TENIS

Las manos que tensan las cuerdas de Carlos Alcaraz: "Me dolía que, por ser mujer, no quisieran que lo hiciese yo"

La valenciana Virginia Staatsmann es la responsable de encordar las raquetas del murciano en el Mutua Madrid Open.

Virginia Staatsmann es la encargada de encordar las raquetas de Alcaraz en Madrid./BABOLAT
Virginia Staatsmann es la encargada de encordar las raquetas de Alcaraz en Madrid. BABOLAT
José M. Amorós

José M. Amorós

"Cuando estaba empezando en la tienda de mi padre, los clientes se extrañaban de verme y no querían que le encordara las raquetas. 'Yo quiero que la encuerde tu padre', me decían. Por ver a una mujer, creían que no lo iba a hacer bien. Me dolía mucho". La protagonista de esta historia es Virginia Staatsmann, quien atiende a Relevo desde el set de la marca Babolat instalado en la Caja Mágica. Ahora, unos cuantos años después, las manos de esta valenciana son las responsables de dar forma a las raquetas de Carlos Alcaraz en sus aventuras de éxito por Madrid. Y no solo esto, este domingo, busca el doblete de campeones después de haber sido también la responsable del encordado de la campeona femenina Aryna Sabalenka.

El camino de Virginia no ha sido ni mucho menos fácil hasta llegar a tener en sus manos las 'armas' del jugador de moda en el circuito mundial, a pesar de haber aprendido a los 12 años. Por ser mujer en un mundo de hombres, ya desde aquellos principios en el negocio familiar tuvo que demostrar que era capaz de hacerlo como los mejores: "Les decía que las iba a encordar mi padre, las encordaba yo y cuando venían me decían: 'cómo se notaba que lo ha hecho Fernando".

Fue en 2003 cuando dio el salto a dedicarse a esta labor tan importante y, a veces, tan desconocida en el tenis, aunque entonces tuvo que seguir rompiendo techos de cristal. "Cuando empecé profesionalmente, no había ni uniforme de chicas. Iba por los torneos con ropa tres tallas más grandes, porque era la única mujer". Con el paso de los años han cambiado los esquemas aunque sigue resultando raro para muchos: "La gente se extraña de ver a una mujer en el set de encordado, lo asocia a un oficio masculino porque somos muy pocas mujeres a nivel internacional".

Virginia preparando una raqueta de Carlos Alcaraz. BABOLAT
Virginia preparando una raqueta de Carlos Alcaraz. BABOLAT

Ahora, en la élite internacional de encordadores, ella es un ejemplo a seguir para las jóvenes que quieren empezar este camino. "Me siento muy orgullosa de poder dar visibilidad de que hay mujeres que se dedican a esto. Ahora, me siento muy querida y muy reconocida por mis clientes. Pero ha llevado su proceso...". En la edición de este año en Madrid es la única que va a completar el torneo aunque, por primera vez, ha tenido compañía durante unos días con Aurelie, llegada desde Francia.

La encordadora de 'Carlitos'

Carlos Alcaraz disputa la gran final del Masters 1000 de Madrid por segundo año consecutivo, y una de las cosas que tienen en común las dos ediciones son las manos que han encordado las raquetas del murciano. "El año pasado también encordé a Alcaraz, porque me hacía mucha ilusión y lo pedí. Tuve la suerte de que terminó ganando y le fue muy bien. No cambió la tensión en todo el torneo. Y este año, me lo asignaron a mí porque dicen que le traigo suerte". Aunque Virginia tiene claro que los triunfos de 'Carlitos' no son cuestión de suerte: "No es por mí, es que el chaval juega muy bien".

Así se encuerdan las raquetas de Carlos Alcaraz en Madrid.MUTUA MADRID OPEN

Si los aficionados se fijan en el cuadro del torneo, los encordadores también tienen su propio cuadro. La empresa oficial, en este caso Babolat, reparte a a todos los tenistas entre sus encordadores, y estos también van cayendo cuando sus jugadores son eliminados. "El año pasado, llegó un momento que, en el stand, solo estaba mi máquina personalizada con mi nombre. Fue un momento muy bonito". Este domingo volverá a vivir la final de mano de Alcaraz: "Muy orgullosa de poder encordarle. Para nosotros, que nuestro jugador llegue a la final y gane el torneo es muy satisfactorio".

En 2022 pocos podían presagiar una victoria final del tenista de El Palmar en la tierra batida madrileña, teniendo un cuadro con Nadal, Djokovic y Zverev. En esta ocasión era el gran favorito desde el principio y la cuestión mediática ha entrado en escena también en la sala de encordado. "El año pasado tuve la suerte de disfrutar mucho de la compañía de Carlitos, que vino varias veces al stand. Este año, vino la primera vez cuando llegó y nos las trajo en persona. Luego, ya ha venido Juan Carlos Ferrero. Entiendo que le quieren proteger un poco porque se ha convertido en una persona tan mediática que no puede andar libremente. La gente lo para para hacerse fotos, pedirle autógrafos y querrán que esté relajado".

