El speaker del pádel que lleva 25 años haciendo vibrar a la gente: "Comunicamos emociones"
Alberto Montenegro, la voz del circuito Premier Padel, comparte su trayectoria profesional y su visión de la labor de un speaker en cualquier acontecimiento deportivo.

En el mundo del pádel profesional, hay voces que suenan por encima del resto. Una de ellas es la de Alberto Montenegro, speaker oficial delcircuito Premier Padel, que lleva más de dos décadas animando a las gradas de todo tipo de eventos deportivos. A sus 45 años, este barcelonés ha prestado su voz a más de 30 disciplinas diferentes, ha trabajado en el departamento de comunicación del FC Barcelona, ha sido subdirector de comunicación del torneo Conde de Godó y ha formado parte del equipo del Comité Olímpico Español en dos Juegos Olímpicos.
"Nosotros comunicamos emociones", asegura Alberto mientras recuerda sus inicios en el mundo del deporte. "He trabajado como periodista, soy periodista de formación. Llevo 25 años en esto. Pero especialmente me he dedicado a gabinetes de comunicación. Eso me permitía tener los fines de semana libres y ahí es cuando podía hacer lo que realmente me apasionaba: ser speaker".
Esa pasión la ha llevado a escenarios de primer nivel. En 2023 estuvo en los Juegos Panamericanos de Santiago de Chile, y este año vive su segundo gran evento internacional en el Ooredoo Qatar Major Premier Padel: "Casi toda mi vida he estado en España haciendo grandes eventos. Ahora, vivir una experiencia internacional como esta es algo distinto, muy enriquecedor".
Aunque ha trabajado en una amplia variedad de deportes, desde balonmano hasta waterpolo, su llegada al pádel es relativamente reciente. "Empecé el año pasado con Premier Padel, en las pruebas que se hicieron en España y en las finales del Palau Sant Jordi. Curiosamente, allí nos vieron los organizadores de Doha y nos preguntaron si hablábamos inglés. Como todo lo hacíamos en castellano, les gustó el toque latino. Y aquí estamos".
Ese "toque latino" es parte del sello de identidad que Montenegro imprime a cada torneo. Su estilo busca conectar con el público, entenderlo y adaptarse a él: "Lo más importante para ser un buen speaker es saber quién tienes delante. No es lo mismo animar en Doha que en Sevilla o en Málaga. En Sevilla encendías una cerilla y aquello ardía. Aquí el público es más tranquilo, pero ya vamos viendo cómo se van soltando. Es cuestión de tiempo y de ir educando al público".
Para Alberto, la experiencia del público es lo esencial: "Nosotros estamos trabajando mientras la gente se lo pasa bien. Ese es nuestro motor. Y para que eso ocurra, hay que saber jugar con ellos, pedir palmas, hacerles cantar, montar olas…".
Una de sus técnicas favoritas es la música. "Hacemos cantar a la gente con Freddie Mercury o incluso con Karol G. El otro día en Doha, pusimos la sintonía de 'La familia Addams' y al principio nadie reaccionaba. Ahora, después de varios días, ya se ha contagiado la grada. Es muy bonito ver cómo se genera esa complicidad".
Alberto también trabaja codo con codo con el DJ, Tony Rojas, para construir ese ambiente especial: "A veces, solo con mirarnos ya sabemos qué hacer. Si digo 'una de palmas', él baja el volumen y lanza 'Life is Life' y aquello explota. Es brutal".
A pesar del tono incandescente, Montenegro no olvida su formación periodística y la importancia de ofrecer información clara y precisa. "El periodista tiene esa capacidad de captar la información, de saber estar. Y eso es clave en esta profesión. Además, hay que saber modular la voz, jugar con los silencios, tener entonación… pero sobre todo, entender qué necesita el público en cada momento".
En su opinión, tanto en Madrid como en Barcelona o Málaga, el público del pádel responde bien al show. "Son públicos muy parecidos. Les gusta el deporte, les gusta disfrutar y, cuando hay una pausa, quieren que les hagas participar. Eso es lo que nosotros buscamos: emocionar y que ellos también lo pasen bien".
"El secreto está en que lo vivimos desde dentro. Nosotros somos los primeros que nos lo pasamos bien. Si tú te diviertes, el público también lo hace. Y eso se nota en cada punto, en cada canción, en cada aplauso", concluye Alberto.