Sébastien Chabal, el globo mediático del rugby francés que llegó pinchado de fábrica

La última entrevista de Sébastien Chabal en el programa Legend está dando de que hablar, sobre todo en medios generalistas y no tanto en los especializados en el mundo oval. En ella, el exinternacional francés asegura que no recuerda ni un solo segundo de un partido de rugby que haya jugado, ni ninguna de las 62 Marsellesas que escuchó representando al XV del Gallo sobre el campo.
Si de algo sabe el delantero galo es precisamente de eso: dar que hablar. Su transformación en el mundo del rugby fue a pasos agigantados hasta llegar a convertirse en una leyenda gracias a su imagen, aunque no por lo demostrado sobre el césped. Adquirir ese apodo de leyenda pesa demasiado y más si toda tu carrera has sido un jugador duro y con buenas aptitudes para la práctica del rugby, pero nunca has llegado más allá de eso: de ser un buen jugador.
El estatus de 'leyenda' del rugby está muy estudiado por el segunda/tercera línea. Gestos, miradas, juego sucio y una estética que cerraba el círculo para ver a Chabal como un auténtico 'hombre de las cavernas' saliendo de su refugio para jugar al rugby. Sobresaliente en marketing.

Se retiró el jugador, pero la imagen sigue dando rédito
Hoy en día, tras algo más de una década retirado, sigue dando de qué hablar (recordemos, su especialidad) y así lo ha hecho en su última entrevista. Sin entrar en la veracidad o no de sus palabras, Chabal vuelve a saltar al noticiario oval.
Justo antes del Mundial de Francia 2023, del que era embajador, fue investigado por un presunto delito de reventa de tickets para la cita mundialista. Tanto el mediático exjugador francés como Henri Moich, tetracampeón de la liga francesa en los 70, fueron examinados por estas irregularidades.
Una investigación que ya costó el puesto al director ejecutivo de France 2023, Claude Atcher, en el pasado mes de octubre y de la que Chabal se defendía con las siguientes palabras: "Sí, tuve acceso privilegiado a comprar más entradas de las que puede hacer una sola persona por mi condición de embajador de Francia 2023. No tuve ni regalos ni tarifas preferenciales. Y no, no tengo la intención de obtener ganancias ni lucrarme. Es obvio que esos lugares que adquirí no se pueden revender, ni beneficiarse de ellos. Es igualmente inconcebible que puedan ser utilizados para operaciones comerciales".
Así, cada cierto tiempo, con una entrevista o con una nueva polémica, Sébastien Chabal sigue en boca de muchos, pese a llevar desde 2014 retirado como jugador.
Un buen jugador, no más
Sobre el campo fue un buen jugador, capaz de bregarse en las artes más oscuras del rugby y llevar ese aspecto feroz al contacto sobre el campo. Su dureza en los placajes le llevaron a ser conocido como 'El Anestesista', pero paradójicamente su placaje más emblemático sobre un campo (el que realizó sobre el all black Chris Masoe) parte en una posición totalmente ilegal (incurriendo en un fuera de juego claro), cosa que hace de la jugada una acción antirreglamentaria.
Compararlo con los grandes referentes del rugby francés en su posición, como por ejemplo Fabio Pelous, Imanol Harinordoquoy o los hermanos Spanghero, sería un delirio. Incluso hacerlo con muchos de los grandes referentes de la última década de segundas líneas, como por ejemplo el sudafricano Eben Etzebeth o el galés Alun Wyn Jones.
En sus once años como internacional francés (62 caps) su carrera fue evolucionando y creciendo en los medios. En el campo en sus primeros años salía desde el banquillo hasta que la figura mediática devoró al jugador y terminó siendo para muchos un referente (falso) del rugby francés. Así fue, así es Sébastien Chabal, un buen jugador de rugby, una gran figura mediática.