Los vecinos de los barrios ricos de Reino Unido se hartan del pádel: "Como si una bala pasara a tu lado"
Varias asociaciones de vecinos tumban la construcción de pistas de pádel por el ruido de las palas y las pelotas. "El tenis nunca ha sido un problema".

El pádel está ampliamente reconocido como el deporte que más crece en el mundo y lo que antes era una moda únicamente en España y Argentina está empezando a derribar fronteras. La industria del 20x10 podría llegar a mover hasta 6.000 millones de euros en 2026, según el informe Global Padel Report presentado en 2023. Y en ese proceso de expansión, con paradas del Premier Padel Tour en Europa, América y Asia, hay un país de enorme tradición deportiva que no logra asomar la cabeza: Reino Unido.
Foco central del deporte mundial con la Premier League, Wimbledon, el British Open o Grandes Premios de Fórmula 1 y Motociclismo, entre otros muchos eventos, Reino Unido no ha entrado todavía en el creciente mundo del pádel. Es cierto que el crecimiento es innegable -han pasado de una pista en 2011 a 450 en la actualidad- y que cada vez más clubes de tenis sienten la tentación de apostar por el metacrilato, pero Reino Unido todavía está a años luz de otros países de su entorno. Además, el pádel ha encontrado un enemigo inesperado en los barrios ricos: sus propios vecinos.
"Levamos viviendo aquí 30 años y el tenis nunca ha sido un problema, pero ahora literalmente no podemos usar nuestro jardín"
Vecina del Padel Tennis LondonSegún ha publicado recientemente The Guardian, asociaciones vecinales han frenado la construcción de pistas de pádel en varios barrios de clase alta por todo el país. ¿La razón? El ruido: hay muchos habitantes de esas zonas que están hartos del sonido que provoca el golpeo de la pelota con la pala.
Las quejas de los vecinos
En el Lansdown tennis club de Bath, cerca de Bristol, había un plan para reemplazar una pista de tenis por dos de pádel, pero los vecinos lo tumbaron el año pasado. Algo similar ha ocurrido en el St. George's Hill lawn tennis club de Waybridge, al suroeste de Londres, añade The Guardian, que cita testimonios de vecinos de algunos de los clubes afectados.
"Cuando juegan los mejores, solo puedo describirlo como si una bala pasara a tu lado", señala Nick Christou, vecino del club Padel Tennis London de Enfield, en el Gran Londres. "Llevamos viviendo aquí 30 años y el tenis nunca ha sido un problema, pero ahora literalmente no podemos usar nuestro jardín", añade su mujer, Janet.
Tras las quejas de este matrimonio, el ayuntamiento de Enfield emitió una orden para obligar al club que redujera el ruido. El dueño de las instalaciones, Graham Taaffee, que abrió la primera pista hace diez años, aceptó instalar una barrera acústica, pero se ha seguido encontrando con nuevos impedimentos.
"El Gobierno nos dio permiso y ya sabían lo que suponía, porque ya teníamos una pista. Enfield dice que quiere mejorar la salud y luchar contra la obesidad, pero ahora está amenazando con cerrar la pistas de pádel", señala a The Guardian. "Si vives al lado de las vías del tren, vas a escuchar trenes", argumenta el dueño del club, que ha llevado el caso a un tribunal para que le dejen instalar la segunda pista.