¿Quién es Mason Klein, el chaval estadounidense que pelea con los mejores en motos en el Dakar?
El joven piloto californiano está compitiendo de tú a tú en solo su segunda participación tras una campaña de 'fundraising'.
Riad.- Los sueños de un niño tímido de Agua Dulce, California, nunca pasaron por llegar a competir en el rally más duro del mundo y, menos aún, hacerlo en primera fila, entre los pilotos más rápidos sobre dunas, caminos y piedras. Su ilusión era sencillamente vivir aventuras, conocer lugares remotos, ir más allá del porche de su casa. Explorar lo inexplorado y hacerlo encima de una moto. Estos días, a sus 21 años, Mason Klein vive en una burbuja, a 13 segundos del liderato del Rally Dakar con seis etapas por delante.
Cuando era pequeño, su padre empezó a subirle a una moto. Se iban a dar un paseo y le dejaba girar el acelerador, pero en su mente nunca estuvo la competición... hasta que cumplió los 11 años. Fue entonces cuando intentó labrarse su propio camino y empezó a competir en carreras locales. Su pasión era tal que hasta fue a recoger el título del instituto sobre una moto de carreras. Pero su vida dio un vuelco de 180º grados cuando vio por primera vez una KTM de rallies, muy diferente a las que usaba en sus competiciones locales: "Les dije a mis padres que yo quería conducir una de esas motos".
El joven Klein es un apasionado de crear sus propios roadbooks (libros de ruta), de hecho, el primero lo preparó en una caja de un teléfono satelital, lapiceros y unas cintas de goma. En sus participaciones en las carreras nacionales de EE UU, como la National Hare & Hound, conoció a otros dos californianos que pelaban por las victorias, Ricky Brabec y Skyler Howes, mientras que él lo hacía en torno al puesto 100º. Mason Klein, ávido de nuevas experiencias, hizo muy buenas migas con ambos y empezó a trabajar con el primero, ganador del Rally Dakar en 2020, cuando puso fin a la racha histórica de KTM, y con su equipo, Honda. Su misión: crear los libros de ruta que luego Brabec y algunos de sus compañeros, como Joan Barreda o Nacho Cornejo, seguiría para entrenar.
Aunque su mirada es huidiza ante algunas preguntas y situaciones, Klein tiró de agallas una tarde charlando con Howes (ahora piloto oficial de Husqvarna). "Le dije "Llamemos a KTM y pidámosles que nos dejen subirnos a una moto un día". Llamé a Jordi Viladoms (director deportivo de la estructura) y le dije "Skyler y yo queremos dar una vuelta en moto con vosotros, por favor'. Y para nuestra gran sorpresa nos respondió que sí", apunta Klein en conversación con Relevo.
Eso puso punto y final a su relación con Honda, pero asegura que "mereció la pena" porque Howes mejoró sus contratos y llegó a ser piloto oficial, y ahora le está ayudando en su camino hacia lo más alto.
"Definitivamente, esto puso punto y final a nuestra relación con Honda de manera inmediata, dejamos de recibir llamadas. Pero creo que mereció la pena porque al final Skyler tuvo mejores contratos y es el responsable de que yo esté aquí, me ha ayudado mucho. Sin su apoyo desde luego que no estaría aquí, ha hablado muy bien de mí y logró que estuviera con BAS World aquí. Intento absorber todos sus consejos que me da y usarlos con cuidado. Siento que necesité completamente a Skyler para llegar a esto".
Los entrenamientos en España con Jordi Viladoms empezaron en 2021, en la Viladoms Rally Station. El experimentado ex piloto español, que luchó por la victoria en el Dakar y la acarició varias veces, traslada sus conocimientos sobre navegación y mecánica a jóvenes promesas cerca de Igualada (Barcelona). En 2022, Klein decidió debutar en el Dakar y lo hizo por todo lo alto: como mejor rookie y en la novena posición, nada menos.
Pero, a pesar de su actuación y de haberse anotado el título de campeón del mundo de rally raid en la categoría Rally2 en 2022 (pensada para los más jóvenes), el estadounidense y su familia tuvieron que abrir una iniciativa de recaudación de fondos online ( fundraising ) para poder estar estos días compitiendo en su segundo Rally Dakar. Klein obtuvo 26.341 dólares, de los 25.000 iniciales que necesitaba. Y así ha podido repetir con BAS World, ganar su primera especial en la segunda jornada y afrontar los seis últimos días de carrera a 13 segundos del líder, su amigo del alma, Skyler Howes.
