Alcaraz acelera en Madrid y tiene una cita con aroma a final
Vence a Dimitrov por 6-2 y 7-5 y el martes chocará en octavos con Zverev, al que ya derrotó hace un año en la final del Mutua Madrid Open.

Era la primera gran noche del Mutua Madrid Open y Carlos Alcaraz no defraudó. El gran favorito al título elevó el nivel, despachó a Grigor Dimitrov por 6-2 y 7-5 y se citó para los octavos con Alexander Zverev. Toda una final anticipada.
A Carlitos le gusta jugar de día, con sol y la bola viva, pero como es el único gran reclamo que le queda al torneo en esta edición tras las renuncias de Nadal y Djokovic, está prácticamente obligado a jugar alguna de las sesiones nocturnas. Las de los focos y el glamour. Ahí también se desenvuelve bien el murciano.
Tras su debut del viernes, un partido en el que salió despistado y le tocó remontar, Alcaraz salió este domingo con muchísima más decisión. Quería mandar y mandó. Quería divertirse y se divirtió. Sólo tuvo un momento de dudas, mediado el segundo set, pero lo resolvió con maestría y cerró el partido con una dejada al más puro estilo Alcaraz. Marca registrada.
"Soy una persona y un jugador que aprende de lo que ha hecho mal. Había muchas cosas que mejorar después del primer partido y ayer entrenamos ciertas cosas que no habían ido bien en ese primer partido", ha comentado Alcaraz nada más acabar el partido. "Había que salir a disfrutar, a desplegar el juego que solemos hacer, a sonreír y a meter puntazos". Vaya si lo hizo.
«Baby Federer», lo que pudo ser y no fue
Dimitrov, de 31 años, es uno de los jugadores más talentosos que ha dado el tenis en las últimas décadas. Su revés a una mano y su clase hicieron que mucha gente le bautizara en sus inicios como Baby Federer. Aunque al principio le gustó, con el paso del tiempo ha renegado de esa comparación. La verdad es que le viene muy grande.
Lo cierto es que cuando Dimitrov juega bien es una delicia verle flotar en la pista. Tiene unos golpes que son un regalo a los ojos, como su revés paralelo o la dejada. Sin embargo, ese talento innato no ha estado acompañado siempre por una mentalidad de hierro. El búlgaro alcanzó en 2017 el número tres del ranking, pero lleva desde octubre de 2018 sin pisar el "top ten". Actualmente está en el puesto 32 del ranking ATP.
Este viernes dejó algunas pinceladas de lo que pudo ser y no fue, pero Alcaraz fue demasiado para Dimitrov. Alcaraz se enfrentará ahora a un Zverev que llega lanzado, tras vencer 6-1 y 6-0 a Hugo Grenier, y con ganas de recuperar su mejor versión tras romperse el tobillo hace un año en Roland Garros. Será la reedición de la final de 2022, en la que Alcaraz aplastó al germano por 6-3 y 6-1.