WRC

Kalle Rovanperä, el Max Verstappen de los rallies: bicampeón del mundo con solo 23 años

Asegura su segunda corona consecutiva, sucediendo a Ogier como jerarca del Mundial.

Kalle Rovanperä y Jonne Halttunen, bicampeones del WRC con Toyota./ RED BULL
Kalle Rovanperä y Jonne Halttunen, bicampeones del WRC con Toyota. RED BULL
Nacho Villarín

Nacho Villarín

Los designios que se cernían sobre su figura casi mesiánica cuando irrumpió en el Mundial a principios de 2018, integrado en el equipo Skoda, portando con 17 años la vitola de piloto de fábrica más joven de siempre, ha acabado cumpliéndolos antes incluso que su 'álter ego' en la F1.

Desde que empezó a asombrar al mundo con su inaudita precocidad, envuelto él también por los toros bermejos de Red Bull, Kalle Rovanperä fue catalogado el Max Verstappen de los rallies: el niño prodigio que estaba llamado a reformular todos los récords habidos y por haber en los libros de historia de este deporte. A la manera de su coetáneo holandés (tres años mayor que él), el joven finés ha sucedido definitivamente como jerarca del WRCal piloto más predominante de la era anterior, Sébastien Ogier (octacampeón mundial entre 2013 y 2021), y empieza a consagrarse como el nuevo piloto de época de la especialidad.

El francés sentenció su segundo entorchado con Volkswagen el último fin de semana de octubre de 2014, en el Rally de Cataluña. Exactamente nueve años después, Rovanperä, que para entonces empezaba a hacer ya sus primeros pinitos de adolescente en el campeonato de Letonia de rallysprints, ha emulado al astro de Gap adjudicándose hoy su segunda corona consecutiva con Toyota en el Rally de Europa Central.

Una prueba de nueva factura, trazada a caballo entre Alemania, Austria y República Checa, donde Kalle refrendó su poderío dando un recital de conducción el viernes, en los barrizales que cubrían los tramos de la primera etapa, antes de ahuecar ayer a mediodía, cediendo el triunfo a Thierry Neuville, cuando conoció que su compañero de equipo, Elfyn Evans, el único con opciones matemáticas de disputarle el título, acababa de empotrarse contra un granero.

Rovanperä es el sexto bicampeón del Mundo que se corona como tal de manera consecutiva, una secuencia que sólo habían protagonizado hasta ahora Juha Kankkunen (a los 28 años), Miki Biasion (a los 31), Tommi Mäkinen (a los 33), Sébastien Loeb (a los 31) y el propio Ogier (a los 30); aunque ninguno de ellos, claro está, a una edad tan temprana como Kalle, que sopló las velas de su 23 cumpleaños el primero de mes.

La temporada pasada, el finlandés festejó su aniversario en el Rally de Nueva Zelanda, justo antes de cumplir su destino vital: la víspera de su proclamación (con victoria incluida) como el campeón del Mundo más joven de todos los tiempos. El piloto de Jyväskylä aprovechó mejor que nadie el cambio de ciclo que experimentó el Mundial en 2022, con la irrupción de los nuevo Rally1, y, al mismo tiempo, la declinación de Ogier como candidato al título, para cuajar una campaña fabulosa con el nuevo Toyota GR Yaris.

Kalle abrazado a su padre, Harri, piloto oficial en la época de Carlos Sainz.  RED BULL
Kalle abrazado a su padre, Harri, piloto oficial en la época de Carlos Sainz. RED BULL

Kalle monopolizó casi desde el inicio el primer capítulo de la era híbrida de los rallies, eclipsando por completo al subcampeón de las dos temporadas precedentes, Elfyn Evans, que estaba llamado a ser el nuevo referente de Toyota, después de haberse desempeñado como gran adversario de 'Seb' desde que recalaron juntos en la escuadra nipona.

Este 2023, Rovanperä no ha firmado una hoja de resultados tan despampanante como la campaña anterior. Desde que cantó el alirón el pasado otoño en Nueva Zelanda, el finlandés tardó más de medio año en volver a descorchar el champán de la victoria. Lo hizo a mitad de mayo, en el Rally de Portugal, el primero de los tres (junto al de Estonia y el Acrópolis) que ha ganado esta temporada, a falta del Rally de Japón; la mitad exactamente que el curso pasado a estas alturas.

Sorprendentemente, el niño prodigio de Toyota ha vuelto a demorar la deuda que arrastra con sus vecinos de Jyväskylä, la cuna del Rally de Finlandia: es el único 'flying finn' que aún no ha ganado en casa. La temporada pasada, se vio impotente ante un imparable Ott Tänak; este verano, chocó el primer día, cuando lideraba una edición atípica, protagonizada por la lluvia. El único error de bulto que ha cometido Kalle durante su cuarta campaña en la clase reina del Mundial, que ha coronado con un nuevo galardón más gratificante aún –como ha confesado él mismo– para el hijo del expiloto mundialista Harri Rovanperä.

Los finlandeses celebrando el título en la meta del Rally de Europa Central.  RED BULL
Los finlandeses celebrando el título en la meta del Rally de Europa Central. RED BULL

Una vez asentada la tecnología de los Rally1, el equilibrio de fuerzas a nivel técnico entre Toyota, Hyundai y Ford ha sido mayor este curso. La preponderancia del piloto nórdico frente a sus rivales no ha resultado tan apabullante como el año pasado, lo cual no es óbice para que haya vuelto a demostrarse claramente el número uno.

Kalle ha seguido dibujando con la misma determinación de siempre la curva de aprendizaje tan fascinante que lleva trazando desde los albores de su carrera. Sin duda, doce años después de haber conquistado su primer Mundial, Rovanperä es a día de hoy todavía mejor piloto. Su madurez, su capacidad estratégica y el temple asombroso que demuestra en los momentos clave, junto a la frialdad y el oficio tan llamativos con los que contradice su juventud, y el 'punch' que saca a relucir en cuanto la situación lo requiere, están perfilando cada vez más la figura de un campeón único y disruptivo, adelantado a su tiempo, que tiene todos los visos –si atesora la ambición y el empuje de su 'homólogo' Verstappen– de poder seguir coleccionando mundiales hasta que le asomen las primeras canas en su rostro ahora imberbe.