Virginia encordando una de las raquetas de Alcaraz. BABOLAT
Virginia encordando una de las raquetas de Alcaraz. BABOLAT

A pesar de la fama y ser uno de los deportistas con más foco internacional, Alcaraz comentaba hace unos días en rueda de prensa que seguía siendo el mismo 'chico normal'. Algo que también destaca Virginia a la hora de trabajar con él y su equipo. "Es muy agradable trabajar para ellos. No son exigentes, ni traen un volumen grande de raquetas. Como mucho, traen cinco", comenta, ya que otros jugadores utilizan unas cuantas más. "Ya tuve el honor de encordar a Ferrero en el Open 500 que se disputaba en Valencia y se lo comenté al llegar. Ahora, cuando viene con las raquetas de Carlos, ya se dirige directamente a mí. Me comenta lo que quiere y la hora a la que viene a recogerla".

¿Qué pide Alcaraz?

A pesar de ser una labor desconocida para el gran público, hay muchos aficionados y practicantes del tenis interesados en conocer cuáles son los 'secretos' del murciano. En nuestra visita al equipo de Babolat hemos podido conocer que Alcaraz, desde el primer partido en Madrid y sea quien sea el rival, encuerda su raqueta a 26 kilos de presión las cuerdas verticales y a 24, las horizontales. "En el primer partido del torneo, mandó las raquetas desde pista para subir un kilo de presión tanto en las cuerdas verticales como horizontales. Esto es por la altura de Madrid, aquí la bola va mucho más rápida", nos desvela Virginia.

Virginia, con Carlos Alcaraz.
Virginia, con Carlos Alcaraz.

No es nada extraño que los jugadores decidan mandar raquetas a encordar en pleno encuentro. Una práctica habitual, pero que es uno de los grandes momentos de tensión en el set de encordado. "Las raquetas, cuando vienen de pista, es muy curioso de ver. Nos sube la adrenalina a todos. Si el jugador manda raquetas, las trae corriendo el chaval que vemos por televisión que se la recoge en el banquillo. Al llegar, una persona corta las cuerdas rápidamente, la meto en máquina y hay que encordarla de forma súper rápida para llevarla a pista en el menor tiempo posible".

Virginia, con las raquetas de Carlos Alcaraz.
Virginia, con las raquetas de Carlos Alcaraz.

Madrid se ha 'convertido' en un Grand Slam: 3400 raquetas

Uno de los grandes cambios del Mutua Madrid Open 2023 respecto a ediciones anteriores ha sido el crecimiento del número de jugadores y de días de juego. Se ha pasado de 56 tenistas a 96 en los dos cuadros individuales, lo que ha provocado un aumento considerable en el volumen de trabajo. El equipo de Babolat ha pasado de ser de 9 a 13 encordadores y, como ellos señalan, "ha habido más trabajo que un Grand Slam". El número total de raquetas encordadas va a llegar a las 3.400 cuando finalice el torneo.

El equipo de encordado oficial del Masters 1000 de Madrid.
El equipo de encordado oficial del Masters 1000 de Madrid.

La mayoría de jugadores que disputan el torneo pasan por el stand oficial de encordado. "Los jugadores pueden contratar a un encordador personal que solo trabaja para ellos, aunque son muy poquitos, o venir al servicio oficial de encordado del torneo", nos señala Virginia. Un volumen de trabajo que ha provocado una jornadas maratonianas en las que algunos días se han "marchado a las 3:30h de la madrugada y a las 6:00h ya sonaba el despertador".

En Madrid, se han convocado la mayoría de los mejores jugadores del mundo pero también de encordadores. "Somos un equipo internacional, que viene de todo el mundo. Gente que ha venido desde Japón, Inglaterra, Francia... que son muy buenos". Su trabajo es dejar las raquetas al gusto de los jugadores para que puedan dar lo mejor de sí. "La mayoría de jugadores traen las raquetas encordadas y, normalmente, no están rotas porque lo cambian mucho antes de que se rompan; lo hacen por pérdida de tensión, porque quieren aumentarla o porque no tienen feeling. Cortamos el cordaje y empezamos de cero. Cada jugador pide una tensión para su tipo de juego".

Así se encuerda una raqueta de tenis. BABOLAT
Así se encuerda una raqueta de tenis. BABOLAT

Encordar a Federer, como cuenta pendiente

Mientras dejamos a Virginia manos a la obra antes de las finales, nos recuerda su espina clavada profesional. "A todos nos hubiese gustado encordar a Federer antes de que se retirara. No ha podido ser porque él ha llevado un encordador personal. Me moriré sin poder encordarle... (risas)". En el llamado 'jardín' del suizo, en Wimbledon, Virginia Staatsmann afrontará su próximo gran reto aunque todavía no conoce si será la encordadora de un Carlos Alcaraz que buscará reinar por primera vez en la hierba londinense.

Aquella niña que ayudaba a su padre en una tienda de Valencia se ha convertido en una pieza clave, aunque en ocasiones invisible, de los éxitos de Alcaraz en el Masters 1000 de Madrid. Una niña, ya mujer, que nos recuerda antes de despedirnos cómo llegó a cumplir uno de sus sueños de sus comienzos: "Estuve en Roland Garros y me hizo especial ilusión encordar a Guillermo Vilas para un torneo de leyendas. En la tienda de mi padre, cuando yo era muy pequeñita, había fotos de todas esas leyendas de antes: Vilas, Lendl, McEnroe...".