El escándalo de los 23 positivos descubre las rutinas espartanas de los menores chinos: "Tienen prohibido comer fuera de casa"

El escándalo de los 23 positivos de nadadores chinos antes de los Juegos de Tokio, publicado después de una larga investigación por el New York Times y ARD, descubre todavía más las rutinas estajanovistas y espartanas de los menores en el país asiático, que luego se traducen en resultados históricos a edades infantiles como ocurre en deportes como los saltos de trampolín o la propia natación, con el último ejemplo de la nadadora de 11 años, Yu Zidi, que ha completado los 400 estilos en 4:40.97, una marca que le hubiera hecho finalizar décima en los Juegos de Tokio.

La Agencia Mundial Antidopaje (AMA) se defendió en una conferencia de prensa en la que alegó que todo se estudió y que la conclusión es que se trató de una contaminación alimenticia. El organismo que regula el dopaje mundial está bajo la lupa, por casos como los que ocurrieron en España y que destapó Relevo. Hay otras voces que han salido en defensa de China, como el técnico australiano Dennis Cotterell, una eminencia desde que llevó a la gloria olímpica a Grant Hackett (triple campeón olímpico), quien después se hizo cargo del entrenamiento de Sun Yang, el mejor nadador chino de la historia (tres oros olímpicos) sancionado por incumplir los protocolos de dopaje durante ocho años (reducido a cuatro), y quien ahora tutela los nadadores del país asiático. Es su gurú. Su defensor. Y también quien revela algunos de los "sacrificados" métodos y rutinas.

En una entrevista concedida al medio australiano The Sydney Morning, Cotterell explica que "me alegra decir que apoyo absolutamente a mis nadadores y cuestiono cualquier sugerencia de algo orquestado", se arrancó, para después puntualizar: "Veo por lo que pasan. Veo las medidas. Puedo contarte las historias. Conozco los hechos y me siento cómodo". El deporte chino se basa primero en la cantidad. "Todos los niños y las niñas hacen un deporte y el estado tienen un sistema para captar a los mejores", explica para Relevo un entrenador de natación que conoce someramente los métodos chinos. Los mejores se entrenan en los centros de alto rendimiento a muy temprana edad, donde las horas de entrenamiento son elevadas y la exigencia, máxima.

Cotterell explicó las prohibiciones que tienen los nadadores mayores de 14 años para no incurrir en un caso de dopaje. Insistió en que no se les permite comer en público ("tienen prohibido comer lejos de casa") por riesgo de comida contaminada y puso como ejemplo una situación que les sucedió recientemente: "Nos retuvieron recientemente durante seis horas. Estaban atrapados en el aeropuerto. No pudieron ir a comer ningún alimento a ningún lado. La base de entrenamiento nacional tuvo que preparar comida y enviarla al aeropuerto para que comieran los niños. Esa es su vida diaria. Esas son las precauciones y sacrificios que toman para evitar ese riesgo".

Sobre el caso concreto de los positivos en trimetazidina, Coterrell recalcó que un entrenador que estuvo presente le habló de que las condiciones de la cocina eran "atroces" y de todo el mundo sabe "la contaminación en la comida que puede haber en China". Por eso mismo, el preparador chino no tiene dudas: "Apoyo al cien por cien a mis atletas. Eso es consistente con todo lo que defiendo. Estoy bien con eso. Me quedaré con mi equipo hasta París y haré lo mejor que pueda para ayudar a los atletas con los que trabajo a obtener el mejor resultado. Me ha llevado a volver a entrenar. Hice lo que hice en Australia durante tantos años. Amo el deporte".

Alex Pussieldi, uno de los representantes de la delegación brasileña de natación, apoyó en sus redes sociales las palabras de Cotterell sobre China: "El entrenador Dennis Cotterell es una de las personas más correctas y calificadas en el mundo de la natación mundial, nunca se sometería a exponerse a nada ilegal, sin importar la cantidad que se pague por su trabajo".