Lukas Märtens hace trizas el récord 'imposible' y más tramposo de la natación
El alemán borra de la lista de récords mundiales el de Paul Biedermann en los 400 libre, vigente desde 2009.

Tenía que ser en Estocolmo, lejos de los focos de los Juegos Olímpicos o Mundiales, en una competición en medio de la temporada de piscina larga, ante los ojos de un país donde el agua envuelve la ciudad. No podía tener final más inhóspito el récord imposible y el más tramposo de todos los tiempos, el de los 400 libre de Paul Biedermann (3:40.07) logrado en Roma, en 2009, gracias a aquellos bañadores de poliuretano que alteraron durante años las marcas, como si la natación hubiera viajado en el tiempo con esas prendas que provenían de otro planeta. Se prohibieron en 2010 y ahí quedó su legado durante años, hasta que poco a poco la evolución los fue eliminando... pero quedaba el de 400 libre.
Lo tuvo que conseguir otro alemán, que se entrena en el centro de Magdeburgo, Lukas Märtens, campeón olímpico en París, quien ya probó la miel del récord y acabó envenenado de dulzura, por ese anzuelo que desafía el lactato porque el ritmo de Biedermann en los últimos 150 metros solo está al alcance de nadadores de 100. Una propulsión facilitada por el bañador, que te empujaba a la superficie y te hacía nadar más rápido. Solo una carrera perfecta, medida, equilibrada como una fórmula matemática te podía llegar a la gloria. Y después de tantos intentos Mäertens ha conseguido dar con la clave como Arquímedes. "Me sentí bien después del stage de entrenamiento en altura y sabía que estaba en forma, pero realmente no esperaba un momento así... fue sorprendente, tengo que asimilarlo primero", dijo a la prensa germana.
🏊♂️ 400M NAGE LIBRE - RECORD DU MONDE :
— MR.CARTER (@NelsonCarterJr) April 12, 2025
Märtens 🇩🇪 '25/ Bidermann 🇩🇪 '09
50 - 24.75 / 26.29
100 - 51.90 / 54.42
200 - 1:47.55 (55.65)/ 1:51.02 (56.60)
300 - 2:44.01 (56.46)/ 2:47.17 (56.15)
400 - 3:39.96 (55.95) WR 🆕/ 3:40.07 (52.90)#Natation pic.twitter.com/8nBp6laSfv https://t.co/OBAJzDfWUh
El alemán logró 3:39.96 en una prueba cirujana. El primer 100 fue similar al de París. Märtens nadó en 51.90 por los 54.42 de Biedermann. El récord es tramposo porque la línea de la plusmarca está siempre por detrás, muy por detrás, como si se alejara del nadador que persigue batir el tiempo. Todo parece controlado, el récord su sujeta con la mano incluso al paso por el 200. En este caso, Märtens registró 1:47.55 por los 1:51.02 de Biedermann. Más rápido para el nuevo rey de la distancia.
Pero todo cambió en el 300. La línea que se aleja se acerca, te persigue y tiemblan los huesos. Märtens supo aguantar el tipo aunque perdió diferencia. Al paso por el último 100, su tiempo era 2:44.01 por 2:47.17 de Biedermann, que había recortado tres décimas... e iba embalado 16 años atrás. La sombra del que fuera plusmarquista de los 200 y los 400 se agiganta en el último 100, cuyo tiempo es de 52.90. Inaudito. Nadie puede alcanzar esa distancia, por lo que el objetivo de Märtens era mantener el ritmo y apretar al final, con la gasolina que le faltó en París.
Y lo logró el alemán, que aceleró y tocó la pared con el récord. Hizo el último 100 en 55.95, tres segundos más lentos que Biedermann, pero suficientes. Había dado con la fórmula mágica con la que tantas estrellas se han ido tropezando a lo largo de los años, como el chino Sun Yan (3:40.14), el propio Märtens (3:40.33) o Ian Thorpe, que en 2022 hizo con su bañador de neopreno 3:40.08. Todos ellos son historia. Mäertens pudo gritar eureka. ""¡Felicidades! ¡Qué actuación tan increíble! Estoy muy feliz de que el récord se quede en Sajonia-Anhalt", cerró Biedermann en Instagram.