Cuáles han sido las mejores remontadas de la historia del tenis
El tenis es un deporte eminentemente técnico, en el que el aspecto mental es clave.
El tenis es un deporte tremendamente técnico, sin embargo con eso solo no basta para ser un gran campeón. Durante un partido, dos jugadores se citan en la cancha y solo puede haber un ganador. La particular forma de puntuar que posee el tenis hace que los duelos sean largos y repletos de idas y venidas. Por ello, el aspecto mental se ha revelado como la principal diferencia entre los buenos tenistas y aquellos cuyo nombre perdura en el tiempo.
No rendirse jamás es condición sine qua non para ganar. Bien lo sabe Rafael Nadal, quizá el máximo exponente histórico de resiliencia en una pista de tenis. Cuando en 2022 el Salón de la Fama Internacional del Tenis se propuso encontrar la mejor remontada de la historia, el nombre del balear no podía faltar. De las muchas que ha protagonizado a lo largo de su exitosa carrera, la nominada fue la final del Open de Australia 2022 contra Daniil Medvedev. Ganó.
Rafael Nadal v Daniil Medvedev: final del Open Australia 2022
Seleccionar una sola remontada de Rafael Nadal es complicado. Lo cierto es que este artículo podría contar con varias actuaciones del tenista español. Por ejemplo, cuando salvó cinco puntos de partido en contra frente a David Nalbandian en la cuarta ronda de Indian Wells 2009 para acabar ganando el torneo, cuando consiguió evitar tres bolas de partido a Novak Djokovic en Madrid 2009 o cuando en las ATP Finals de 2019 consiguió remontarle, también a Medvedev, un 6-7, 6-3, 1-5 con 30-40 para el ruso.
Sin embargo, el propio Nadal calificó de lo logrado en Melbourne como "la mayor remontada de su carrera". Tanto por el momento, como por el rival y el tamaño de la gesta. Nadal tenía 35 años y se había perdido la segunda mitad de la pasada temporada por una lesión en el pie. Por si fuera poco, en diciembre se había contagiado de Covid-19. Por ello, cuando el nuevo curso comenzó en Australia, las dudas parecían legítimas. Sin embargo, el tenista español sorprendió a todos ganando el ATP 250 Melbourne. Posteriormente, en un Open Australia sin Novak Djokovic, fue avanzando rondas frente a Marcus Giron, Yannick Hoffman, Karen Kachanov, Adrian Mannarino, Denis Shapovalov y Matteo Berrettini.
En la final esperaba Medvedev, que había ganado el US Open de 2021 y esperaba poder cerrar el hueco que le separaba con los dos grandes dominadores del circuito. Todo comenzó de cara para el ruso, que llegó a ir ganando por 6-2, 7-6(5), 3-2 y tres bolas de break con Nadal al servicio y 0/40 en el marcador. En otra situación, el partido estaría más que sentenciado. Pero no en una final de Grand Slam con Nadal involucrado. Poco a poco, el balear fue encontrando su mejor nivel para acabar imponiéndose por 2-6, 6-7(5), 6-4, 6-4, 7-5.
Jennifer Capriati v Martina Hingis: final del Open Australia 2002
Jennifer Capriati fue de los fenómenos más precoces en la historia del tenis. En 1990, con solo 13 años, se convirtió en profesional y, poco a poco, logró establecerse entre las mejores del mundo. Ganó el oro en Barcelona 92 tras derrotar en la final a Steffi Graf y todo parecía apuntar a una carrera de leyenda. Sin embargo, un año más tarde, tuvo que poner su carrera en pausa por salud mental. Regresó al circuito en 1996, aunque le costó alcanzar la regularidad. Sin embargo, con el cambio de siglo, llegó su mejor versión. En 2001 ganó el Open de Australia y Roland Garros. En 2002, volvió a Melbourne como número 1 del mundo.
