Se cumplen dos años de la final más polémica de la historia del pádel: "Tienes un segundo para decidir qué hacer, ¿la montas o no la montas?"
Un error arbitral del juez-árbitro Honorio García marcó la final del Chile Open del World Padel Tour que enfrentó a Arturo Coello y Agustín Tapia ante Juan Lebrón y Ale Galán.

El 19 de marzo de 2023, el pádel vivió uno de los episodios más virales y polémicos de toda su historia en la final del Chile Open del ya extinto World Padel Tour. Agustín Tapia y Arturo Coello, que habían comenzado su andadura como pareja ganando los dos primeros torneos de la temporada, se veían las caras ante Juan Lebrón y Ale Galán, que por aquel entonces ocupaban la primera plaza del ranking mundial.
4.000 personas abarrotaron el Complejo San Carlos de Apoquindo en Santiago de Chile para presenciar un duelo que acabó teniendo como protagonista a Honorio García, el juez-árbitro encargado de dirigir la final, debido a un error de apreciación en un momento decisivo. Concretamente, cuando Arturo Coello y Agustín Tapia rozaban el título.

Los 'Golden Boys' se habían llevado el primer set por 6-4 y estaban imponiendo su juego en la segunda manga con un 5-3, saque a favor y 30-30 en el marcador. Se encontraban a solo dos bolas de llevarse la final, pero fue en ese punto cuando surgió la discordia.
Arturo Coello sacó, Juan Lebrón la devolvió con un golpe de pared lateral y el vallisoletano, atento en la red, realizó un 'chancletazo' que botó a milímetros del cristal, rebotó en él e hizo imposible la carrera del 'Lobo' para recuperar la bola.
Galán, que no pudo visualizar la acción porque estaba de espaldas, levantó tímidamente la mano para poner en duda la validez del punto, pero su gesto pasó desapercibido para Lebrón, Tapia y Coello, quienes ya estaban colocándose en su posición para continuar con el juego. Hasta en la televisión se consideró la acción como legal, ya que Nacho Palencia, comentarista a pie de pista del World Padel Tour, afirmó en la retransmisión que la bola fue "justita pero buena".
Sin embargo, Honorio García, que era quien tenía que validarlo en el marcador, consideró desde su silla que la bola había sido mala y cantó "30-40" a favor de Galán y Lebrón, algo de lo que solo el revés madrileño pareció percatarse sobre el 20x10, ya que el resto de jugadores actuó como si el resultado fuera de 40-30.
En el punto siguiente, Tapia aprovechó un globo corto de Lebrón para sacarla por tres y dar por concluida la final. El argentino y su compañero tiraron sus palas al suelo y se abrazaron para celebrarlo mientras Lebrón se acercaba a la red para saludarles. Fue en ese instante cuando Honorio García se dio cuenta de su error y reaccionó cantando "juego, set y partido" al micrófono.
Segundos después, Galán, que había salido de la pista a intentar recuperar el remate de Tapia sin éxito, entró por la puerta y avisó a los tres jugadores de que, en teoría, el partido no había acabado porque Honorio había cantado "30-40" a su favor en el punto anterior.
Incrédulos, los 'Golden Boys' acudieron a hablar con el juez-árbitro, que les confirmó que se había equivocado pero que, si los cuatro estaban de acuerdo, daría por bueno el punto de Coello y el partido finalizaría en ese momento, según declaró a Mundo Deportivo.
Sin embargo, Galán le dijo que él había disputado el punto como si fuese 30-40 y no como 40-30, por lo que Honorio comunicó a los jugadores que el partido debía reanudarse con el 40-40, que representaba todas las combinaciones posibles a la vez: punto de oro, bola de break para 'El Lobo' y 'Galántico' y de set, partido y campeonato para sus rivales.
La decisión del juez-árbitro cayó como un jarro de agua gélida sobre Tapia y Coello. El revés argentino se llevó las manos a la cabeza y se marchó al banquillo, mientras que el vallisoletano le dijo a Honorio que "lo que había dicho era una locura" y que no podía "entrar otra vez a la pista a volver a tirar pelotas" antes de dirigirse también al banco.

Allí tenían como entrenador a Manu Martín, que fue testigo en primera persona de todo lo sucedido y ha hablado sobre ello recientemente en el canal de YouTube 'Energy Padel': "Cuando la canta mal, que es algo que ocurre con más frecuencia de lo que la gente sabe, yo le grito: "¡Honorio!". Él no me escucha porque había jaleo y los chicos están a un punto de ganar el partido, entonces no le dí importancia".
Sin embargo, cuando Galán reclamó la acción y el juez de silla le dio la razón, todo cambió: "Honorio fue muy claro conmigo. Me dijo: "Manu, esta es la decisión y no va a cambiar". Por mi cabeza pasaron dos opciones, tienes un segundo o menos para decidir qué hacer: ¿la montas o no la montas?", ha declarado el entrenador y creador de contenido, que decidió no actuar tras una rápida reflexión: "Si monto el pollo, afecto al comportamiento y al estrés que ya tienen mis jugadores intentando que me den el punto. Si no soy protagonista, trato de que se solucione de la mejor manera posible porque veníamos con buena inercia y el partido estaba de cara para nosotros. Al final, decidí no serlo porque además por reglamento el entrenador no puede hablar con el árbitro y si me sancionaban a mí, también sancionaban a mis jugadores".
Tras unos minutos de tensión y conversaciones entre ambas parejas se reanudó el choque, que tuvo uno de los finales más retorcidos que se recuerdan. El destino quiso que Galán y Lebrón ganaran el conflictivo punto de oro para poner el 5-4 en el marcador y tener la opción de empatar el partido en el siguiente juego.
Coello, que todavía no había superado el shock anterior, cogió la bola que tenía en el bolsillo y la golpeó fuera del estadio con la pala antes de marcharse al banquillo. Finalmente, el segundo set acabó cayendo del lado de Galán y Lebrón, que conseguían forzar la tercera manga en el tie break a pesar de tener a gran parte de la grada silbando en su contra.
Ante esta situación, Manu Martín tuvo que hacer de psicólogo deportivo y mandó un mensaje claro a sus pupilos: "Salid de nuevo a jugar, el partido ya lo habéis ganado hace unos minutos". Dicho y hecho, aunque el set definitivo estuvo muy cerca de tener un desenlace macabro para Tapia y Coello.
Con 5-4 en el marcador favorable para Galán y Lebrón, el 'King' mandó un bloqueo al cristal y sus rivales tuvieron bola de campeonato en el punto de oro. A pesar de ello, los 'Golden Boys' acabaron ganando su saque tras un remate del propio Coello que tocó en el pie de Lebrón y sirvió para poner el empate.
En el juego siguiente, la dupla hispanoargentina consiguió romper el servicio de sus rivales y no perdonaron en la segunda oportunidad que tuvieron para ganar el partido, conquistando así una final que no habría tenido tanto morbo, según declaró Galán en MARCA, si él hubiese visto bien la bola tras el 'chancletazo' de Coello: "El partido se hubiese acabado en ese momento, seguro".
Justo después de finalizar el choque, Tapia se señaló la cabeza con el dedo índice y se abrazó a Coello gritándole "esto nos va a hacer más fuertes", mientras que Galán publicó una foto junto a Lebrón un día después en la que pedía "perdón como equipo" por lo sucedido.