MUNDIAL RUGBY

La resistencia inglesa y el necesario recuerdo a Wilkinson

Inglaterra es el único equipo del hemisferio norte en semifinales y podría revalidar el único título para el norte 20 años después.

Wilkinson durante el Mundial de 2003. /Foto: Tom jenkins / The Guardian
Wilkinson durante el Mundial de 2003. Foto: Tom jenkins / The Guardian
Rodrigo Contreras

Rodrigo Contreras

Llega la recta final de la Copa del Mundo en Francia, y el dominio del sur vuelve a prevalecer sobre el norte.

Inglaterra será la única selección norteña que luche por alzar la Webb Ellis Cup el próximo 28 de octubre en París. La afición inglesa vuelve a soñar después de haber perdido la última final ante los Springsboks (12-32) y dos décadas después de haber conquistado por primera y única vez la Copa Mundial.

Durante los partidos de la fase de grupos y los cuartos de final, muchas figuras importantes del mundo oval se han dejado ver por las gradas de los campos franceses, pero hay uno de esos rostros que deja un recuerdo glorioso en el aficionado inglés.

Jonny Wilkinson es el recuerdo necesario, es la imagen que el XV de la Rosa necesita para estar más cerca de la gloria. Pero no lo tendrán nada fácil. Primero tendrán que tomarse la revancha ante los sudafricanos en semifinales y después ganar a los All Blacks o Los Pumas en la final.

Wilko fue nombrado en marzo de este año nuevo embajador de World Rugby y de la Copa del Mundo de Francia 2023. Su gran presencia en el presente Mundial está siendo un reclamo para aficionados, que ilusionados comparten sus fotos y vídeos con la leyenda inglesa.

Esta ilusión, tras el pase a semifinales, ha llegado a los medios ingleses, que han tomado la figura de Jonny como su gran espada de Damocles ante la amenaza sureña.

Pero, ¿en qué se asemeja este Mundial en el 2003? ¿Podría ganar Inglaterra gracias a las patadas en Francia 2023 como ya ocurriera en 2003?

Duelo de pateadores en semifinales

El XV de la Rosa cuenta con dos pateadores excepcionales. El primero de ellos, además es el alma del equipo como lo fue Wilko en 2003. Las comparaciones siempre han sido odiosas, pero Owen Farrell tiene la oportunidad de erigirse como héroe inglés si consigue llevar a su equipo a levantar su segunda Webb Ellis Cup.

Hasta el momento, el apertura inglés llega con una imagen más de villano, gracias a la mala fama adquirida por su personalidad y sus constante acciones sobre el campo al borde de la ilegalidad (y otras totalmente ilegales). Es el niño bonito de la afición inglesa, que podría llevar hasta su Olimpo oval a su capitán si finalmente consiguen hacerse con la Copa.

En el banquillo inglés aguarda su oportunidad, George Ford. Otro enorme pateador, muy efectivo ante los palos, que ya demostró al mundo entero su valía en la victoria inglesa ante Argentina en el primer partido de la fase de grupos.

Por el lado Springbok, Manie Libbok tomará las riendas de los tiros a palos desde el inicio. Quizá ese sea su talón de Aquiles, pero los sudafricanos guardan, junto a su bomb squad, en el banquillo otra arma de destrucción masiva para la segunda parte. Su nombre es Handrè Pollard y su pierna fue fundamental para la victoria en la final de la pasada edición mundialista de 2019.

Bien conocen los ingleses la pierna de Pollard, por eso en este duelo de semifinales cobrarán gran importancia los tiros a los palos y los puntos que se puedan conseguir a través de los pateadores, tanto ingleses como sudafricanos.

Un fallo a los palos podría dar el pase al otro equipo a la gran final. La emoción está servida.