Tapia y Coello acaban con la dictadura de Lebrón y Galán como números 1 del mundo

El pádel tiene nuevos reyes. Después de 1.028 días con Juan Lebrón y Alejandro Galán liderando el ranking, Agustín Tapia y Arturo Coello  han conseguido destronarles. La pareja hispano-argentina está firmando un inicio de temporada de ensueño en el que han ganado todos los torneos que han disputado. Una oda al pádel. Un partido estratosférico. Un duelo entre las dos mejores parejas del mundo por el número uno mundial. Lo que hemos visto esta mañana en Vigo quedará en la retina de los aficionados durante mucho tiempo.  

Después de 52 torneos consecutivos el número uno ha cambiado de dueños. Arturo y Agustín se convierten en la pareja más joven en ser numero uno. La progresión que están teniendo no tiene parangón. Recuerda a la mejor versión de Bela y Juan Martín, quien fueron los reyes de este deporte durante más de dieciséis años.

El partido tenía una altísima carga emocional y ha estado muy competido hasta el final. Lo ha podido ganar cualquiera de las dos parejas. Lebrón y Galán, que volvían a las pistas tras varios torneos de ausencia por lesión, han demostrado que siguen desplegando un nivel de pádel altísimo cada vez que entran en pista. Tres sets (3-6 7-6 y 6-7) en dos horas treinta y siete minutos. El encuentro se ha tenido que discernir en el tie break de la tercera manga por detalles en los que Tapia-Coello han sido mejores.

"No pensé que iba a ser tan épica. No tengo palabras. Hemos conseguido lo que todo el mundo sueña" decía Agustín entre lágrimas al terminar la final y mientras abrazaba a su compañero. Arturo dedicaba a sus padres el momento deportivo más feliz de su corta carrera: "Dure una semana o dure todo el año, ya hemos llegado. He dedicado mi vida al pádel y poder dar eso a mi familia es lo más bonito que me puede pasar" decía el vallisoletano en el micrófono azul de WPT.

En el cuadro femenino Ariana Sánchez y Paula Josemaría volvieron a reinar ante Alejandra Salazar y Gemma Triay. Con esta victoria en Vigo suman su quinto título de la temporada y el cuarto de manera consecutiva. Una hora y veinticinco minutos han sido suficientes para que Ari y Paula se hayan impuesto de una forma muy clara a sus eternas rivales. Las uno han dominado el partido de principio a fin para conseguir una contundente victoria por 6-2 y 6-3. Por el contrario hemos visto una versión muy descafeinada de Ale y Gemma, que no han sabido encontrar las mejores sensaciones a lo largo de todo el encuentro.

La tendencia es demoledora para Sánchez-Josemaría. Los cambios que han llevado respecto a la temporada pasada están funcionando y la dirección de Ángel González desde el banquillo es brillante. Está claro que la pareja Salazar-Triay debe buscar soluciones para intentar cortar la dinámica de los últimos torneos donde han perdido cuatro finales consecutivas.

Ariana quiso reivindicar el esfuerzo que llevan haciendo durante mucho tiempo para llegar a alcanzar este nivel: "estamos en un gran momento como pareja, tanto dentro como fuera de la pista. Estamos haciendo un trabajo muy duro desde hace varios años y los resultados están saliendo", apuntaba la jugadora de Reus en los micrófonos de World Padel Tour. Paula también reconoció de manera muy taxativa que se encuentran en el mejor momento de sus carreras deportivas.

La nota negativa del torneo la protagonizó Fernando Belasteguín. En el partido de cuartos de final ante Franco Stupaczuk y Martín Di Nenno tuvo dos salidas de tono que un jugador de su experiencia y calidad no debería tener. En primer lugar, tras la finalización de un punto, su compañero Mike Yanguas pidió a un recogepelotas una bola que había salido de la pista para jugar el siguiente punto con ella. Ante la pasividad del recogepelotas, un niño pequeño, Bela le insistió de malas maneras en que fuera rápido a por la pelota: "Anda a buscar la bola, que tanto hablar, anda a buscarla".

El segundo gesto reprochable fue pagarla con el material que utiliza World Padel Tour para su retransmisión. En un paso por el banquillo y con un calentón importante, el Bosstiró el micrófono que se utiliza para recoger las conversaciones en el banco y luego arrancó el cable con rabia.