Nani Roma, tras pelear contra un cáncer: "Sentí miedo, pero solo había un camino"
El dos veces ganador del Dakar ha sufrido durante los últimos cinco meses un cáncer de vejiga que le ha cambiado la vida. Relevo pasó un día de entrenamiento con él y estas son sus reflexiones.

"Sientes algo en tu cuerpo y no sabes lo que es. Preguntas si realmente lo que tienes te va a matar o no. O sea, si te queda mucho o te queda poco". Estas son las primeras palabras de Nani Roma, uno de los pilotos españoles en el Rally Dakar 2023, en una mañana soleada en una masía a 70 km al noroeste de Barcelona cuando Relevo le pregunta por cómo ha sido el proceso que le ha dejado cinco meses fuera de juego. Al piloto catalán de 50 años -único ganador del Dakar en motos y coches español- le diagnosticaron a principios de marzo un cáncer de vejiga y tras dos operaciones y seis ciclos de quimioterapia, está listo para volver a dar gas.
Su metro y 90 centímetros de altura imponen cuando camina en dirección al vehículo con el que va a entrenar por los más de siete kilómetros de caminos de labranza polvorientos que uno de sus rivales, Nasser Al Attiyah, cuatro veces ganador del Dakar, ha preparado en Castellfollit del Boix, de apenas 440 habitantes. En su mirada se mezclan vivencias pasadas, noches en vela y las ganas de recuperar su día a día al volante.
Se abrocha el mono rojo del Bahrain Raid Xtreme, el proyecto que gestiona el reputado preparador británico Prodrive en el Rally Dakar, con cuidado, cerrando la tira de velcro por debajo del cuello. A continuación, procede a colocarse el sotocasco blanco ignífugo que solo deja sus ojos y la nariz a la vista. El casco -que luce su apellido en letras doradas y negras con una corona de esmeraldas donde se lee Nani sobre fondo negro y rojo- es el último paso del ritual. El Yamaha YXZ1000R de serie con el kit GYTR es su montura. Este pequeño SSV compite esta temporada con Miquel Prat y Sergio Lafuente en el campeonato de España de todoterrenos (CERTT).
La mirada del dos veces ganador del Dakar se enciende cuando acelera y empieza a derrapar, saltar y frenar sobre la grava suelta y las roderas que han marcado otros vehículos durante la mañana. Sus manos ejecutan un baile con ritmo de rock entre el volante y las levas para cambiar marchas. Pese a que su corpulencia se hace notar en el pequeño habitáculo, el juego de acelerador y freno enlaza una curva tras otra como si de un twist se tratase. No es John Travolta en Pulp Fiction, pero Roma hace bambolearse al Yamaha con soltura y su cara esboza la sonrisa que han visto los desiertos de medio mundo un rato después, cuando cesa el baile.
"Esto son sensaciones maravillosas, sobre todo el hecho de dar gas. Nuestra vida es esto. Al final la adrenalina es una droga, una buenísima. Por suerte, nosotros la sentimos dando gas. Volver a sentir el volante, las derrapadas, es algo único", confiesa.
"El primer día que me subí en una bici a finales de julio después de todo el proceso fue un momento en el que te das cuenta de que a veces buscamos ser felices con cosas muy complejas y la felicidad que implica hacer 30-35 km en una bicicleta es única. Estaba nervioso el día de antes, cuando preparé la bici, como si nunca lo hubiera hecho. El poder volver a cansarte por el deporte y no por la quimio o la operación, es algo chulo. Llegar cansado muscularmente es una sensación de que parece que vuelves a empezar de nuevo todo".
Dos operaciones, seis ciclos de quimio… y el miedo
Para llegar a ese día tuvo que cruzar varios Everest: una primera operación para quitarle el tumor (en marzo), una segunda para reconstruirle la vejiga (en junio) y seis ciclos de quimioterapia agotadores entre medias. Estos últimos implicaron decenas de efectos secundarios, madrugadas en vela y miedo. Miedo de estar a decenas de kilómetros del hospital más cercano. Miedo a cómo reaccionaría su cuerpo. Miedo al día siguiente. Miedo a dejar de sentir miedo.
