Andrey Rublev encuentra la calma en las palabras de un entrenador español: "Sabe cómo hablarme cuando estoy estresado"

Todavía no se ha cumplido un año de una de las manchas más largas del carácter de Andrey Rublev en toda su carrera. En la 1ª ronda de Roland Garros, el ruso perdía el primer set ante el surcoreano Soon-Woo Kwon en el tie break y lleno de ira pegaba un pelotazo contra la pista en el momento en el que volvía a su banquillo. La bola salía disparada a solo unos centímetros de uno de los miembros del personal del torneo, responsables de la pista. En el ademán de protegerse la cara, tira su gorra al suelo del susto.

"He perdido la cabeza", dijo Rublev tras remontar y ganar el partido. Ese fue uno de los episodios más llamativos, pero ha habido muchos otros donde el aspecto mental ha terminado perjudicando el juego de un tenista con la calidad de los mejores. "Cada jugador tiene su debilidad, la mía es mental", comentaba tras otro de sus cabreos en Indian Wells. Con el paso del tiempo y con la sucesión de estos momentos, el propio jugador parece haber dado con el defecto y el camino a seguir para cambiarlo. Para buscar una solución junto a su entrenador Fernando Vicente, han encontrado un cómplice perfecto: el extenista español Beto Martín.

El exjugador barcelonés se incorporó a las filas del equipo a principios de temporada. Con estudios en psicología, no cabe duda que ha sido clave para que Rublev ya haya podido levantar su primer gran trofeo de la temporada en el Masters 1000 de Montecarlo. "Estoy muy estresado en algunos momentos y él sabe qué palabras decir o cómo usar las para calmarme", confiesa el actual número 6 del mundo en entrevista con Relevo. La nueva permisividad del coaching [instrucciones de los miembros del equipo a su jugador durante partido] desde la temporada pasada también facilita las cosas.

Cuando a Rublev se le menciona a Beto, se le nota un cambio en su gesto. "Entiende muy bien el tenis y sabe ver el juego de una manera diferente para explicar algunas situaciones emocionales o técnicas de una manera distinta a lo que he vivido antes", nos comenta justo antes de salir a la pista para un torneo de exhibición previo al Mutua Madrid Open, que también ha terminado ganando ante rivales como Tsitsipas, Tiafoe, Thiem o Landaluce.

El propio Beto Martín señalaba cuáles serían los terrenos que iba a trabajar en una entrevista con los medios oficiales de la ATP hace unos días: "Encontrar el equilibrio entre estar un poco más calmado y no volverse loco a la mínima ocasión".

Aunque, también señala que este 'control' del carácter tampoco tiene que deprimir sus cualidades: "Tampoco puede perder la chispa que tiene que lo hace tan bueno ni la agresividad. Él es un jugador que tiene que jugar muy agresivo, y si está muy pasivo y solo empuja la bola, pues no funciona. Y con el equipo hablamos esto, de tratar de encontrar este puntito medio".

Ganar un Masters 1000 es el paso previo para dar el salto a ser campeón de Grand Slam. Rublev lo consiguió hace tan solo unos días en Montecarlo, aprovechando bien la lista de bajas en el cuadro (Alcaraz y Nadal no jugaron, Djokovic tocado del codo...). Su primer gran título llega a sus vitrinas tras la incorporación de Beto Martín, que sigue haciendo pareja en el banquillo con el valenciano Fernando Vicente.

"¿Qué ha cambiado? He trabajado mucho con mi equipo, analizando, aceptando errores, siendo honesto conmigo mismo", desvela el ruso, que señala que ha apostado por un método de trabajo de "hacer algunos ejercicios e intentar trabajar en los entrenamientos las posibles situaciones que puedan encontrar en la pista".

Si la cabeza funciona, con la raqueta las cosas se salen de manera más fácil. "Hemos crecido emocionalmente y también en cuanto al juego", destaca, mientras que descifra el secreto del éxito en la pista: "Trabajo duro y tratar de mejorar algunas cosas técnicas, usar más tiros diferentes y también mejorar un poco allí".