OPINIÓN

Alcaraz aprendió a jugar mal

Alcaraz, al ganar el Mutua Madrid Open./EFE
Alcaraz, al ganar el Mutua Madrid Open. EFE

El tenis es un deporte tan elegante que al verlo y jugarlo tantas veces yo me pregunto por qué se jugará en polo y no en camisa. Alcaraz ganó el Mutua Madrid Open en camiseta. Lo compensó cada vez que soltó la muñeca; Carlitos tiene algo. Corre con la misma finura que al pegarle a la raqueta. Una elegancia distinta, el gusto de ser un tipo tan natural.

Alcaraz sigue dominando después de ganar en Madrid.RELEVO / S. SUBIELA

A Madrid llegó Alcaraz habiendo ganado el torneo antes de empezar. Por eso su primer partido fue el más difícil. Arrancó el campeonato por el final. Nadal, Djokovic y Sinner no se presentaron al Mutua. Y no fue por problemas físicos: todos ellos se desapuntaron, al ver que enfrente estaría Alcaraz.

En la final Carlitos jugó contra el peor rival de todos: la suerte. La suerte bien entendida, que estas semanas se vistió en el cuerpo de Jan-Lennard Struff. Un titán que había sido eliminado en la fase previa del torneo era el único rival que podría eliminar a Alcaraz. Estuvo a punto, cuando su brazo derecho se disparó por todas partes como un cañón descontrolado.

Alcaraz tenía un problema que en Madrid solventó. Es tan superior, juega tan fácil, que gana los partidos demasiado rápido. No le había dado tiempo ni a tener enemigos, como la histórica leyenda de Federer y Nadal. Carlitos se estaba ventilando el tenis demasiado deprisa.

El Mutua Madrid Open de este año enseñó a Alcaraz a jugar mal. La misma semana que el Real Madrid, el padre de todas las victorias, se metió en el bolsillo un nuevo título y se acicala para otras semifinales de Champions. Carlitos alternó las dejadas y los 'passings' con los puntos esperando atrás, con la cabeza tan dura y tan ganadora de saber que antes fallará tu rival, porque tú no fallarás jamás.

En la vida, como en el tenis, hay más ratos de golpes bajos que de puntos ganadores. Lo saben todos los dioses de la primavera: el Madrid, Nadal y ahora también Carlos Alcaraz. Hasta en el mes más bonito del año hay que sufrir para ganar.