OPINIÓN

Eddie Jones es el Mourinho del rugby

El técnico australiano en el punto de mira de afición tras una fase de grupos decepcionante de Australia que les deja al borde del precipicio.

Eddie Jones en presentación. /AFP
Eddie Jones en presentación. AFP
Rodrigo Contreras

Rodrigo Contreras

No deja indiferente a nadie, sus rajadas ya son parte del rugby moderno de la última década y es que Eddie Jones vuelve a estar en boca de todos, para mal.

A estas alturas es difícil dudar de su reputación como entrenador. Su currículum está a la vista de todos y las dos finales de Copa del Mundo con Australia (2003) e Inglaterra (2019) nadie se le va a quitar. Tampoco el buen papel como entrenador de Japón donde llegó a ganar con los nipones a Sudáfrica.

Pero si hay algo que nadie duda ya de Eddie es elafán de protagonismo de un entrenador que siempre está rodeado de polémica.

Las últimas polémicas

En menos de un año, Eddie Jones ha sido protagonista de movimientos y polémicas que han afectado a tres selecciones diferentes. Precisamente los tres equipos que le conocen bien, tras su anterior paso por ellos.

Todavía es sonada las palabras de Jones acusando de espionaje a la selección neozelandesa de rugby en el pasado Mundial de 2019 o la espantada de la concentración japonesa de rugby antes del Mundial de 2015 para tomar las riendas del XV de la Rosa…

Y como tiene acostumbrada a la afición al deporte oval, no podía haber Copa del Mundo sin polémica de Jones. A mediados del mes de septiembre, habiendo comenzado ya el presente Mundial, salió a la luz la información de que el técnico australiano había mantenido una entrevista con la federación japonesa de rugby a escasos días del comienzo del campeonato en Francia (el pasado 25 de agosto).

Como es lógico, esto sentó fatal a la afición y medios australianos, quienes tras ver como su equipo se dejaba el pase a cuartos de final ante Fiyi (derrota por 15-22), era posteriormente destrozado por los galeses en una paliza que queda ya para la historia (40-6).

"Seguimos con vida. Ese era el objetivo de hoy. Para un equipo joven que por momentos tuvo solo 13 jugadores, mostramos mucho coraje y peleamos duro. Hemos hecho eso durante toda la temporada, aunque por momentos, por la mayoría de ellos, los resultados no nos acompañaron", dijo Eddie Jones tras su último partido de la fase de grupos ante Portugal (en el que ganaron con bonus este domingo 34-14), y agarrándose a una hipotética victoria de los lusos ante Fiyi dentro de una semana.

El fracaso de Jones

A finales del año 2022 (el pasado 6 de diciembre) Jones fue despedido como entrenador de Inglaterra. Poco quedaba del equipo al que llevó a la final del Mundial del 2019 y tras 7 años (81 partidos al frente del equipo de la Rosa: 59 victorias, 20 derrotas y dos empates), Eddie decía adiós a su gran proyecto inglés.

La despedida fue sonada, como todo lo que pasa con este entrenador, pero igual de sonada fue su vuelta a los Wallabies apenas un mes después.

Aunque Australia no era la doble campeona del mundo que asustaba. Venía de perder por primera vez en su historia contra Italia y necesitaba un revulsivo. Ahí estaba la figura de Jones, para tomar los mandos de la nave aussie tan solo a siete meses y 21 días del debut ante Georgia en el Francia 2023.

Pero a veces los entrenadores fracasan, otras pierden las finales y otras veces las aspiraciones se quedan en el camino. Eddie firmó hasta 2027 (hay que recordar que el próximo Mundial será en Australia en este año), pero tras el descalabro del presente Mundial (con pie y medio fuera de él tras perder contra Fiji y Gales en la fase de grupos), todo indica que este entrenador protagonizará una nueva salida antes de completar su contrato.