Carlos Alcaraz no despeja la incógnita sobre Madrid y hace frente a quienes cuestionan su transparencia: "Nunca hemos visto como un riesgo mostrar quién soy"
Este martes se presentó su documental, en el que el tenista muestra su vida personal y profesional. "No me escondo que la disfruto".

Carlos Alcaraz quiere estar en Madrid, aunque no de cualquier manera. Ya lo advertía una voz autorizada del tenis como Álex Corretja en las últimas horas. El murciano se ha vuelto a pronunciar este martes acerca de su estado físico en la presentación del documental sobre su carrera y su vida. Y lo cierto es que no ha hecho saltar las alarmas, pero tampoco ha querido dar por hecha su presencia en el Mutua Madrid Open, que para él comenzaría este sábado con la disputa de la segunda ronda.
"Físicamente me encuentro bien. Tengo molestias, hemos hecho pruebas, vamos a ver cómo salen esas pruebas. Dolores ya he sentido previamente y he podido jugar con ellos. Vamos a ver si no es gran cosa y me permite poder disfrutar de Madrid. Aún estamos a la espera", declaró. Las recientes molestias han aparecido en la final del Conde de Godó que el de El Palmar cedió ante Holger Rune que puso colofón a dos semanas intensas con sendas finales en Montecarlo y Barcelona.
Los resultados que arrojen esos exámanes serán determinantes para saber si Alcaraz estará en condiciones de participar y de disfrutar, como se ha encargado de destacar. "Después de Miami fue un momento difícil y tuve que reflexionar y darle importancia a lo que realmente tiene, que es disfrutar y ver el tenis como un juego. Entrar a pista como entraba al principio, con alegría. No le daba importancia a nada más que a jugar. Creo que en estas dos semanas he recuperado otra vez esa alegría, que no pasaba nada si ganaba o perdía, sino salir de pista con la cabeza alta y pensar que he disfrutado. Creo que en estas dos semanas lo he conseguido".
Carlitos ya sabe lo que es ganar en Madrid, lo consiguió en 2022 y 2023, mientras que en la última edición se quedó en los cuartos de final. Preguntado sobre sus próximos objetivos, el murciano no olvida la espinita con el primer Grand Slam del calendario. "Siempre hay nuevos retos, el camino sigue. No podemos estancarnos, queremos seguir poniendo nuestro nombre en la historia del tenis poco a poco. La ambición es lo que tira cada día para intentar mejorar. Me queda un Grand Slam, Australia, ojalá algún día pueda conseguirlo. Cada torneo es importante para mí y eso es lo que me motiva para seguir en la buena línea".
El documental y la transparencia
La serie documental, producida por Netflix, muestra abiertamente cómo es Alcaraz, algo a lo que, por ejemplo, siempre es reacio un Novak Djokovic que no ha ocultado públicamente que prefiere no dar pistas a sus rivales sobre ciertas lesiones o picos de forma. Preguntado por ello, el tenista español reforzó su postura de ser absolutamente transparente ante los micrófonos.
"Mi equipo nunca ha visto como un riesgo mostrar quién soy. Otra de las grandes cosas que he aprendido hoy en día es intentar no escuchar las opiniones de la gente externa a mi familia y a mi gente cercana, porque te puede perjudicar e, incluso, te puede comer un poco esa personalidad. Yo, junto con mi equipo, queríamos mostrar cómo soy yo como persona, cómo vivimos el día a día en los torneos y en casa. En ningún momento lo he visto como una amenaza para la gente que pueda opinar, criticar, que no lo vea bien, mal... Esta es mi manera de vivir, mi manera de ir a los torneos, entrenarme y también mi manera de vivir la vida. No me escondo de que la disfruto, estoy contento de la manera que lo hago, si a la gente no le gusta, es mi problema... Mi equipo y yo hemos tenido claro que lo importante es cómo yo me sienta".
"Mi carrera es corta todavía, pero es una historia que tenía mucha ilusión de contar, de que la gente supiera y me conocieran como persona. Muy contento de haberlo hecho", declara Alcaraz sobre el documental, que se estrenará este 23 de abril. Contento, aunque, al principio, algo incómodo por la presencia de cámaras en su vida privada. "Fue como un proceso de adaptación. El ser natural, ser yo mismo a pesar de tener las cámaras. Sobre todo, me daba cosa por mi familia, mi equipo... que ellos sí que no están tan acostumbrados a las cámaras. Me sorprendió la manera cómo se comportaron, el equipo hizo un trabajo excepcional para que nos sintiéramos tranquilos en todo momento".