LA CRISIS DE RUBIALES

El caso Rubiales, el ejemplo del rugby argentino y cómo arreglar el desastre de la RFEF: "La federación está corrompida, todos lo saben"

Raúl Calvo Soler, el hombre que resolvió la última gran crisis del deporte argentino, da las claves para resolver el problema desde la base.

Protestas en Buenos Aires por el asesinato de Fernando Báez./GETTY
Protestas en Buenos Aires por el asesinato de Fernando Báez. GETTY
Sebastián Fest

Sebastián Fest

Buenos Aires.- A Raúl Calvo Soler lo llamaron un día para arreglar el alma del rugby argentino y hoy se dedica a evitar que se corrompa la del catalán. Pero las cosas van muy rápido en el deporte: mientras trabajaba en educar a los entrenadores, la clave de todo, explotó el "caso Rubiales". Y entonces Calvo Soler, un español que adquirió la nacionalidad argentina y vive a caballo entre ambos países, confirmó lo que ya sabía: el fútbol de su país atrasa seriamente a nivel federativo.

"El fútbol en España se ha convertido en un reservorio de pensamientos arcaicos impresionante. El mundo está peleando por cambiar, pero en el fútbol la mayoría no se expide respecto a ese hecho. Sorprende", ha confirmado a en entrevista a Relevo. Licenciado en Derecho por la Universidad Autónoma de Barcelona y doctor en Ciencias Sociales y Jurídicas por la Pompeu Fabra, de la misma ciudad, es también profesor titular en la Universidad de Girona en Derecho, Criminología, Ciencias Políticas, Relaciones Públicas, Trabajo Social y Pedagogía.

Calvo Soler cree que el deporte está fallando. El fútbol, el rugby y la mayoría de los deportes.

"El deporte no ha sabido jugar el papel que estaba llamado a tener como práctica social pedagógica", enfatiza el abogado, que se hizo muy conocido en el ambiente del deporte argentino cuando en 2020 fue llamado para ayudar a salir de una grave encrucijada al rugby, en el que el país latinoamericano es potencia mundial.

En enero de ese año se había producido un asesinato que dejó helado a todo el país: un grupo de jóvenes jugadores de rugby mató a patadas y puñetazos a otro joven, Fernado Báez Sosa, a la salida de una discoteca. No era la primera vez que eso sucedía en Argentina, y no sería la última. Los asesinos están en la cárcel, varios de ellos con condena a prisión perpetua.

Durante dos años, Calvo Soler y su equipo se dedicaron a reformar el rugby argentino desde la base, trabajando el corazón, el cerebro y el alma. Ahora está haciendo lo mismo con varios equipos catalanes, donde los problemas no son tan serios como lo fueron en Argentina: la intención es prevenir, evitar que se llegue a problemas mayores. Niños de seis a 11 años, pero también un trabajo intenso y profundo con sus entrenadores, porque hay cosas que los que enseñan también deben aprender, cosas que nunca nadie les enseñó y que el deporte y la sociedad hoy demandan.

Luis Rubiales, durante la final del Mundial femenino de fútbol. GETTY
Luis Rubiales, durante la final del Mundial femenino de fútbol. GETTY

"Todos los entrenadores saben cómo enseñar un tackle, un scrum. ¡Lo saben! Pero cómo enseñar el respeto... ahí tienen problemas. Eso sí, es un problema del deporte en general en todo el mundo, no solo del rugby. ¿Con qué herramientas lo hacemos? Enseñar a respetar no es hablar de respeto, como enseñar a nadar no es hablar de natación", argumenta.

Cuando dice que es un problema que excede al rugby y que involucra a todo el deporte en general, Calvo Soler sabe de lo que habla. En los días en que mantuvo conversaciones con Relevo explotó el escándalo de Rubiales con la selección femenina de fútbol. Fue la ratificación de lo que el abogado venía diciendo.

