TENIS

El tenista olvidado con el que no pudieron Nadal, Federer ni Djokovic: "Jugar contra Rafa era muy fácil para mí"

El eslovaco Dominik Hrbaty, poseedor de un récord único en la historia del tenis, charla con Relevo para recordar su carrera y analizar el 'boom' de Carlos Alcaraz.

Dominik Hrbaty./GETTY
Dominik Hrbaty. GETTY
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Justo cuando está a punto de cumplirse una década de su adiós a las pistas, Dominik Hrbaty disfruta del retiro en la costa tropical de West Palm Beach, ciudad adherida a Miami donde, a sus 45 años, goza de una tranquilidad que le permite ver todo el tenis que le plazca mientras proyecta unas cuantas ilusiones en su hija Ella, promesa ascendente del golf internacional con tan solo 12 años.

Descanso merecido, pensarán quienes lo conocen. Hrbaty, un tipo tranquilo, trabajador y educado siempre fue consistente y regular, pero nunca logró alcanzar el top-10 del ranking ATP. No obstante, es el único tenista de la historia que ha ganado al menos una vez a Roger Federer, Rafael Nadal, Novak Djokovic, Andy Murray, Andre Agassi y Pete Sampras. Casi nada.

Pero hay más. El eslovaco, agárrense, puede presumir de ser el único jugador de todos los tiempos que no tiene el cara a cara perdido con ninguno de los cuatro grandes. De hecho, tiene un balance positivo en los enfrentamientos directos ante Nadal (3-1), Federer (2-1) y Murray (1-0). Djokovic, el 'otro' del Big-Four y vigente monarca del tenis con 24 Grand Slams en sus vitrinas, tampoco pudo inclinar la balanza a su favor ante el correoso tenista de Bratislava (1-1).

Hrbaty valora su récord, único en la historia del tenis.D.A.

"Es un dato espectacular, es cierto, pero forma parte de la historia, y el pasado, pasado está", asegura Hrbaty a Relevo desde el otro lado del Atlántico. "No cabe duda de que algo haría bien, porque cosas como esta hacen que se me recuerde como un buen jugador de tenis".

Más allá de mitos y leyendas, el eslovaco fue un tenista perseverante, de golpes potentísimos y siempre incómodo para sus oponentes. No por nada estuvo a un solo punto de ingresar en el selecto club de las diez mejores raquetas del planeta. Fue en 2001, en Dubai, contra Juan Carlos Ferrero. Tras adjudicarse la primera manga, Hrbaty desperdició una bola de partido en el tie-brek del segundo set, perdió el partido y liberó el camino hacia la final del español, que ganó el torneo tras la retirada de Marat Safin en la final.

El eslovaco, de 23 años por aquel entonces, todavía con toda su carrera por delante, nunca pudo volver a asomarse a la cima de la ATP. "Es algo que no me perturba a día de hoy", afirma más de dos décadas después. "Creo que todos los rivales de aquella época me recuerdan como un top-10 mundial, independientemente de lo que dijera mi posición en la tabla".

La china en el zapato de Nadal, Federer y Djokovic

Criado en la más profunda Europa Central, allí donde "el comunismo apretaba", Hrbaty se hizo un nombre en un deporte que no le esperaba. "Cuando era joven, el deporte profesional no se concebía como una opción de futuro para los jóvenes. Los chicos podían ser ingenieros, médicos o mecánicos en un taller, pero nunca tenistas. ¡Es que casi que estaba prohibido hasta salir del país!", recuerda, en la misma línea que Novak Djokovic.

"Le entiendo perfectamente", dice respecto a las quejas del serbio por su poca trascendencia fuera de los Balcanes. "Mira, a mí no se me olvida un día en el que, en el colegio, tuvimos que escribir qué queríamos ser de mayores. Yo puse que quería ser tenista y la profesora me dijo que eso no era posible, que tenía que rehacer mi texto y poner otra cosa. Esa tarde volví llorando a casa, lo recuerdo con una profunda tristeza, pero a la vez fue el punto de inflexión en mi vida. Desde ese día tuve claro que quería ser tenista. Y lo quería de verdad".

Lejos de achicarse por sus raíces, Hrbaty trabajó duro y elevó las horas de entrenamiento hasta alcanzar esfuerzos tan insospechados que la llegada al profesionalismo resultó inevitable. Así, con apenas 18 años debutó en el circuito y muy pronto se convirtió en el tenista más joven del top-100 de la ATP. Poco después, casi sin tiempo para echar la vista atrás, el eslovaco ya había doblegado a los mejores tenistas de la historia.

Hrbaty recuerda sus duelos con Rafa Nadal.D.A.

"Jugar contra Rafa Nadal era muy fácil para mí", sorprende el de Bratislava al otro lado de la pantalla. "Su juego era el encaje perfecto para el mío". Razón no le falta. De los cuatro partidos en los que se enfrentaron, el balear solo pudo ganar uno. Fue el último, en Barcelona y, claro, sobre tierra batida.