"He tenido que buscar un montón de apoyo, con la ayuda de mi padre y mi madre hemos hecho un fundraising. Obviamente, no podría correr por mi cuenta y ellos han hecho un gran esfuerzo también. Pero sí, Skyler… básicamente estoy haciendo lo máximo que puedo para copiarle en todo lo que puedo para seguir sus pasos. Rodar con él, entrenar con él marca una gran diferencia", reconoce.
"Tenemos a una perla"
Pero el camino hasta aquí no ha sido fácil y Viladoms reconoce a Relevo que, de primeras, no pensó que tuviese ante sí a un piloto capaz de ganar el Dakar.
"Con Maison desde el principio fue todo un poco inesperado. Hace dos años vino por primera vez a mi escuela allí en Barcelona. Desde siempre ha sido muy tímido e introvertido y llegó bastante verde. Le faltaba muchísimo y se perdía un montón. Lo bueno que tiene es que es el típico tío que no se monta problemas en la cabeza, le dices las cosas una vez, las entiende y las hace, no se anda con historias raras o filosofías. Tiene una mentalidad muy simple, que es o blanco o negro y le dices que lo haga algo y lo hace y punto, no se lo cuestiona. A partir de ahí, ha hecho una evolución bestial", explica Viladoms.
"Hemos tenido últimamente a EE UU con el equipo y cuando estamos allí lo invitamos a entrenar con nosotros y los dos últimos entrenamientos en noviembre y diciembre también los ha hecho con nosotros y la verdad es que va mejorando muchísimo. Pero hay una diferencia bestial de cuando entrena a cuando corre. El tío se transforma y realmente va a un ritmo que siempre nos sorprende. Sorprendió el primer Dakar, después en el Mundial y ahora también está haciendo algo espectacular. Está claro que tiene una actitud que no es la habitual de un crack de las motos, no estamos acostumbrados que un tío así sea capaz de hacerlo bien… piensas en una mentalidad más killer, pero él es todo lo contrario a un killer, y aun así lo hace bien. Se está saliendo de la norma. Tenemos aquí una perla", afirma el catalán.
Klein reconoce que aprende cada día de Viladoms, pero recuerda una de las cosas que más le han marcado del ex piloto español. "Una de las primeras cosas que me dijo, la segunda vez que nos conocimos para entrenar juntos, fue que no pensara en mis errores y fallos del pasado, que así no avanzaré. Tuve un accidente un día y me reseteó la cabeza. Me dijo: "Para, respira, concéntrate. Y vamos a ellos". Y uso un montón eso, cada vez que me pierdo o me equivoco, paro y pienso. Me ha enseñado muchísimo", dice.
Una vida encima de la moto
Klein ha pasado "unas 500 horas" encima de la moto de rallies en los dos últimas años, que hace gimnasio todos los días y deja claro que no quiere "desperdiciar la oportunidad". Su ritmo está a la altura de ganadores de Dakar de otros años y su presencia continua entre los mejores en los primeros ocho días de carrera ha hecho levantar las cejas a más de uno. En cambio, el se mantiene tranquilo, aunque también sorprendido.
"Siento que he estado haciendo muchísimo trabajo para estar aquí y que esto no ha salido de la nada, he puesto mucho esfuerzo y horas. Nunca fui uno de los top en EE UU y obviamente nunca tuve la opción siquiera de imaginarme estar aquí hoy, en esta posición. Desde entonces he intentado encontrar el camino. Mi hermano encontró su camino en América y yo he tenido que venir a Arabia Saudí a encontrarlo, pero creo que lo he conseguido. Es todavía muy salvaje. Es de locos. Es un sueño hecho realidad", asegura.
Cuando se le pregunta si se ve ganando el Dakar, responde: "Por supuesto, quién no quiere ganarlo, ¿no? Yo quiero ganarlo algún día, sin lugar a dudas, así que para eso seguiré trabajando al máximo todo el tiempo que pueda. Todavía soy joven "
Klein, que corre con el dorsal nueve y está ahora entre los pilotos de la categoría RallyGP, la primera división de los rally raid, cree que este número, el de los delanteros centros, trae suerte a los estadounidenses que disputan el Rally Dakar con él. "Varios de ellos han llevado este número y han logrado un podio o un top 5. Nos trae suerte", concluye con una sonrisa de medio lado y con las manos en los bolsillos.