Un grito explica la desesperación de jugar contra el Alcaraz más inspirado: "¡Me vuelve todo, la p*** madre!"
El español aplastó este sábado en la semifinal del Godó a un Arthur Fils que acabó desquiciado.

Un rato después de tumbar a Arthur Fils por 6-2 y 6-4 en las semifinales y de firmar decenas de autógrafos camino de los vestuarios, Carlos Alcaraz apareció en la sala de prensa del Conde de Godó con una sonrisa de oreja a oreja y se mostró tremendamente feliz por una estadística: por primera vez en mucho tiempo, desde los octavos de Indian Wells, el murciano acababa un partido sin conceder un solo break.
"Cuando jugué contra Lazslo Djere (en octavos del Godó), pensé que no me haría ningún break. Han sido demasiados partidos sufriendo con el saque, ha sido importante no cederlo, sobre todo para mañana", decía el número dos del ranking mundial después de apenas una hora y 15 minutos de partido. En una de sus mejores actuaciones en lo que va de año, el murciano terminó con un 74% de primeros saques, un 77% de puntos ganados con primero, una bola de quiebre salvada y dos aces.
Para Alcaraz, que cambió la mecánica del servicio durante la pretemporada para ganar potencia sin perder efectividad, sacar bien es uno de los exámenes que se pone en cada partido. De ahí lo orgulloso que estaba tras la victoria ante Fils, un triunfo que le permitirá enfrentarse este domingo a Holger Rune (a las 16:00) en busca de su tercer título en el Conde de Godó tras los de 2022 y 2023.
"Siempre se puede ir a mejor, sentirme mejor con mi juego, mi manera de decidir en los partidos. Estamos en un momento muy bueno tenísticamente, pero sobre todo contento de haber seguido en una buena línea. Después de Miami tuve que reflexionar y lo importante es que estoy siguiendo esta dinámica, solo le estoy dando importancia a disfrutar, a pasarlo bien. Quizá eso no se refleja en el mejor tenis pero sí en estar tranquilo y contento, y ayuda a ganar partidos", añadía el pupilo de Juan Carlos Ferrero.
El calvario de Arthur Fils con el resto de Carlitos
Pese a que Alcaraz estaba muy orgulloso por sus estadísticas con el servicio, Arthur Fils, su última víctima, destacó justamente el apartado contrario: el resto. Y es que durante un momento del encuentro, el francés maldijo gritando en medio de la pista, maldijo de pura desesperación. Cuando Alcaraz está así de inspirado, poco hay que hacer.
"¡Saco y me vuelve, me vuelve todo!", decía el número 14 del ranking mundial mientras se dirigía hacia el palco donde estaba su equipo. "¡Saco al cuerpo, saco abierto, saco cerrado y me vuelve todo el rato! ¡La puta madre!" Efectivamente, el partido de Alcaraz al resto no tuvo nada que envidiar al que hizo con el saque: ganó el 42% de los puntos que restó con primer saque, elevó esa cifra al 50% con segundo servicio y aprovechó tres de las cinco pelotas de break que se procuró.