El dominio de la 'Bomb Squad' en melé y la pierna de Pollard meten a los Springboks en la final
No scrum, no win. Sudáfrica se convierte en el segundo finalista del Mundial tras remontar un partido que fue por detrás 77 minutos.

Tras la rotunda victoria de este viernes de los All Blacks ante Argentina, tocaba el turno de la segunda semifinal del Mundial. Una Inglaterra invicta se enfrentaba a una Sudáfrica que ya había perdido contra Irlanda en el campeonato, y que había eliminado a Francia por tan solo un punto, pese a ello, casas de apuestas y afición apostaban muy claramente por los Springboks ante el XV de la Rosa.
El partido comenzó con una gran intensidad impuesto por los ingleses que forzaba errores de los sudafricanos que iba convirtiendo en puntos, el capitán y pateador inglés, Owen Farrell.
Los contactos ingleses, la lucha en el breakdown y la falta de ideas del ataque springbok, dieron la ventaja en el marcador a los ingleses que mantendrían hasta tres minutos antes del final del partido.
Fallos en el lanzamiento de touch, una defensa de delantera inglesa, que había estudiado a el maul sudafricano y supo como frenarlo y más errores de lo común, dieron la manija del partido a los ingleses, que llegaron a la media parte con seis puntos de ventaja (12-6).
Antes del fin de los primeros cuarenta minutos, se produjo un cambio muy significativo desde el banquillo bokke. Erasmus y Nienaber sacaban del campo a su apertura titular y entraba al campo, Handré Pollard (las patadas a los palos podían decantar la balanza hacía un lado u otro).
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En los diez primeros minutos de la segunda parte, el banquillo sudafricano , introdujo al campo todas sus armas guardadas: Faf de Clerck dentro y Bomb Squad dentro.
Con treinta minutos por delante, Sudáfrica, tenía que demostrar al mundo oval por qué era la gran favorita para repetir victoria mundialista.
Las patadas en juego abierto de Pollard a veces encontraban socios en el ala y otras no, la melé sudafricana mejoró y comenzó a imponer su ritmo, pero Owen Farrell no estaba dispuesto a dejar escapar la semifinal y su cita con la historia. Sus patadas en juego abierto quemaban en las manos de la defensa sudafricana y en este momento, es cuando surgió la estrella y el recuerdo a Wilko, con un drop estratosférico desde casi en el medio campo, ampliando distancias en el minuto 13 de la segunda parte (15-6).
El partido entraba en el último cuarto de partido con una ventaja importante para los ingleses (9 puntos), pero la Bomb Squad no había dicho su última palabra… Así continuó el dominio springbok en melé salvando una melé a 5 metros en contra, y forzando un nuevo golpe de castigo a favor en el medio campo que fue el germen del ensayo sudafricano de RG Snyman (15-13).
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Con este resultado y la emoción a flor de piel, en un partido muy trabado que fue todo lo espectacular como la primera semifinal, se llegó a los últimos cinco minutos de partido.
De nuevo la melé Springbok castigó a los ingleses y consiguió un nuevo golpe de castigo a favor (el tercero desde que salió la bomb squad en la segunda parte).
Era el momento de Handré Pollard y su pierna… y no falló. A un metro del centro del campo convirtió el golpe de castigo que había conseguido su delantera y puso por primera vez en el partido a Sudáfrica por delante (15-16).
El XV de la Rosa tuvo una última posesión, pero la defensa sudafricana en medio del campo la desbarató y esta termino en un avant inglés con el que moría la segunda semifinal.
Los pateadores y la Bomb Squad en la segunda parte fueron fundamentales en la segunda semifinal de la Copa el Mundo de Rugby.
Próximo viernes 27 de octubre a las 21h la lucha por el bronce entre Inglaterra y Argentina y el sábado 28 de octubre alas 21h la gran final: Nueva Zelanda vs Sudáfrica.