CONDE DE GODÓ

Los 2.000 socios que 'mandan' más que Carlos Alcaraz o Casper Ruud tienen hasta una casa en el interior del Godó: "Ir al Sant Jordi es perder la esencia"

Los socios del RCTB tienen preferencias, clínicas y ventajas mientras deben estar un mes y medio sin jugar en su club.

El chalet del RCTB en 1919 que refleja la historia del club y del torneo de tenis de Barcelona. /RCTB1899
El chalet del RCTB en 1919 que refleja la historia del club y del torneo de tenis de Barcelona. RCTB1899
Alberto Martínez

Alberto Martínez

El Torneo Conde de Godó es tan único en el circuito ATP que hasta Stéfanos Tsitsipas, enamorado del torneo, aunque la suerte le sea esquiva en cada edición, se rinde ante sus encantos. "Es un sentimiento muy bonito el de estar en un lugar tan especial como este. Normalmente, jugamos en sedes que no disponen de un club. Me siento muy conectado con el tenis aquí y mis momentos favoritos son en torneos así, como en Montecarlo, por ejemplo", dijo, mientras tras avanzar a cuartos de final dejó claro que "nadie me quitara el sueño de poder ganar aquí".

Ese carácter especial se explica sencillamente. El Real Club Tenis de Barcelona tiene más de 2.000 socios, que a partir de los 25 años tienen que poseer una acción, por lo que su dinámica durante diez meses al año es la de un espacio familiar, de tecnificación, de carácter social, de encuentro y de negocios en la zona alta de la ciudad. Pero todo eso debe dar un giro de 180 grados cuando, seis semanas antes de comenzar el torneo, empiezan los preparativos con la instalación de la pista central y al acondicionamiento del recinto. Y eso altera el día a día de forma considerable.

"Tenemos acuerdos con cinco clubes, que son el Bonasport, el Laietà, el Barcino, el Club de Polo y el Tennis la Salut para que los socios puedan seguir jugando allí y utilizando el gimnasio", explica uno de los responsables de cuidar a los miembros en la entidad catalana. "Este es el problema más importante", apunta, "porque a ellos les entusiasma jugar a tenis. Se habló de poder llevar este torneo al Sant Jordi (como ya ha ocurrido con la Copa Davis), pero todos se niegan porque es perder la esencia".

Por la puerta de entrada principal, enfrente del Colegio Liceo francés, se accede a una casa club con historia. Dentro hay diferentes salas con el palmarés del torneo, cuadros, un mobiliario que te transporta a otra época, una barra de bar con servicio de restaurante, servicio de fisioterapia, peluquería, un gimnasio... Todo ello unido a la vanguardia de otros avances como el sistema de riego reciclado. Los socios tienen piscina y pueden acceder a las pistas, y especialmente desde el club se centran en los más jóvenes. "La media de edad está entre 50 y 55 años, pero intentamos que sea un espacio familiar, y lo conseguimos, aunque cuando cumplen 25 años tienen que tener una acción y eso es una inversión grande", explican desde el RCTB-1899.

Para que el socio se sienta partícipe del torneo y pueda gozar de privilegios hay cuantiosas ventajas. Las previas son gratuitas, pueden estar en el palco presidencial si hay sitio hasta las 13:00 y a partir de las 18:00, hay actos exclusivos para socios como un clínic con Tommy Robredo, un tour por las instalaciones visitando las zonas privadas, una cena en la terraza del hospitality y descuentos y preferencias a la hora de comprar las entradas.

El problema del 'ticketing' debido a la alta demanda del torneo

Precisamente, este es el principal reclamo y el hándicap de la organización, que debe mantener el equilibrio entre lo tradicional y la sostenibilidad económica: "Como en todos los sitios siempre quieren más, pero el problema más importante es el aforo de 7.500 espectadores porque no puedes regalar entradas, necesitas ticketing para el rendimiento económico y los negocios de los partners", explicó.

Para los tenistas del circuito el Godó es especial. Lo fue para Rafa Nadal, ahora para Carlos Alcaraz, incluso para Tsitsipas. Borg fue el visitante especial de esta edición y España encuentra un torneo que explica lo que fue y lo que es, mientras que los socios del RCTB se sienten coorganizadores del Godó con sus ventajas y privilegios, con una semana en la que pueden mejor un tenis de calidad.