TENIS

El primer español que apareció en el ranking ATP: "No tenía entrenador y llevaba serrín en los bolsillos"

Manuel Orantes recuerda en Relevo la creación del ranking ATP en agosto de 1973. "Yo venía una familia pobre. Mis hermanos con 14 años fumaban y bebían, pero yo lo tenía claro".

Manuel Orantes, durante un partido en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid en 1970. /Teodoro Naranjo Domínguez
Manuel Orantes, durante un partido en la antigua Ciudad Deportiva del Real Madrid en 1970. Teodoro Naranjo Domínguez
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Hace exactamente 50 años, el 23 de agosto de 1973, un ordenador propiedad de TRW, una compañía aeroespacial, imprimió en un papel gigante el primer ranking de tenis de la ATP. Fue un momento icónico en la historia del deporte de la raqueta, porque suponía la implantación de un sistema objetivo que empezó a democratizar el tenis.

Hasta entonces, no había una lista oficial -la más aceptada era la que elaboraba el periodista Lance Tingay en The Daily Telepragh- y para participar en los grandes torneos era necesario recibir una invitación de la organización. Había una especie de "star system", tal y como lo definió en su momento Stan Smith, y todos los grandes nombres estaban en los mejores eventos. Pero eso era un impedimento para los que se estaban haciendo un nombre y no tenían buenos contactos. El nuevo ranking de la ATP y su sistema matemático iba a cambiar todo.

Aquel 23 de agosto de 1973, el rumano Ilie Nastase se convirtió en el primer tenista en ocupar el número uno del ranking. En el top ten había enormes jugadores, como el propio Stan Smith, Arthur Ashe, Rod Laver, Ken Rosewall, John Newcombe o Jimmy Connors. Y también había un español, Manuel Orantes, número dos de una primera clasificación en la que había 186 tenistas.

"No teníamos entrenador, no teníamos fisio, no teníamos nada"

Manuel Orantes Exnúmero dos del ranking ATP

"Aquello revolucionó el tenis", recuerda Orantes, de 74 años, en una conversación telefónica con Relevo. "Hasta entonces, los americanos y los australianos eran los que mandaban en el tenis y la llegada del ranking hizo todo más justo. El tenis se convirtió en un deporte más honesto, más profesional y con las mismas oportunidades para todos. Ya no había privilegios".

"A mí, personalmente, ver mi nombre ahí me produce una satisfacción enorme", añade Orantes, que estuvo tres semanas en el segundo cajón del ranking. "Yo creo que con el sistema de ranking actual yo habría sido número uno en el año 75, cuando gané nueve torneos internacionales y entre ellos el US Open".

Manuel Orantes, con la copa del US Open en 1975.  Archivo
Manuel Orantes, con la copa del US Open en 1975. Archivo

La vida de un tenista en los 70

Manuel Orantes nació en Granada en 1949 y cuando era todavía un bebé emigró a Cataluña junto a su familia. De orígenes muy humildes, perdió pronto a su madre y creció junto a sus abuelos en una barraca del Barrio del Carmel. Pisó por primera vez una pista de tenis para ganarse unas pesetas como recogepelotas y, cuando le pusieron una raqueta en la mano, enseguida destacó. En aquella época, Manolo Santana ya era toda una sensación en España y Orantes recogió el testigo.

"Como venía de una familia pobre, no tuve una alimentación adecuada y después tuve muchas lesiones. Un médico me dijo una vez: 'Esto es como cuando haces un edificio, puedes hacer lo de arriba muy bonito, pero si la base no es buena se van rompiendo cosas'", cuenta Orantes.

"Cogía las toallas pequeñas de los baños de los hoteles, me las ponía en el cinturón y me secaba las manos entre puntos. También llevaba serrín en los bolsillos"

Manuel Orantes

"Yo tenía dos hermanos mayores que con 14 o 15 años fumaban y bebían. Yo no quería, yo tenía claro lo que quería ser. Nunca he bebido, nunca he fumado y nunca me he metido nada", añade. En su época, no había casi jugadores que viajaran con entrenador. Lo de tener un fisio o un plan de alimentación sonaba a chino.

"No teníamos entrenador, no teníamos fisio, no teníamos nada", dice al respecto. "Hacías lo que tú creías. Si comías algo y te iba bien, pues ibas repitiendo. No había ningún programa que te decía lo que tenías que hacer, lo que tenías que entrenar. Lo hacías por intuición, pero no sabías que era bueno físicamente o que te iba a mejorar, No había las cosas de ahora. Ojalá. Yo lo que hacía era fijarme en lo que hacían los grandes jugadores. Me nutría de las ideas de uno y otro, de lo que copiaba por allí y de lo que me inventaba por allá".

Un tenis sin problemas de salud mental

El tenis que jugaba Orantes no tiene nada que ver con el actual. Basta con ver algunos vídeos de su época, como la final del US Open 1975 en la que derrotó a Jimmy Connors tras deshacerse de Nastase y de Guillermo Vilas camino del partido definitivo. Era tan diferente el tenis, que Orantes jugaba incluso con una toalla en la cintura, algo prohibido actualmente.

"Yo siempre llevaba una toalla porque en aquella época no había grips como para cambiarlos constantemente y a mí la mano me sudaba mucho y se me resbalaba el grip. Así que yo cogía las toallas pequeñas de los baños de los hoteles, me las ponía en el cinturón y me secaba las manos entre puntos. También llevaba serrín en los bolsillos para cuando el punto era muy largo y se te mojaban la mano y el grip".

También recuerda que en su época no se hablaba de la salud mental de los tenistas. Según él, porque el deporte se vivía de otra manera. "El tenis entonces no era tan duro como ahora, no se trabajaba todo lo que se trabaja en la actualidad. Llegar a lo más alto no era duro y jugábamos al tenis porque nos gustaba el tenis", indica.

"Podías perder o ganar, que no había la mentalidad de ahora. Cuando tienes tanta ayuda, con un equipo técnico que te lleva todo, que viajas con la familia... pues tienes más presión mental y te pueden exigir más. Antes no existía esa mentalidad y yo es lo que trato de decir a los jugadores de ahora, que disfruten y no se sientan presionados".