TENIS

Guga Kuerten señala el talón de Aquiles de la generación de Alcaraz y Fonseca: "Yo no aguantaría"

El legendario tenista brasileño, triple campeón de Roland Garros, habla de la "presión tecnológica" que tienen los jugadores de ahora.

Guga Kuerten, con la copa de campeón de Roland Garros en la temporada 2000. /AP Photo/Lionel Cironneau
Guga Kuerten, con la copa de campeón de Roland Garros en la temporada 2000. AP Photo/Lionel Cironneau
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Antes de que comenzara la tiranía de Rafael Nadal en Roland Garros, el último rey de la tierra batida de París era un tipo sonriente, de pelo alborotado y con una energía especial. Gustavo Kuerten, Guga, levantó tres veces la Copa de los Mosqueteros, en 1997, 2000 y 2001, y dejó una huella imborrable en la tierra batida de París. Pero ahora, cuando han pasado ya más de 20 años, el legendario brasileño dice que su éxito no podría replicarse en el tenis actual, el de las nuevas generaciones comandadas por su compatriota Joao Fonseca y por Carlos Alcaraz.

Y Kuerten no habla de la fuerza que tienen, de sus endiabladas derechas, de su velocidad y su movilidad. No: Kuerten dice que no podría ganar Roland Garros en la actualidad por la "presión tecnológica" que hay. "Si en 1997 hubieran existido las redes sociales, yo no ganaba Roland Garros", señala el exnúmero uno en una entrevista publicada este fin de semana por Clay. "Lo de hoy es muy difícil. El nivel de contención que tuve en 1997…"

Kuerten sorprendió al mundo del tenis cuando conquistó el primero de sus tres títulos de Roland Garros siendo un desconocido para el gran público. En aquel junio de 1997, Kuerten ocupaba el puesto 66 del ranking mundial, tenía 20 años y no había superado la tercera ronda de ningún gran torneo. Fue un boom para él, algo que, dice, no habría sabido manejar de haber existido las redes sociales.

"¿Te acuerdas de que en medio del torneo llegaron desde la Copa Confederaciones (que en 1997 se jugó en Francia) un montón de periodistas brasileños? Imaginate todos los pedidos, vídeos para el amigo, el hermano… No estábamos preparados para lidiar con eso. Claro, tampoco existía, quizás hubiésemos tenido un protocolo a seguir", explica el tenista que acabó la temporada 2000 como número uno del ranking mundial. "No creo que aguantaría hoy, no se siente nada bien, es mucha la presión de la tecnología hoy".

Gustavo Kuerten, con la copa de campeón de Roland Garros 2001, tras vencer en la final a Corretja.  EFE/PACO CAMPOS
Gustavo Kuerten, con la copa de campeón de Roland Garros 2001, tras vencer en la final a Corretja. EFE/PACO CAMPOS

"En aquel Roland Garros de 1997 yo me quedaba en los videogames hasta 30 minutos antes de preparar el partido. Hoy eso es imposible. Cuando veo la rutina de hoy, agradezco mucho la época que viví, tenía mucha más libertad", añade. "Claro que hoy los tenistas ganan mucho más dinero, 50 veces más que entonces, no tiene nada que ver con mi época. Pero la presión y las consecuencias hoy son más fuertes".

Kuerten bendice a Fonseca, la nueva perla brasileña

Casi tres décadas después de la irrupción de Kuerten en el tenis, Brasil está empezando a ilusionarse con un tenista llamado a dominar el mundo: Joao Fonseca, un diamante en bruto que acaba de ganar en Buenos Aires su primer título ATP a sus 18 años. El joven tenista, apadrinado por Roger Federer, está soportando constantes comparaciones con Kuerten, que aprovecha la entrevista con Clay para bendecirle.

"El potencial de João en la cancha es evidente para nosotros desde hace más de dos años, y es el resultado de un trabajo bien diseñado, mucho más allá del chico que simplemente le pega a la pelota y empieza a pegarle a todo. Es lo que me pasó a mí, o incluso más: hay trabajo, esfuerzo y dedicación de varias personas que estuvieron ahí y que demostraron una habilidad de extraordinaria evolución", comenta el campeón de 20 títulos ATP.

"Joao es una fuerza a tener en cuenta, es maravilloso, es maravilloso, porque viendo todos los partidos en Buenos Aires y lidiando con las dificultades físicas y mentales, las diversas emboscadas que pasó, ganar el torneo a esa edad… Es hermoso, es admirable".