¿Qué pasó con las refugiadas ucranianas que jugaron al rugby en Valencia?
Nataliia y Oksana llegaron a España huyendo de la guerra y jugaron la Copa de la Reina con el club valenciano de Les Abelles.
Nataliia Mazur y Oksana Nykoriak fueron protagonistas en las portadas de diarios y medios mediterráneos en la pasada primavera. Ambas jugadoras internacionales con la selección ucraniana de Rugby 7s huyeron de la Guerra en Ucrania y, tras un viaje eterno de once días, llegaron a Valencia. Allí les esperada la tía de una de ellas.
A raíz del contacto de una chica en común entre la tía ucraniana de las rugbiers y el presidente del club valenciano de Les Abelles, Antonio Márquez Oso, las dos jóvenes encontraron el refugio y amparo perfecto para la difícil situación que estaban viviendo.
Una vez sabido el interés de Oksana y Nataliia por jugar al rugby, el equipo valenciano se volcó y una familia muy ligada al club (en la que los hijos juegan con Les Abelles) ofreció su casa particular como hogar a las refugiadas.
"Llegaron a mitad de la segunda vuelta y no las pudimos inscribir en la Liga, pero sí que pudimos disfrutar de su juego en la Copa de la Reina 7s de España", cuenta a Relevo el presidente de Les Abelles, Antonio Márquez.
"Eran chicas que habían jugado a nivel en Ucrania. No tenían ropa de deporte ni nada, así que se lo facilitamos todos en el club. El entrenar con nosotros era un alivio para ellas por la situación de estrés y tensión con la que vivían día a día. Estaban sufriendo y cuando estaban un día sin internet, se les veía la cara de preocupación", añade Antonio Márquez.
Vuelta a Ucrania
Tras el verano y con la llegada de una nueva temporada en el mes de septiembre, Nataliia se volvió a Ucrania porque uno de los miembros de su familia (su abuela) enfermó y quiso estar cerca de los suyos.
Por su parte Oksana, se hizo ficha con el club y esta temporada contaba para Les Abelles. Se le empezó a remunerar, se trasladó a un piso del club y se le dio un tratamiento de fichaje. Poco después, en un viaje que hizo para jugar con la selección y un club ucraniano se rompió la rodilla. Decidió operarse y hacer el proceso de recuperación junto a su familia en Ucrania.
"Tenemos contacto con ellas, siempre tendrán las puertas abiertas en Les Abelles. Además, deportivamente es una pena para nosotros porque eran muy buenas jugadoras. Desde el punto de vista humano, volver a su país y estar con su gente es lo que toca", apunta Antonio Márquez. "Ahora, en la zona en la que están, aunque se viva el conflicto, aparentemente están viviendo en una zona más estable y tranquila que otras".