RUGBY WORLD CUP

¿Por qué las 'Black Ferns' son la mejor selección de la historia del rugby?

Tras la fase de grupos de la Copa del Mundo, la selección femenina de Nueva Zelanda 'Black Ferns', podrían hacerse con lo que sería su sexta copa de campeonas.

Haka de las Black Ferns./Instagram Black Ferns
Haka de las Black Ferns. Instagram Black Ferns
Rodrigo Contreras

Rodrigo Contreras

Nunca hubo un equipo con mayores logros que las chicas de Nueva Zelanda. Las Black Ferns han acabado la fase de grupos de la Copa del Mundo (RWC) disputada en su casa, con pleno de victorias y un +125 en el contador particular de puntos a favor/puntos en contra. Unos números que asustan de per sé, pero si se unen al palmarés de esta selección asustan todavía más.

En la jornada del sábado, las neocelandesas cerraban su grupo dejando como víctimas a Australia (que se ha clasificado como segunda de grupo), Gales y Escocia. Las Black Ferns tienen la hegemonía absoluta dentro de la modalidad e rugby XV femenino con cinco de los seis Mundiales disputados en sus vitrinas, teniendo la posibilidad de ampliar la cuenta en unos días si consiguen vencer, en casa, a las grandes favoritas del torneo, las inglesas.

El campeonato mundial tiene sus antecedentes en los torneos de 1991 que ganó EEUU y en 1994 que ganó Inglaterra. Desde que se jugara la primera RWC en 1998, las Black Ferns han ganado todos los torneos excepto el de 2014, que sería de nuevo para Inglaterra. Un total de cinco campeonatos en su haber y rachas de muchos años invictas, como por ejemplo, la que tuvieron de 2002 a 2009 encadenando 24 test match internacionales consecutivos sin perder.

Pero, ¿por qué esta superioridad tan aplastante dentro del circuito mundial?

Motivos de la hegemonía Black Fern

El primero de los argumentos para explicar este nivel de en sus jugadoras debe de ser la cultura oval que encontramos dentro del país. Nueva Zelanda para muchos, es el gran milagro del planeta rugby. Con tan solo cinco millones de habitantes, las fichas de rugbiers en estas islas del Pacífico ascienden casi a 200.000. Esto, unido a que el rugby es el deporte nacional del país, otorga a los jugadores y jugadoras un incentivo para elegir este deporte entre los demás.

El segundo es la financiación por parte de la federación de rugby de Nueva Zelanda (NZRU) desde hace más de un cuarto de siglo. En 1995 comenzaba ese impulso de la NZRU convirtiéndose en grandes ventajas para las Black Ferns: se incluyó a las jugadoras en el programa de alto rendimiento neocelandés, tuvieron acceso a los recurso más profesionales como el análisis y a la par que ha ido creciendo el equipo fueron mejorando sus condiciones con respecto a la NZRU.

Hace casi un lustro (en 2018), después de los éxitos de la modalidad en rugby 7s, llegaron los contratos semi profesionales y profesionales para ambas selecciones. Esto supuso un nuevo salto cualitativo que aumentaba, aún más, la diferencia de nivel con casi todo el resto de selecciones mundiales (por ejemplo Inglaterra también cuenta con este tipo de contratos y hasta una liga profesional).

La sombra de las campeonas

No todo ha sido un camino de rosas para esta selección. Años atrás, tanto World Rugby como la NZRU han sido duramente criticados por dejar el deporte femenino a un lado y abandonar a las jugadoras con falta de financiación y publicidad.

Aunque esta selección ha sido superando todos los baches que se ha ido encontrando, como aquella interrupción en 2010 de la liga a nivel nacional por la economía del país, en este año 2022 ha salido a la luz el mayor escándalo del equipo.

Tras la denuncia de abusos a su entrenador, Glen Moore, a través de redes sociales de una de las jugadoras del combinado nacional de origen mahorí, Kura Ngata-Aerengamate, se elaboró un informe que mostraba abusos como el favoritismo, la incomunicación, las críticas al cuerpo y comentarios culturalmente insensibles. Todo ello iba dirigido contra las jugadoras maoríes y las de las Islas del Pacífico de las Black Ferns (con gran representación) en la mayoría de los casos.

Un capítulo negro que se resolvió con la dimisión de Glen Moore, y el lavado de imagen de la selección de cara a la Copa del Mundo de Nueva Zelanda que se está disputando en estos momentos.