"Lo del tema Rubiales es vergonzoso, yo estoy anonadado. La federación está mal, está corrompida, todos lo saben y nadie toma cartas en el asunto. Y los chicos van creciendo en esa lógica del todo vale".

Calvo Soler entiende que las federaciones de fútbol —no se refiere solo a la española, también a las territoriales— van por detrás del deporte y la sociedad.

"Las federaciones de fútbol se conciben más como protectores de un espacio y un negocio muy rentable que como un deporte que ayuda a formar personas para la sociedad. Esa visión del deporte muere en los partidos cuando los jugadores más jóvenes se revientan porque quieren ser en el futuro los mejores del mundo, porque hay una presión para que lo sean. Conocemos la violencia en las gradas del fútbol, donde hay esa visión de que mi hijo es el próximo Messi y nos va a salvar a todos. Así, el deporte y el fútbol pierden una oportunidad única. La práctica social pedagógica es el deporte en su estado más profundo. En eso se falla".

Calvo Soler recuerda a un amigo suyo, José Luis Pérez Triviño, y un artículo publicado por él recientemente en El País bajo el título de 'Rubiales y el complejo de emperador': "José Luis estaba en el comité de ética de la federación española, y Rubiales lo eliminó porque no le gustaba nada".

No habla de oídas Calvo Soler cuando se refiere al cambio profundo que debe encarar la Federación Española de Fútbol (RFEF), sabe de las dificultades de cambiar las costumbres enquistadas en una federación, al fin y al cabo el sitio que concentra el poder: durante dos años estuvo sumergido en la Unión Argentina de Rugby (UAR). Se fue conforme, aunque cree que había más por hacer, no en vano su proyecto se llamaba "Rugby 2030".

"Aprendí que es muy difícil convencer a alguien convencido de que tiene razón. Nos encontramos con gente que no podía ver la necesidad del cambio. Y con otra que lo veía maravillosamente".

"Ahora estoy trabajando con la federación catalana de rugby en un programa que se llama 'Formen personas'. El rugby catalán tiene plena conciencia de la necesidad de poner en valor la formación de este deporte, la idea de que la formación de un jugador no se agota en sus habilidades físicas y técnicas".

"Ven lo que está sucediendo con el deporte en general. Hay más violencia en el fútbol que en el rugby catalán, pero lo que se busca es prevenir. Por eso trabajamos con niños y preadolescentes y buscaremos llegar con este programa hasta jugadores de 14 años. Es una inversión para el futuro".

"El proyecto ya lleva un año para mejorar el trabajo de las escuelas de rugby en Cataluña, y la idea fundamental es que una escuela de rugby sea una escuela que enseña a jugadores y jugadoras desde el punto de vista personal. Lo fundamental es poner el foco en habilidades y destrezas que les sirvan para la vida cotidiana. Trabajamos con tres clubes, el año que viene van a ser ya seis. Trabajamos con los entrenadores en las categorías de seis, siete, ocho y nueve años, para incorporar dos ideas: formar a un jugador es formarlo en habilidades físicas. técnicas, mentales y éticas. Y esto tiene que ser parte de la conciencia formativa del entrenador".

Ya no alcanza con ser un buen entrenador. Al hombre o la mujer a cargo de un grupo de jóvenes se les va a exigir cada vez más en cuanto a la formación de personas e, idealmente, algo menos en cuanto a lo competitivo.

"Lo que no puede ser que se trabaja lo físico y lo técnico, que los chicos lo pasen bomba, y cuando llegamos a trabajar lo mental y lo ético nos pongamos simplemente a hablar. Otra vez: ¿cuando enseñamos a nadar lo hacemos meramente hablando de natación? Es por eso que les enseñamos a los entrenadores ejercicios para el autocontrol, el respeto, el compañerismo. A trabajar cuestiones como la disciplina, la empatía".

Prevenir y trabajar más allá de lo técnico y meramente deportivo es algo que sirve para el rugby y sirve para el fútbol. Sirve para el deporte todo.

¿También para sus dirigentes, hubiera servido para un joven Rubiales?

"Claro que sí".