TENIS

Una decisión al azar cimentó el éxito de Nadal: "El primer torneo que jugó con la zurda fue bastante difícil"

Aunque muchos no lo crean y él juegue con la zurda, Nadal es diestro. Y empezó a jugar con la mano 'mala' por una casualidad.

Rafael Nadal celebra un triunfo en el Campeonato de España de 2003 celebrado en Majadahonda. /EFE/KOTE RODRIGO
Rafael Nadal celebra un triunfo en el Campeonato de España de 2003 celebrado en Majadahonda. EFE/KOTE RODRIGO
Nacho Encabo

Nacho Encabo

En la semana antes del partido del siglo, aquella final de Wimbledon 2008 en la que Rafael Nadal destronó a Roger Federer, el español recibió en la casa que tenía alquilada en Londres a un equipo de Nike para rodar un anuncio. La idea que tenían era grabar al jugador haciendo cosas con las manos: lavándose los dientes, escribiendo en un cuaderno, jugando a los dardos, lanzando las llaves al aire y cogiéndolas otra vez...

Lo que quería Nike era mostrar uno de los asuntos más increíbles en la carrera de Nadal: que, en realidad, el balear no es zurdo, sino diestro. En el anuncio queda patente: con la zurda no sabe lavarse los dientes ni escribir ni lanzar un dardo... Lo único que hace bien -y muy bien- con la mano izquierda es jugar al tenis.

¿Cómo acabó Nadal jugando al tenis con la mano 'mala'? La historia tiene su miga, porque en sus inicios en el circuito transcurrió el rumor de que había sido su tío Toni el que tomó la decisión. Que le había obligado a cambiar de mano porque ser zurdo en el tenis otorga cierta ventaja, ya que la mayoría de los jugadores le pegan con la mano derecha. Pero ni mucho menos fue una imposición de Toni: si Nadal juega con la zurda, es sencillamente por casualidad.

Cuando Nadal empezó a jugar al tenis con tres años, el chico pegaba tanto el revés como la derecha a dos manos. No es algo muy extraño, ya que los niños no tienen mucha fuerza en un brazo y el hecho de jugar con dos les ayuda a impulsar la pelota. Así se pasó Nadal varios años, hasta que tuvo una conversación con Toni que lo cambió todo.

"Tenemos que empezar a jugar la derecha con una mano", le dijo Toni. "¿Por qué?", fue la respuesta de Nadal. Y su tío le respondió con otra pregunta: "¿Cuántos top ten conoces que jueguen a dos manos la derecha y el revés? Pues tú no vas a ser el primero, ¿no?" Tenía razón Toni: ningún gran tenista de la historia ha jugado la derecha con dos manos. El caso más famoso fue el del francés Fabrice Santoro, campeón de seis títulos ATP y que llegó a ser número 17 del ranking mundial en 2001.

Nadal estaba convencido, ahora solo faltaba ver con qué mano jugar. Y Toni no quiso que fuera zurdo, sino que se pensaba realmente que era zurdo. "Yo soy un tío lógico. Elegí la izquierda por lo que él hacía. Durante años, él ya sacaba con la izquierda y con la derecha y no sacaba bien con ninguna. Y cuando jugaba en el fondo de la pista y la pelota le iba al medio, él se ladeaba para la izquierda. Y también le pegaba más fuerte desde ese lado. Yo pensaba que era su lado dominante", cuenta su tío. "Toda la vida pensé que era zurdo".

"Fue un cambio progresivo. Un día empezamos a entrenar unos minutos con una mano y después el resto del entrenamiento lo hacíamos con las dos. Dos semanas después, añadíamos más tiempo a jugar con una mano. Hasta que un día le dije: 'Este torneo lo vas a jugar con una mano'", revela Toni.

Nadal tendría unos diez años. "Recuerdo que era una sensación rara", señala el balear en el anuncio de Nike sobre aquel primer torneo que jugó con una sola mano. "Yo me acuerdo. El primer torneo que jugó con la mano izquierda fue bastante difícil, pero era un paso que se tenía que dar". Fue bastante difícil, pero en realidad Nadal ganó aquel torneo. "Lo ganó porque era bastante mejor que los demás", dice Toni. "Claro que valió la pena cambiar de mano. La zurda me ha funcionado muy bien", admite Nadal.

La ventaja de ser zurdo

¿Habría sido Nadal igual de bueno si aquel día hubiera empezado a pegarle con la derecha? Nunca se sabrá, pero desde luego que jugar con la zurda le ha otorgado mucha ventaja en un circuito dominado por los diestros. De hecho, su rivalidad con Roger Federer -diestro- está marcada por una táctica que usaba Nadal y que hubiera sido imposible de llevar a cabo en caso de haber elegido la mano derecha.

El español le machacaba el revés a una mano con el top spin y le obligaba a golpear siempre con la cabeza de la raqueta por encima del hombro, un gesto incomodísimo. Esa estrategia era todavía más exagerada en tierra batida. Nadal martirizó a Federer con ese top spin y el suizo encontró la solución muy tarde. Fue en Indian Wells 2017, cuando ya en la recta final de su carrera decidió que ya no esperaría a Nadal atrás en la pista, sino que se pondría a golpear casi cada revés a bote pronto. Todo podría haber sido diferente si aquel día, Nadal hubiera cogido la raqueta con la derecha.