En el primer Grand Slam del año fue avanzando rondas hasta llegar a la final. En frente estaba Martina Hingis, quien había ganado el torneo en tres ocasiones (1997, 1998 y 1999). Bajo un calor sofocante, la suiza tomó control del partido. Hasta el punto que Capriati parecía completamente fuera del partido, llegando a enfrentarse contra el público australiano durante el segundo set. Sin embargo, con un set abajo y 4-0 en el segundo, la norteamericana protagonizaría una remontada de película.
Capriati se apuntó el segundo set tras vencer por 9-7 en el tie-break. Por el camino salvó hasta cuatro bolas de partido en contra, más que nadie nunca en una final de Grand Slam. Entonces fue Hingis quien perdió los nervios. La suiza se llevó un warning por romper la raqueta, evidenciando que el partido mental estaba del lado de Capriati. El tercer set, de hecho, fue muy cómodo para Capriati, que terminó venciendo por 4-6, 7-6(7), 6-2. Ninguna de las dos volvió a disputar la final de un grande jamás. Dejaron, sin embargo, un partido cuya efeméride suele recordarse cada año.
Manuel Orantes v Guillermo Vilas: semifinales US Open 1975
En 1975, el US Open tomó una decisión sorprendente. Dejó de ser un Grand Slam de hierba para convertirse en uno de tierra batida. El experimento duraría apenas tres años, lo suficiente para que lo ganase un español. Fue Manuel Orantes, quien se deshizo en la final de Jimmy Connors por 4-6, 3-6, 3-6. Aquel partido no tuvo mucha historia, especialmente si se compara con las semifinales. En ellas, Orantes se midió a su amigo Guillermo Vilas. Un duelo entre tenistas zurdos que comenzó de cara para el argentino.
En un choque marcado por la lluvia, que obligó a parar en varias ocasiones, los dos primeros sets, 6-1 y 6-4, fueron a parar para Vilas. Orantes se apuntó el tercero por 6-2, pero el cuarto fue una exhibición de su rival. Vilas llegó a ir ganando por 5-0 y 0-40 en el cuarto set. Tres match-ball que no intimidaron al español. El tenista español se repuso al que parecía un escenario imposible y, tras seis juegos consecutivos, incluidas dos bolas de partido esquivadas más con 5-1 y 40-15, se llevó la cuarta manga por un imposible 7-5. Era de madrugada cuando finalizó el partido. Orantes ganó el último set por 6-4 y se coló en la final.
Chanda Rubin v Jana Novotna: tercera ronda Roland Garros 1995
En 1995, Chanda Rubin era una prometedora jugadora de 19 años que ocupaba el número 53 del ranking mundial. Sobre el papel, presa fácil para una Jana Novotna establecida como número 5. Es cierto que su famoso juego de saque y volea quizá no se transfiriese de manera ideal a la tierra batida de Roland Garros. Sin embargo, la checa era la favorita del partido sin ninguna duda.
Para todos menos quizá para Rubin, que comenzó imponiéndose en el primer set por 7-6. Fue un pequeño shock inicial, aunque Novotna se rehízo en la segunda manga. Ganó 6-4 y el orden natural parecía volver a reestablecerse. De hecho, en el tercer y definitivo set la checa se mostró tremendamente crecida. Hasta el punto que llegó a poner el partido 5-0 y 40-0 a su favor. Sorpresivamente, Rubin salvó tres puntos de partidos consecutivos y, no solo eso, comenzó a plantar batalla a su rival.
Poco a poco, Rubin comenzó lo que parecía una remontada imposible. Por el camino, además, salvó hasta nueve bolas de partido. Finalmente, la norteamericana se apunto el último parcial por 8-6, llevándose el pase a la cuarta ronda. Tras el partido, Rubin recordó la final de Wimbledon perdida por su rival en 1993, cuando Novotna colapsó contra Steffi Graf con 6-7, 6-1, 4-1, 40-15 a su favor. Afortunadamente, en 1998 se redimiría logrando el único Grand Slam de su carrera al vencer en Wimbledon.