"Rafa siempre jugaba su derecha a mi revés, algo que me ayudaba a tomar el control del partido, porque no fallaba nunca. Luego, cuando imponía mi derecha, plana y profunda, le hacía muchísimo daño; y con su saque no me castigaba en exceso", apunta el de Bratislava, ocho años mayor que Nadal. "En realidad, era el rival perfecto para mí, porque era zurdo, que siempre lo preferí antes que enfrentarme a un diestro, y encima español, que también se me daban muy bien. Recuerdo victorias contra Félix Mantilla, Álex Corretja, Carlos y Albert Costa... Al tenista español le gusta mucho liftar la bola. Y eso a mí me venía de perlas".

Aun con todo, Hrbaty guarda un recuerdo imborrable de sus duelos con el manacorí. "Disfruté muchísimo jugando contra él", asegura. "A Rafa le respeto muchísimo como persona. Siempre que nos cruzamos me saluda con mucho cariño y se detiene a conversar unos minutos. Es un tipo muy educado pese a ser una súper estrella, y eso lo convierte en un ejemplo para cualquier deportista".

Hrbaty reflexiona sobre Federer y el tenis actual.D.A.

Con Federer, némesis del balear durante tantos años, Hrbaty también guarda un récord positivo en enfrentamientos directos (2-1). Eso sí, al igual que con Nadal, nunca pensó que el techo del suizo sería tan elevado. "Roger y yo somos amigos desde muy jóvenes", señala. "Recuerdo que de chavales fuimos a entrenar una semana entera a Los Ángeles. Solos. Él y yo. Íbamos a ver los partidos de la NHL [liga nacional de hockey sobre hielo] y jugamos un montón de dobles juntos".

"Él era especial con la raqueta", asevera sobre el suizo. "Hacía cosas que no se pueden entrenar, y eso es algo que, todavía hoy, muchos entrenadores no terminan de entender. No se puede jugar al tenis como Roger. Ni siquiera puedes pensar como él, no tienes su visión, ni su golpeo. Ya sabes. Él es Roger y nosotros no".

Aun así, el de Basilea se retiró con la batalla perdida con Nadal y Djokovic, algo que no termina de extrañar a Hrbaty. "Si Roger tenía su día, no había opción. Sus golpes eran de otro universo. Ahora bien, si estaba bajo presión, había opciones, por mínimas que fuera. Cuando estaba contra las cuerdas, Roger fallaba", explica.

"Rafa en cambio era como un pitbull, mordía y no te soltaba hasta que te asfixiaba. No se rendía nunca y si querías ganarle un punto te lo tenías que ganar. Novak también tenía esa consistencia, pero además le añadía un juego muy similar al mío, de golpes duros, paciencia y puntos largos", dice Hrbaty, convencido de que el duelo entre los tres, aún hoy, continúa "muy, muy igualado".

Una nueva vida... y una nueva estrella

Ahora, nueve años después de colgar la raqueta con seis títulos y casi 700 partidos en la élite, el eslovaco sigue desde la distancia un circuito que ha acogido con los brazos abiertos a una nueva estrella dispuesta a alcanzar, algún día, el olimpo de los ya mencionados. "Carlos Alcaraz es un jugador fantástico", afirma. "Pero creo que todavía no tiene 'eso' que sí tuvieron Nadal, Federer o Djokovic".

Hrbaty analiza el 'boom' de Carlos Alcaraz.D.A.

Nuestro error, dice Hrbaty, es comparar al murciano con los tres mejores tenistas de la historia. "Va a ser un jugador muy grande, no me cabe duda, pero lo será más cuando Novak se retire", opina. "Creo que a Alcaraz le faltan algunas de las armas que estos tres bestias tenían. Y no me refiero a la derecha o al revés, sino a otro tipo de cosas menos tangibles. Aun así, es muy joven y cuando Roger o Rafa tenían su edad nunca pensé que pudieran llegar a lo que luego llegaron".

No obstante, del joven tenista de El Palmar Hrbaty destaca una aptitud no muy común en el circuito. "No le cuesta nada admitir los motivos de una derrota", comenta al otro lado de la pantalla. "Él dice, mira, sí, no he sabido gestionar los nervios, me he puesto mucha presión sobre mis hombros o argumentos así. No busca excusas. Me recuerda mucho a Rafa en ese sentido. Esa sinceridad para con uno mismo es un don. Y él lo tiene".

Hrbaty, entrenador durante ocho temporadas, vive ahora sin contacto directo con el tenis. Aunque eso, como él mismo reconoce, no siempre garantiza jugar un partido con quien menos esperas. "Por coincidencias de la vida coincidí en la pista con Jon Bon Jovi, que es el ídolo de mi mujer y de mi hija. Fuimos a un concierto suyo y yo te tengo que decir que soy un absoluto analfabeto musical, solo escucho lo que ponen por la radio", reconoce entre risas.

"Le conté la historia a Jon y se partía de risa", recuerda. "En esos días él acababa de tener una cirugía que le impedía cantar, pero como no quería perder la forma había recurrido al tenis como método de entrenamiento. ¡Juega cuatro o cinco veces por semana! Y eso, en Palm Beach, que nos conocemos todos, nos unió en la pista de tenis".

No es de extrañar, claro, conociendo la vida y obra del eslovaco, entregado a la raqueta como pocos tenistas se recuerdan. "Hrbaty y el tenis son dos elementos que estaban destinados a encajar", sentencia. "Si no tuviera familia, seguiría viajando por el mundo, ya fuera jugando o entrenando. Nunca en mi vida, ni por un solo segundo, pensé en dedicarme a otra cosa".