RUGBY

Un sentido agur a Axio, el hombre "apasionado" y "entregado" al rugby que enderezó el rumbo del Ordizia

Puso el nombre del pueblo en el panorama rugbístico cuando conquistó de forma seguida dos Copas del Rey (2012 y 2013).

Un sentido agur a Axio, el hombre «apasionado» y «entregado« al rugby que enderezó el rumbo del Ordizia
Íñigo Corral

Íñigo Corral

En la comarca guipuzcoana del Goierri hay quien asegura que si el rugby no se hubiera inventado hace dos siglos, la vida de Ignacio Araña, Axio (1961-2025), nunca hubiera sido tan completa. Sus familiares, compañeros y rivales coinciden en señalar que se ha ido una persona que amaba el rugby por encima de todas las cosas materiales de la vida hasta convertirse casi en una obsesión. Ordizia nunca podrá olvidar al entrenador que puso el nombre del pueblo en el panorama rugbístico cuando conquistó de forma seguida dos Copas del Rey (2012 y 2013). "Siempre ha sido una persona simple y alegre al mismo tiempo que llegaba al corazón de todos", afirma su sobrino Alain Araña, el actual capitán del equipo vasco. El propio club quiso recordar su figura a través de sus redes sociales tras la reciente pérdida "de quien fuera más que entrenador, fue el alma máter del equipo". Axio tenía 63 años. Llevaba casi medio siglo vinculado al deporte que tantas alegrías le dio. La máxima, como jugador, fue representar en 1983 a la selección de Euskadi en un partido disputado contra Gales que los vascos perdieron 3-24.

El Ordizia Rugby Elkartea se fundó en 1973. Axio Araña tardó poco en engancharse a la novedad recién llegada al pueblo cuando solo tenía 14 años. Era la época donde el equipo disputaba sus partidos en Trevijano, un campo de hierba situado al lado de la autopista que casi siempre estaba embarrado y el juego a la mano estaba sobrevalorado. "Desde entonces, mi tío siempre ha tenido una vinculación muy grande con el club hasta el punto que ha arrastrado a toda la familia", subraya su sobrino. Por parte de madre, su tío Josu Oiarbide fue jugador del primer equipo "y también mi entrenador en la categoría Sub-18". Por parte de padre, la lista es más larga. El primero es Aitor, su progenitor, que llegó a compartir vestuario con su hermano Axio algunas temporadas. Más tarde fue entrenador del club y, luego, presidente. También aparecen en esa lista sus primas Amaia y Lide Erbina, dos jugadoras que han sido internacionales con España en varias ocasiones, el hermano de ambas, Beñat, y su otro primo Erlantz Garmendia. "También mi hermano juega en la actualidad con el segundo equipo", indica.

Axio era una persona "muy entregada y pasional", como señala Alain Araña. "Como entrenador vivía muchos los partidos y trataba de que cada jugador tuviera esos mismos sentimientos de darlo todo en el campo que él transmitía desde el banquillo". Fuera del terreno de juego, en las distancias cortas, podía dar la impresión de ser un hombre de pocas palabras, sobre todo, a los desconocidos. Hasta podía parecer que era tímido. Y no era así. "Lo que ocurre es que se manejaba mejor en euskera que en castellano y eso podía hacer pensar que era una persona de pocas palabras, pero te garantizo que no era así". De hecho, subraya que su mensaje calaba por igual a todos jugadores. "Si llegó tan lejos y logró tanto arraigo en el pueblo fue por ser la persona que era", añade. Para hacerse una idea más aproximada del personaje, durante su última etapa de entrenador solía llevar al campo una espada. Era su forma de motivar a sus jugadores aludiendo al carácter luchador propio de los vascones.

El capitán del Ordizia no oculta la admiración que tenía por su tío. Y eso que ya no solía ir a ver sus partidos a Altamira, el terreno de juego que hace años sustituyó al Trevijano. "Estaba algo desconectado del rugby, y aunque ya no aparecía por el campo, sí que solía escribir al acabar los partidos a ver cómo había ido todo", subraya. Pese a esa doble condición de tío y entrenador, Axio no le aconsejaba sobre qué hacer sobre el terreno de juego. "Era más de intentar transmitirte los valores, de hacer sentirte el club y de luchar por él", precisa. Los recuerdos sobre el exentrenador del Ordizia se amontan en su cabeza. Los más recientes son a raíz de compartir el negocio familiar que tenían su padre y su tío al que Alain se ha ido incorporando poco a poco. "Es que todavía recuerdo verle aparecer por allí con su txapela y una enorme sonrisa…".

