dúo no falla a la cita olímpica una vez más.

Iris Tió y Alisa le han dado estabilidad a un dúo que siempre ha sido objetivo de cambios y de polémicas, especialmente después de la retirada de Andrea Fuentes, en enero de 2013, que dejó huérfana una plaza que había ocupado desde los Juegos de Pekín 2008. Primero fue Paola Tirados la compañera de Gemma Mengual, la primera pareja española en subir a los podios. En Pekín 2008 llegó Andrea Fuentes, a quien luego se le sumó Ona Carbonell tras la maternidad de Mengual (2010-2012). A partir de ahí, nadadoras como Marga Crespí, Paula Klamburg, Paula Ramírez, Clara Camacho, Sara Saldaña o incluso Mengual (en su vuelta a la competición en Río 2016) ocuparon unas plazas que desde la pandemia es responsabilidad de este joven dúo de músicas en una arriesgada apuesta de la seleccionadora, Mayuko Fujiki.

La pandemia precipitó los cambios. Antes de los iniciales Juegos Olímpicos en Tokio, en el invierno de 2020, Paula Ramírez y Sara Saldaña eran la pareja que se estaba preparando para competir en Tokio. Pero llegó la COVID y todo cambió. Mayu aceleró un proceso que ya le rondaba en la cabeza. Iris Tió era la joya de la corona, "una nadadora con más capacidades incluso que Ona, Andrea o Gemma", mientras que Alisa, como la define una de sus primeras entrenadoras, una nadadora "rusa hasta que le escuchas el acento". Una simbiosis joven que se fraguó con mascarillas, dos nadadoras con una sensibilidad especial para la música.

Los tests y las mascarillas de un estreno inolvidable en Budapest

Su estreno fue en los Europeos de Budapest, en mayo de 2021, un campeonato previo a los Juegos cerrado a cal y canto, donde los nadadores vivían con tests, mascarillas y distancia de seguridad en la burbuja creada en la Isla Margarita de Budapest, junto al Duna Arena, la magnánima piscina donde se celebró el campeonato. Allí nació una historia que siguió en Tokio, en los Mundiales de Budapest de 2022, los de Fukuoka, con las primeras medallas, y ahora en Doha donde se han consolidado como uno de los cuatro mejores dúos del mundo.

Ambas nadadoras tienen una historia similar, como la de dos gotas de agua. Iris Tió es hija de músicos y toca el piano. Tuvo que decidir hacia dónde viraba su actividad extraescolar y se decantó por la sincro. Alisa, cuyo padre es músico y nació en Rusia antes de trasladarse a Sevilla con un año, bailó sevillanas y toca el violín, pero le hizo casos a los consejos de su abuela Svetlana y se apuntó a natación sincronizada. El CAR de Sant Cugat las unió de adolescentes y ahora vivirán su coronación en los Juegos de París, donde persiguen la medalla, cargas de ilusión y con más razones que nunca.