"La palabra cáncer es una palabra dura que oyes muchas veces, pero cuando el problema lo tienes tú, es difícil asimilarlo en los primeros minutos. Un día estaba en la presentación del Rally Andalucía y tres días después un hombre con bata blanca me dijo que tenía un tumor. En la primera quimio pensé '¡quién me va a parar a mí!' y seguía haciendo ejercicio y todo, pero me dejó KO. Aprendí a que cuando estaba cansado, dormía; cuando no, caminaba. Mi vida era eso: solo pensar en recuperarme", recuerda.
Nani Roma y cómo sobrellevó la quimioterapia
"Seguro que el deporte que he hecho me ha ayudado, porque me ha curtido. Sobre todo los primeros Dakar en África, cuando iba en moto, que ibas solo con una baliza que a veces funcionaba y a veces no. Pero esto es otra historia. En este caso, cuando entras en una operación de 7 horas… dices que va a ir bien, pero también puede ir mal. Claro que tienes miedo en todo el proceso. Pero en mi carrera deportiva también lo he tenido, es lo que me ha mantenido vivo, ese respeto hacia lo que iba a hacer", reflexiona, recordando los 12 Dakar que disputó en el continente africano.
Su familia, su mujer, Rosa, sus dos hijas y su hijo han sido clave en todo el proceso. Han estado ahí, incluso cuando su humor no era el mejor, acompañando, apoyando y siendo testigos de la batalla diaria contra la enfermedad. También le han visto flaquear y temer por el mañana. Pero su sola presencia se ha convertido en vitamina y aliciente, en luz y ánimo.
"En todo el proceso estás como más sensible. Antes había cosas que te daban más igual, pero ahora te sientes como más bajo en todo. Ha habido momentos, sobre todo cuando de manera continua te encuentras mal y ves que incluso vas a peor, que no sabes si gritar, llorar o qué hacer porque no sabes si sales o no. Y al final sales. Yo siempre me quejo de que todo pasa muy rápido en la vida, pero en este caso me ha ido muy bien", dice.
"Me he apoyado sobre todo en la gente de casa, en la familia. Jordi Arilla, que es mi mánager y amigo desde hace 20 años; el Dr. Mir…. pero en general la gente es maravillosa, me han dado muchísimo apoyo. Esto ayuda y el hecho de que te manden mensajes y se preocupen, te empuja. Los de casa también lo sufren porque te cambia la vida y no te encuentras bien, no estás de buen humor… y eso lo han aguantado Rosa y los niños. Pero sí que es verdad que solo hay un camino y solo puedes seguir, no puedes quedarte en casa a llorar y lamentarte. Lo más fácil de todo ha sido eso: ¿qué se tiene que hacer? Pues vamos".
El Dakar fue su punto de referencia y aliciente
A mediados de septiembre, Roma volvió a su hábitat, al patio de recreo de su casa. Junto al equipo Bahrain Raid Xtreme completó varias jornadas de pruebas en el desierto marroquí con el Hunter T1+ EcoPower con el que esperaba volver al Rally Dakar el próximo enero con un combustible sostenible.
La sola mención de la palabra Dakar le confiere un brillo especial a su rostro. "Imagínate, sería maravilloso, una pasada. Después de estos meses tan duros, estar en la salida… es el objetivo que me marqué y que me ha ayudado a superar esto. Tener un punto de llegada es importante, porque si no está todo muy disperso y no sabes por qué haces las cosas. Cuando me entraba la quimio me decía: '¡Por el Dakar!", confesaba.
Pero a finales de septiembre, el equipo Bahrain Raid Xtreme anunció de improvisto que no había podido construir un nuevo vehículo para él. Nani Roma no estará en la línea de salida el próximo 31 de diciembre, pese a que médicamente había recibido el visto bueno.
"Yo creo que la vida en general te la cambia y mi vida es deporte. Llevo 30 años de profesional, tengo 50, más de la mitad de mi vida en el deporte. Te cambia cómo ves las cosas, te das cuenta de lo frágiles que somos. Un tío como yo que ha hecho deporte, se ha cuidado, se ha controlado médicamente y te encuentran un tumor en la vejiga. Es un poco el reproche que tengo: 'Ostras, si hubiera hecho más, si me hubiera controlado más…'. Pero los médicos te dicen que hubiera pasado igual. La perspectiva te cambia muchísimo", concluyó mientras se ajustaba la gorra de su patrocinador principal, una marca de bebidas energéticas, y preguntó si nos vería en Arabia Saudí el 31 de diciembre, día de inicio de la 45ª edición del Dakar, la que habría sido su 27ª.