Un sentido agur a Axio, el hombre «apasionado» y «entregado« al rugby que enderezó el rumbo del Ordizia

Sus rivales en el terreno de juego no se habían olvidado de él. Javier Artetxe, un expilier del Bilbao Rugby Club –el actual Universitario Bilbao Rugby (UBR)- se las tuvo muchas veces tiesas con Axio Araña cuando ambos equipos militaban en División de Honor B. Era cuando las primeras líneas chocaban antes incluso de que el árbitro lo hubiera autorizado. "Con Ordizia siempre había pelea, mucha pelea", recuerda. Es fácil de imaginar la estampa en una época donde afloraba el juego hosco y algo embrutecido gracias en parte a los campos de hierba embarrados donde se imponía el juego físico. "Él era un talonador de los que pegaba. No hacía amigos. Era un tío muy duro, pero también digo que fuera del campo era muy majo", admite este expilier que basaba su juego en la técnica y al que siempre se le quedó algo pequeña la categoría de plata del rugby español. De aquel Ordizia de los años ochenta todavía tiene en mente la contundencia de otro jugador, un apertura pelirrojo "que era como un dolor de muelas". Aquel chaval que tanta leña repartía es Iñaki Erbina, el padre de las jugadoras de la selección Amaia y Lide.

En Gernika guardan parecidos recuerdos de Araña. "Le tengo como el alma mater de la delantero de ellos", indica Iñaki Uribe, el actual presidente del club basurde. "Era un tío encantador fuera del campo pero durante el partido te daba hasta miedo porque era duro como una piedra. ¡No veas cómo chocaba!". Uribe jugaba de flanker y, aunque no suele ser habitual, era el encargado de chutar a palos, algo que hacía con una gran eficacia. Coincidió con el exjugador del Ordizia tanto en juveniles como en categoría senior. "Lo que recuerdo de él era que casi era más ancho que largo y que tenía una espalda, un cuello y unos brazos del copón de la baraja". De aquellos partidos en Urbieta y Trevijano comenta que siempre fueron bastante parejos no exentos de dureza. "Vamos, eran de los que siempre te gustaba jugar, y si era posible, ganar".

La etapa más gloriosa del AMPO Ordizia coincidió con Axio en el banquillo y con Joanes Aierbe ejerciendo de capitán. El exjugador guipuzcoano se retiró de los terrenos de juego hace doce años tras diagnosticarle un linfoma en el estómago. Superado el mal trago, le dieron el alta definitiva "y ahora mismo hago una vida normal". Aierbe es un auténtico hombre de club. Estuvo 22 años durante los cuales vivió descensos a Liga Vasca y ascensos a División de Honor hasta conseguir que el equipo se asentara en la élite. Con su entrenador llegó a tener una gran confianza. "¿Cómo no la iba a tener si pasaba más tiempo con él que con los de casa?", se pregunta. Y es que pasaron muchas horas juntos. "Había épocas en que nos juntábamos cuatro o cinco veces por semana en las que hablábamos de la vida, del rugby y también de política. Luego estaban los largos viajes en autobús que también daban para mucho", espeta.

Que Aierbe jugara también de talonador como antaño lo había hecho su entrenador no fue un elemento determinante para que estuviera más encima de él. "Me metía caña porque era el capitán y para desempeñar ese rol hay que predicar con el ejemplo". Y luego estaba el tema de la obsesión de Axio "por ponerle pasión a todo lo que hacíamos porque vivía los partidos con intensidad y nos hacía vivirlos como lo hacía él". Para hablar de pasión era muy recurrente en aquella época citar la frase de "el rugby es lucha, pasión y solidaridad" que solía repetir el legendario ala francés que jugó en los dos mejores equipos vascos (Aviron Bayonnais y Biarritz Olympique) Patrice Lagisquet.

Y es que Araña era un seguidor del XV del Gallo "creo que por cercanía y porque solía tirar mucho para la zona de las Landas". De hecho, "como se defendía en francés que es el idioma que se estudiaba antes", seguía muy de cerca la actualidad de los principales equipos del país vascofrancés a través de la prensa. Aierbe, el hombre que tuvo de levantar dos veces la Copa del Rey, recuerda a Axio como un "tío jatorra (agradable), campechano y fácil de llegar a la gente. Tan es así que se paraba por la calle a hablar con cualquiera después de los partidos y llegaba tarde a las comidas. Sus jugadores se lo reprochaban medio en broma. "Beti zure zain gaude (siempre te estamos esperando)", le solían decir. Su fallecimiento ha sido "muy sentido". Se ha ido, como gráficamente expresa Aierbe, "un tipo duro pero que luego era más sano que la hostia".

Tras su etapa gloriosa como entrenador decidió apartarse un poco de la primera línea. Le nombraron mánager pero aquello duró poco tiempo. Le surgió la oportunidad de sentarse en el banquillo del equipo navarro La Única donde estuvo tres años hasta que lo dejó. Allí coincidió con Luis Sarmiento, Luigi, que entrenaba con los veteranos del equipo en el campo de la Universidad Pública de Navarra. "Siempre estaba con la txapela puesta hasta en los entrenamientos", subraya. Sarmiento define a Araña como un trabajador del rugby "de esos de pico y pala" que está siempre muy atento a todos los detalles "para corregir cualquier detalle y repetir un ejercicio las veces que hiciera falta". Por lo que comenta, Axio no había perdido ni un ápice de fuerza cuando le conoció. "Era de los que le estrechabas la mano y te la devolvía como si fuera zumo auténtico".